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Un documental sobre la cultura audiovisual, un viaje por las vías oficiales y subterráneas del mundo del cine en la Ciudad de México. Producido por Naranjas de Hiroshima
"Nosotros no hacemos films para morir, sino para vivir, para vivir mejor. Y si se nos va la vida en ello, vendrán otros que continuarán."
Raymundo Gleyzer, 1974
Título original: Kharej Al-Itar aw Thawra Hata el Nasser (Off Frame - Revolution Until Victory, Fuera de cuadro - Revolución hasta la victoria) Dirección: Mohanad Yaqubi
Guion: Reem Shilleh & Mohanad Yaqubi
Edición: Ramzi Hazboun & David Osit
Producción: Sami Said for Idioms Films, Coproducción Delphine Landes-Busnel para Monkey Bay Productions
Fotografía: Sami Said, Rami El Nihawi
Sonido: Design Carl Svensson País de producción: Palestina, Francia, Jordania, Líbano, Estados Unidos, Reino Unido Año: 2015 Duración: 62 min
Off Frame, también conocida como Revolution Until Victory, es una meditación sobre la lucha del pueblo palestino por producir una imagen y una auto-representación en sus propios términos en los años 1960 y 1970, con el establecimiento de la Unidad de Cine Palestino como parte de la OLP.
En ese momento, la revolución palestina colaboró con cineastas, actores y activistas de Siria, Italia, Reino Unido, Líbano, Francia, Alemania, Argentina y muchos otros, y estableció alianzas con instituciones en Berlín, Moscú, Bagdad y Cuba. A pesar de su prolífica producción, quedan pocas de sus obras (muchas de ellas han sido confiscadas por Israel).
Sin embargo, hay mucho que aprender al revisar esta era y reconstruir la narrativa del cine militante palestino. Off Frame tiene como objetivo llenar este vacío en la memoria colectiva.
Tras una búsqueda sin precedentes, la película desenterró películas almacenadas en archivos de todo el mundo y comenzó con representaciones populares de la Palestina moderna, para luego rastrear las obras de cineastas militantes que reivindicaron la imagen y la narrativa a través del cine revolucionario y militante.
¡REVOLUCIÓN! En el Cine
por Dorota Lech
"Al resucitar una memoria olvidada de lucha, Off Frame reanima lo que está dentro del marco, pero también teje una reflexión crítica al buscar lo que está fuera de él o lo que está fuera del marco. El director Mohanad Yaqubi recurre a material de archivo recientemente descubierto para explorar la tumultuosa historia de Palestina y el cine palestino en este documental oportuno y perspicaz.
Partiendo del cine de lucha palestino, término utilizado para las películas producidas entre 1968 y 1982 en relación con la Revolución Palestina, Off Frame AKA Revolution Until Victory rastrea los fragmentos de una revolución, entrelazando imágenes de un sueño de libertad. Los negativos de la película están empalmados en una línea de tiempo febril, capturando lo que está ante la cámara y al mismo tiempo sugiriendo lo que falta en su cuadro. Al tejer una historia de personas en busca de su propia imagen, pone de relieve el pasado (y el presente, no exento de horrores cotidianos).
En paralelo con Third Cinema, la Unidad de Cine Palestino se estableció como parte de la OLP en la década de 1960. (Desde entonces se ha convertido en el Instituto de Cine Palestino). A lo largo de su existencia, la Revolución Palestina ha colaborado con cineastas, actores y activistas de Siria, Líbano, Italia, Francia, Alemania, el Reino Unido, Argentina y otros lugares, y ha establecido asociaciones con instituciones de Berlín, Moscú, Bagdad y La Habana. A pesar de la prolífica producción de este movimiento, quedan muy pocas de sus obras.
Para el mundo exterior, estas películas militantes representaban un modelo de un pueblo en lucha, que explicaba contra quién luchaba y por qué. Pero para los palestinos, las películas marcaron una transformación de sus identidades: de refugiados a luchadores por la libertad. Este notable debut de Mohanad Yaqubi, nacido en Kuwait y criado en Gaza, es una batalla ensayística —entre el sueño y la realidad, la ficción y la propaganda— por la representación de un pueblo que ha resistido su opresión (que, según Amnistía Internacional, equivale al apartheid) durante milenios. A medida que se registra la historia, Off Frame, también conocida como Revolution Until Victory, conecta las fronteras del pasado con el presente, desde el río hasta el mar."
Título original: Novaro, el coloso mexicano Dirección: Andrés Pardo Intervenciones de: Luis Gantus, Jose Episcopo, Sixto Valencia Burgos, Gabriel Novaro, Fernando Franco Quiroz Música: Yonny Roldan Fotografía: Santiago Casarino Compañías: K3Films Distribuidora: K3Films Año: 2017 País: México Duración: 76 min.
Novaro, el Coloso de México traza la historia desconocida de uno de los
mayores editores de cómics en el mundo, que reinaba durante más de 30
años antes de desaparecer sin decir adiós en 1985. Sus fans nunca
entendieron lo que pasó. Novaro solamente desapareció sin dejar rastro.
Sólo los cómics se mantuvo.
Novaro: el coloso de la historieta nacional
por Marco A. Villa
Esta aventura continuará próximamente, ¡no se la pierdan!”, decía en una de sus últimas viñetas el Superman
número 1537, a pesar de que sería la última edición que saldría de las
máquinas de Editorial Novaro. Era agosto de 1985 y el fin de esta
prolífica casa editorial estaba a punto de consumarse por malos manejos
financieros. Sus más de tres décadas en la preferencia del público,
millones de escenas dibujadas por sus talentosos historietistas y el
tesón de sus primeros dueños, son algunas directrices que suman a la
nostálgica reconstrucción de su historia, plasmada en el documental Novaro: el coloso mexicano.
Aquellos niños y jóvenes que nacieron entre los cincuenta y setenta,
invariablemente conocieron las entrañables historietas producidas en
esta empresa que Luis y Octavio Novaro fundaron en 1949 después de salir
de La Prensa, pues sus variados títulos y coloridas portadas
asomaban en los quioscos callejeros de muchas ciudades del país. Así,
las aventuras de Archie, Kalimán, el Correcaminos, la Pantera Rosa,
Tarzán, Superman (su primer cómic), Capitán Marvel y Batman, o títulos
como Titanes Planetarios, Domingos Alegres (de origen francés), Chiquilladas o Dana en el Mundo Perdido, enriquecieron la ilusión de millones de menores que anhelaban que cada historia fuera interminable.
Editorial Novaro dedicó también cientos de páginas al exitoso personaje
creado hacia 1911 en Europa, Fantomas, quien terminó siendo uno de los
más representativos y longevos del sello editorial. Tal cual ocurrió con
otras historietas, Fantomas. La amenaza elegante tuvo un
talentoso equipo que la hizo posible, desde el escritor Julio Cortázar
que aparece por primera vez en la edición 201, la cual presentó el
capítulo “La inteligencia en llamas”, hasta los maestros Jorge Chargoy y
Alfredo Cardona Peña, quien lideró la División de Cómic de Novaro por
más de veinte años y que creó más de un ochenta por ciento de las
aventuras de Fantomas.
Para el público infantil mexicano, las historietas de Novaro tuvieron un
valor que iba más allá del ser solo productos para el entretenimiento.
Fueran de drama, aventura o comedia, no pocos se pulieron en la práctica
de la lectura mientras se divertían con las andanzas de sus personajes
favoritos. Fueron también objeto de enseñanza, pues la casa produjo sus
propias creaciones, algunas encaminadas a tratar temas de historia y
ciencia, como fueron los casos de Epopeyas, Vidas Ejemplares o Vidas Ilustres,
generalmente acompañadas de las obras de grandes historietistas, como
Sixto Valencia, después dibujante de Memín Pingüín, o Fernando Llera,
quien dio vida a la Pantera Rosa.
Asimismo, las traducciones y adaptaciones bien cuidadas, la pulcra
ortografía y la creatividad de los contenidos hicieron de cada
historieta un producto con calidad que terminó por derribar mitos, como
el de que eran dañinos para el desarrollo del lenguaje y la enseñanza de
ciertos valores que otras series, como La Familia Burrón o Lágrimas y Risas,
se “encargaban” de empañar, a decir de las buenas conciencias de la
época; pero esto fue, desde luego, un comportamiento prejuicioso que
terminó por ceder a la masificación de la historieta con las decenas de
títulos que llegó a tener en el mercado, y que gracias a su impresión en
ófset, tuvo en algún momento el mayor tiraje para el género en el mundo
hispano.
Y es que las tiras cómicas mismas habían sido, desde que comenzaron a
aparecer en los periódicos hace alrededor de un siglo, principalmente en
sus suplementos culturales, un producto “de cierto nivel” por estar
dirigidas a la clase media, para en la década de los treinta convertirse
en un fenómeno de lectura popular gracias en buena medida a su bajo
costo, así como objeto de encono y vergüenza entre algunos sectores
sociales que veían en las historietas populares, como los Pepines o Los Chamacos, un producto apto solo para los estratos sociales más bajos, lo que orillaba a otros a consumirlo a hurtadillas.
Como se expone en el archivo fílmico incluido en este documental –que
fue comprado en un mercado de la CDMX en marzo de 2011–, la historia de
Novaro terminó en medio de una profunda crisis económica que apremiaba
al país, y no por el terremoto de 1985, como suele decirse. Repartición
de archiveros y escritorios, así como liquidaciones de miles de
ejemplares por cabeza que al tiempo permitió la circulación de
historietas en el mercado de segunda mano –muchas de ellas hoy cotizadas
a precios desorbitantes–, más una misa el 12 de diciembre de este año,
pusieron punto final a esta empresa que inició actividades en Donato
Guerra 49 y terminó en Naucalpan.
Título original: Juan Mariné, entre luz y sombra Dirección: Rafael Toba País de producción: España Año: 2023 Duración: 73 min.
Juan Mariné Bruguera, conocido como Juan Mariné, (31 de diciembre de 1920, Barcelona) es un director de fotografía y restaurador cinematográfico español. Con ciento cuarenta títulos en su haber, desde los años previos a la Guerra civil hasta la década de 1990, participó en grandes clásicos del cine español. Al margen de su trabajo de director de fotografía, destaca por su labor de restauración de películas antiguas para la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid (ECAM) y Filmoteca Española a partir de mediados de los años 1980, con una tecnología diseñada por él. Considerado no solo como uno de los grandes profesionales, sino como la memoria del cine español por su larga experiencia y su labor de recuperación, restauración y conservación del patrimonio filmográfico, ha sido merecedor de numerosos premios y homenajes, entre los que destaca el Goya de Honor a su trayectoria profesional en 2024.
Infancia y juventud
Su primer contacto con el cine tuvo lugar en 1924 en Arenys de Mar donde su madre le había enviado para que se curase de una «tos muy fea». Allí, pudo ver los primeros cortometrajes de Charles Chaplin que proyectaban unos comerciantes de antigüedades con un novedoso sistema de cine casero traído de París. «Aquello era una maravilla, me impactó muchísimo», dijo en una entrevista de 2017. De vuelta a Barcelona, su padre no tuvo más remedio que llevarle a una sala de cine, y su madre le inscribió en la escuela antes de tiempo para que aprendiese a leer y pudiera entender los subtítulos de las películas mudas.
Tuvo que aplicarse mucho en sus estudios y ser buen estudiante para que le mantuvieran la beca, dada la poca solvencia de sus padres. Estudió en el colegio Cervantes de la calle Aribau de Barcelona, pero sus estudios se vieron interrumpidos cuando cayó enfermo. Unas fiebres producidas por el tifus le dejaron ciego y le mantuvieron una larga temporada en cama, pero tuvo la suerte de que en urgencias le atendiera un médico experto en Oftalmología. Tras una operación y un mes de curas, logró recuperarse pero no lo suficiente como para seguir estudiando y no volvió a la escuela para terminar el bachillerato. Se puso a trabajar llevando portes.
Su madre le llevaba al cine a ver producciones extranjeras. Más tarde, frecuentó un club en Arenys de Mar que tenía un Pathé Baby con el que proyectaban diapositivas y películas. Como no funcionaba muy bien, Mariné lo arreglaba de vez en cuando.
En noviembre de 1934, su tío José Vilaseca, que era mecánico de profesión, le pidió que llevara una cámara Super Parvo para rodar cine sonoro a los estudios Orphea donde se estaba rodando El octavo mandamiento'' de Arthur Porchet. Mientras esperaba que llegase la furgoneta para el traslado, se puso a leer el manual de instrucciones, que estaba en francés, y cuando llegó a los estudios vio que el equipo de rodaje, compuesto de técnicos suizos, ya habían tenido problemas con la cámara que estaban utilizando, que era un modelo anterior a la que traía. Mariné fue el único capaz de entender cuál era el problema y de resolverlo. Al finalizar la jornada le pidieron que volviera el día siguiente. Pronto se interesó por las actividades del equipo de fotografía y acabó echándoles una mano cada vez que surgía un problema, como si fuese un meritorio, pero sin cobrar. Cuando se terminó el rodaje, le contrataron por 10 pesetas por película, que era más que lo que cobraba su padre.
Después de esta experiencia, Mariné siguió colaborando con Porchet que le ofreció ser auxiliar en Amor gitano de Alfonso Benavides, en Incertidumbre de Juan Parellada e Isidro Socias y finalmente en La canción de mi vida, una cinta que no terminó de rodarse debido al inicio de la guerra civil española.
Entierro de Buenaventura Durruti en 1936
Productora: CNT/FAI Realizada por: SUEP (Sindicato Único de Espectáculos Públicos).
Fotografía: José Gaspar. Cámaras: Sebastián Perera, Juan Mariné.
Guerra Civil
A los pocos meses de empezar la guerra, los estudios Orphea le encargaron que fuera como ayudante al rodaje del multitudinario entierro de Durruti para planificar la jornada, reunir al equipo y al material técnico. Hicieron un cortometraje que se proyectó en varias sesiones diarias durante una semana en el cine Publi con gran asistencia de público. Durante la contienda, Mariné va a formar parte de SIE Films, una productora creada por la CNT. Allí trabajó en noticiarios, películas de propaganda, corto y mediometrajes documentales, entre otras producciones. Mariné no se encontraba cómodo en SIE Films y pasó a trabajar para Laya Films, donde fue ayudante y operador de cámara.
En sus ratos libres, se dedicaba a la fotografía de arte y montó un modesto taller de dibujos animados. En la primavera de 1938, fue llamado a filas y se incorporó en la llamada Quinta del biberón para luchar en el frente donde entraron en combate en la batalla del Segre. Perdió la audición del oído derecho en la explosión de una bomba. En Preixéns, empezó a trabajar como fotógrafo, haciendo ampliaciones fotográficas de las posiciones enemigas en laboratorio y luego de fotógrafo para el comandante Enrique Líster. Ante la retirada de las fuerzas republicanas, huyó con otros soldados hacia Barcelona. En Calaf, quedaron sitiados y consiguieron subirse a unos camiones que los llevaron a Francia.
Allí, Mariné pasó por dos campos de internamiento, el de Saint-Cyprien y el de Argelès-sur-Mer; logró escapar y, como quería regresar a España, se entregó en Le Boulou en un destacamiento del ejército franquista. Lo llevaron preso a Sevilla donde fue internado en el campo de concentración franquista de La Rinconada, que era una azucarera. Fue liberado gracias a unos contactos de su padre que había sido árbitro de fútbol y conocía a mucha gente en Sevilla, donde había jugado a menudo. Tuvo que terminar de hacer el servicio militar, y lo hizo en un hospital del centro de Sevilla.
De vuelta a Barcelona, consiguió mediante oposiciones una plaza de fotógrafo en el Estado Mayor del general Luis Orgaz Yoldi que le encargó inspeccionar y fotografiar los campos de prisioneros republicanos. Le felicitaron por la excelente ejecución de sus informes. Simultaneaba su servicio militar con la realización y producción de dibujos animados, pero había tal escasez de medios que una vez utilizados los celofanes transparentes sobre los que dibujaban los personajes, se borraban para volver a utilizarlos de nuevo.
Trayectoria como director de fotografía
A principios del año 1940, año a partir de la cual la actividad de Cifesa se concentró en Madrid, Mariné decidió trasladarse a la capital española, pero le resultó imposible compaginar su actividad profesional con el servicio militar. Tuvo que esperar a que este finalizara para mudarse definitivamente a Madrid con el objetivo de dedicarse por completo al mundo del cine.
En la capital, retomó contacto con Manuel Berenguer con quien había trabajado en Laya, entre otros proyectos. Con el alicantino trabajó en varias películas como segundo operador, pero fue en 1947 cuando por primera vez asumió las funciones de director de fotografía. Fue en un episodio de la película Cuatro mujeres, de Antonio del Amo, después de que Manuel Berenguer no pudiese encargarse de la totalidad de la película por tener otros proyectos entre mano. Al año siguiente, se encargará con total responsabilidad de la fotografía de La sombra iluminada de Carlos Serrano de Osma.
Mariné ejercerá como director de fotografía hasta finales de 1987. Durante su extensa carrera realizó unas 140 películas entre las que destacan las 13 que hará con Del Amo, 26 con Pedro Lazaga, 10 con José María Forqué, 7 con Juan Piquer y 4 con Manuel Mur Oti, sin olvidar las que hizo con Fernando Fernán-Gómez y Jesús Franco. Pedro Masó le encargó 36.
Técnico innovador y restaurador fílmico
Mariné siempre se preocupó por investigar novedades y problemas técnicos de rodaje y de proyección de las películas. Mucho antes de que los cineastas de la nouvelle vague rodaran cámara en mano, Mariné ya había filmado las escenas del Rastro de Día tras día (1951), de Antonio del Amo, con una pequeña cámara Eyemo. También fue pionero en utilizar el sistema Eastmancolor y el objetivo Cinemascope en 1956 en La gata, de Margarita Alexandre y Rafael Torrecilla, y buscó maneras de mejorar la sensibilidad de las películas para obtener más calidad en las proyecciones o poder rodar de noche.
Juan Mariné, en diciembre de 2019 en la Escuela de Cine de la Comunidad de Madrid.
Foto: Santi Burgos. El País.
En la década de 1960, se alejó del cine durante unos cuatro años para trabajar en publicidad, lo que le proporcionaba mayores ingresos económicos trabajando menos y le permitía dedicar más tiempo a la investigación. Empezó a idonear máquinas para restaurar películas antiguas, lo que le valió el Premio Juan de la Cierva de Investigación en 1974. Invirtió el dinero del premio en profundizar más en sus investigaciones técnicas y experimentos que le llevaron a descubrir nuevos sistemas de rodaje y de lentes anamórficas.
Su trabajo con Juan Piquer, realizador de películas de terror y de ciencia ficción, le permitió convertirse en un gran especialista en trucaje y efectos especiales, lo que le valió el reconocimiento del Festival de Cine de Sitges en 2017 con el premio María Honorífica.
Tras su última colaboración con Piquer en La grieta, en 1989, Mariné dejó definitivamente los platós de rodaje para dedicarse en exclusividad a temas de investigación sobre restauración de negativos antiguos en Filmoteca Española y en la Escuela de Cinematografía y del Audiovisual de la Comunidad de Madrid (ECAM). Allí, en su laboratorio situado en el sótano, apodado cariñosamente «el Submariné», ha montado un tren de lavado y recuperación higrométrica que permite procesar miles de metros de cintas deterioradas. El director polaco Wenceslao Syzoryk le ha dedicado en 2016 un documental con el mismo título, que muestra el trabajo diario de Mariné y su compañera Concha Figueras, restaurando la cinta de 1905 La llegada del tren a Llanes.
Mariné ha investigado también técnicas de ampliación y de más alta definición de cintas de súper 16 y 35 mm que le llevaron a crear el formato de película que lleva su nombre: el Formato Mariné. Este formato propone sólo dos perforaciones en vez de cuatro, lo que supone un aprovechamiento total del negativo y una notable mejora de la calidad de la imagen.
Juan Mariné, a sus 96 años, en su búnker de la ECAM. Foto: José Ramón Ladra
Il Museo dei sogni (El Museo de los Sueños) Dirección: Luigi Comencini Guion: Luigi Comencini Fotografía: Rómolo Garrone, Carlo Nebiolo Comentario musical: Cabor Gerente de producción: Lu Leone Narración: Piero Gallinari Ediciones musicales: Fono-Enic Material de archivo: Cineteca Italiana - Archivo Histórico Fílmico de Milán (Archivio Storico del Film Milano) Producción: Opus Film País de producción: 1949 Duración: 10:21 min
El director sigue el camino de los viejos carretes de copias de películas al final de su producción, hasta que son destruidos para recuperar su materia prima. Evoca la historia del cine a través de archivos, la creación de la primera filmoteca italiana, las acciones realizadas para proteger sus colecciones durante la guerra y las películas desaparecidas.
Una parte importante de nuestro pasado cinematográfico y cultural ha sido destruido por reglas inexplicables y dementes.
Hasta
la Segunda Guerra Mundial existía la usanza de arrojar como desperdicio
las películas ya proyectadas, después de algunos meses de su salida,
dado que no tenían ninguna utilidad concreta. De tal manera se podía
recuperar también el celuloide y las sales necesarias para la impresión,
todo material destinado al reciclaje. Pero en 1935 la institución de la
Cinemateca Italiano, en Milán, comenzó a cambiar las cosas.
Es uno
de los primeros trabajos de Luigi Comencini, que había surgido el año
anterior (1948) con el largometraje "Proibito rubare", pero que, como
era común en esos años, continuaba filmando cortometrajes. Poco más de
diez minutos dura "Il museo dei sogni", dedicado a la Cinemateca
Italiana, surgida de manera clandestina en 1935 en Milán, destinada a
transformar una costumbre italiana dada por sentada hasta ese momento:
la destrucción de las películas ya proyectadas, de cualquier género,
duración, relevancia artística - después de algunos meses de su salida
cuando todos los efectos se volvían inservibles y se podía al menos
garantizar la materia prima (celuloide y sales) reciclados. Visto
desde hoy este breve film habla de cosas inconcebibles, pensando que en
1949 no existía todavía la televisión que, al menos, habría servido de
salvaguarda y también de restauración de las viejas películas; el
trabajo de Comencini es cronológico, con una voz en off (Piero
Gallinari) que comenta las imágenes: la primera parte está dedicada al
proceso de vertido y reciclaje de viejas palículas, mientras que la
segunda entra más en el detalle sobre el argumento de la Cinemateca
Italiana.*1
Luigi Comencini nació cuatro años después de Michelangelo Antonioni. Se le considera el padre de la comedia italiana y, de hecho, tras sus primeros trabajos, el cine del Bel Paese empezó a tomar un rumbo diferente. Muchos directores que vinieron después de él le deben mucho.
Memorable es la película policiaca basada en el exitoso libro de Fruttero & Lucentini, La donna della Domenica, en la que un gran Marcello Mastroianni se ve obligado a desentrañar la intrincada madeja de un asesino en serie tan particular como el objeto que utiliza para aplastar las cabezas de sus víctimas. . . El museo de los sueños (Italia, 1949, 10') es un cortometraje singular que parte del tema, el del destino que alguna vez tocó el viejo cine italiano o el pulp. Comencini ya tenía en su haber algunas películas importantes cuando decidió dirigir este cortometraje en el que documenta la actividad de una fábrica en Busto Arsizio, un municipio a las afueras de Milán, donde se concentran todos aquellos trabajos para imágenes que se consideran sin interés comercial. , aunque la cultural es indudable.
Por eso Gianni y Luigi Comencini, junto con Alberto Lattuada, fundaron la Cineteca Italiana de Milán, que tenía el noble objetivo de salvar de una muerte segura muchas obras importantes de la factoría cinematográfica mundial que representan otros tantos fragmentos de la historia narrados en imágenes. La tendencia inicial del cortometraje recuerda las películas mudas del pasado, aunque el comentario del buen orador pronto nos devuelve a la época actual. Es realmente efectiva la parte que nos muestra a los muchos curiosos que, atraídos por las carteleras de las películas en los cines de la ciudad, se detienen a leer sobre los protagonistas y el director. ¿Quién sabe si entrarán a comprar la entrada?
Y entonces, ¿qué quedó de aquellas películas, después de que los oratorios parroquiales las hubieran reproducido también en la gran pantalla? El celuloide inflamable del que están hechas las pizzas o los rollos que contienen la película ensamblada, fue depositado en grandes archivos inertes, antes de pasar por las manos de los expertos que, a hachazos, comenzaron la lenta destrucción de los kilómetros de película. Quintales de sueños cinematográficos, repletos de elementos contaminantes como las sales de plata, se amontonaban en las grandes plazas de las fábricas encargadas del particular desmantelamiento. Un ejemplo perfecto de recogida selectiva de residuos ante litteram es el que documenta el corto de este autor. Una vez limpio de todos los agentes peligrosos, el celuloide blanco, con todas sus tiras transparentes, era troceado, fundido y recompuesto en diferentes objetos, como peines y juguetes.
El resto de este precioso video hay que verlo hasta el final. Realmente se lo merece. Un gran pedacito de la historia del cine italiano salvado in extremis de las garras del pulp. Gracias a Lattuada y los Comencini. *2
¿Qué hacer con tanta película sin valor comercial?Fabricado en celuloide, material altamente inflamable, basta un cigarrillo para provocar terroríficos incendios que han causado vida en todos los países del mundo.Incendios que los bomberos prefieren no encontrar.¡El celuloide estalla como dinamita!(narrador)
Adiós, Íngrid.Tu destino está sellado.(narrador) [antes de que se descompongan los componentes químicos de una copia cinematográfica de una película con Ingrid Bergman]
Piensa en cuántas películas viste hace diez, quince, veinte años.Películas que quizás quieras volver a ver hoy.Imposible.Todos terminaron así.[...] Se han convertido en un peine barato, un juguete que hace feliz a un niño, una pelota de ping pong.(narrador) *3
"Ettore (Umberto Melnati) es un actor de cine mudo dedicado ahora a recuperar películas de desechos. Dedicado a sensibilizar y rescate de la basura grandes obras que de otra manera correrían el riesgo de perderse para siempre, organiza visiones de sus tesoros en espectáculos compuestos de collages temáticos."
Producción: Palestinian Film Institute. Restauración: Azza El-Hassan,fundadora de The Void Project en 2017 con el apoyo de Creative Interruptions AHRC.
Formato original: 16mm.
País de producción: Palestina
Año: 1977
Duración: 29 min.
Uno de los íconos del cine palestino es el fotógrafo y director de fotografía Hani Jawharieh, nombrado 'mártir del cine' después de perder su vida filmando un combate en Ain Toura, Líbano, en 1976, capturando trágicamente su propia muerte desde el frente.
Jawharieh fue uno de los fundadores de la Unidad de Cine de Palestina, un colectivo de creadores de imágenes que operaba desde Ammán, esforzándose por documentar la injusticia masiva de la ocupación israelí y, al mismo tiempo, ir contra la corriente de la imagen más común de palestinos victimizados, mostrándolos en el corazón de la batalla, resistiendo y luchando.
Fotograma de Jawharieh del documental de Mustafa Abu Ali que narra su vida, Palestina en el ojo
Sus fotos, específicamente las de Jawharieh, constituyeron la mayor parte de la propaganda lanzada en oposición a la ocupación israelí, convirtiéndose en la narrativa oficial de la revolución palestina.
Durante la invasión de Líbano en 1982, el ejército israelí destruyó el archivo de la Unidad de Cine Palestina, robando y saqueando la mayor parte de su contenido, incluidas las obras de Jawharieh.
Este cartel, distribuido por el Movimiento Palestino de Liberación Nacional en 1970, presenta una de las fotografías icónicas de Jawharieh. Crédito de la foto- Archivos del Proyecto Palestino del Cartel.
Sin embargo, su esposa, Hind, mantuvo una colección de sus películas en la seguridad de su hogar, así como su archivo personal de fotografías, nunca antes vistas por el público.
Con la ayuda de la curadora Azza El Hassan, quien fundó The Void Project, un proyecto multimedia que reúne diferentes formas de archivos en un esfuerzo por llenar el 'vacío' dejado con el robo y saqueo de archivos palestinos.*1
Agradecemos enormemente a Azza El Hassan por su invaluable trabajo de recuperación, restauración y difusión en The Void Project, y con la que hemos tenido contacto y apoyo para publicar este documental, del que también hemos diseñado un nuevo cartel para esta ocasión.
The Void Project, utiliza fotos, películas y texto para lidiar con la ausencia y / y presencia de una imagen en tiempos de guerra. En The Void, se rastrea la historia detrás de una foto rescatada, y se restauran y exhiben películas que se han ocultado porque sus dueños temían por la vida de las películas. The Void Project, también produce películas que tienen como objetivo curar a sus protagonistas de un evento o momento grabado visualmente.
The Void Project realiza exhibiciones y proyecciones, tanto en línea como en el mundo real.
Películas Restauradas
The Void Project ha restaurado una colección de películas palestinas . La mayoría data de los años 60, 70 y 80. Una era conocida como la era revolucionaria del cine palestino. Estas son películas que fueron producidas por el Palestine Film Institute en Jordania y Líbano. Las películas más recientes que se restaurarán son películas realizadas por mujeres cineastas durante los años revolucionarios del cine palestino. Women & the Revolution es una colaboración entre The Void Project y el London Palestine Film Festival .
"En 1982, el archivo de la Unidad de Cine Palestina fue destruido y su contenido fue robado durante la invasión israelí de Beirut. Ahora se sabe que el ejército israelí se apoderó de él.
Investigadores de la Universidad de Sheffield Hallam han participado en el trabajo de digitalización y restauración de películas que se produjeron durante la Revolución en las décadas de 1960 y 1970, una parte perdida de la cultura palestina."*2
Palestine in the eye, restaurada por Azza El-Hassan, fundadora de The Void Project en 2017 con la colaboración de Creative Interruptions AHRC.
"Palestine in the eye" antes y después de la resturación.
Intervienen: Alan Lomax, Peter Kennedy, Peggy Seeger.
Productora: MM Filmprodukties, NPS Televisie (Distribuidora: Parallel 40)
País de producción: Países Bajos (Holanda)
Año: 2004
Duración: 94 min.
Alan Lomax (1915-2002) era un coleccionista, pero no un coleccionista cualquiera. Durante gran parte de su vida, viajó por el mundo con su grabadora para cazar las mejores canciones folk. Cuando Rogier Kappers, el director, visita a Alan Lomax para entrevistarlo, descubre a un Alan que no puede hablar por culpa de una hemorragia cerebral. El director decide, entonces, buscar a las personas que Lomax había grabado años antes. El viaje lo lleva a través de las desoladas islas escocesas, el interior deshabitado de España o los pueblos de montaña aislados de Italia. Kappers se encuentra con aquellos que Lomax convirtió en artistas: granjeros, trabajadores, amas de casa, pastores...; todos dan la mejor parte de sí mismos para cantar la canción más bonita. En esta road movie pasional y musical, descubrimos lentamente por qué la música folk puede ser tan bella y cuál es el tesoro que había poseído, en aquel tiempo, Alan Lomax.
Alan Lomax era hijo del también etnomusicólogo John Lomax, con quien comenzó su carrera a los 22 años grabando temas cantados por presos o por trabajadores afroamericanos de Texas, Luisiana y Misisipi. Se graduó en filosofía en la Universidad de Texas en Austin, y trabajó posteriormente en varios proyectos para la Biblioteca del Congreso (Library of Congress) de Estados Unidos. Desarrolló su propio sistema para analizar canciones, que llamó cantométrica, donde trataba principalmente de encontrar las relaciones entre la sociología y el corpus musical.
Dedicó la mayor parte de su vida a viajar por el mundo para recoger con su grabadora muestras del folklore musical de países como España, Italia, Irlanda, India o Rumanía. También lanzó a la fama a varios intérpretes de blues, como Muddy Waters, Leadbelly, Woody Guthrie, Jelly Roll Morton o Jeannie Robertson, además de grabar estilos musicales casi desconocidos, como los espirituales de Sea Islands. Participó en varios programas de radio y series de televisión, y desempeñó un papel importante en el “renacimiento” del folk (folk revival) que tuvo lugar en los años 50 y 60 en EE. UU. e Inglaterra.
Colaboró también con Ruth Crowford Seeger en dos importantes antologías durante la década de 1940 (Our Singing Country, 1941, y Folk Song: USA, 1947)
Ganó el prestigioso premio National Book Critics Circle Award en 1993 por su libro The Land Where the Blues Began, donde exponía la historia de los orígenes del blues. Murió en Florida, a los 87 años, y un año más tarde recibió un póstumo Grammy en reconocimiento a su vida y a su aportación a la música.
Alan Lomax (derecha) con el músico Wade Ward,
durante las grabaciones de Southern Journey, 1959-1960.
Shirley Collins / Cortesía de Alan Lomax Archive
El enorme archivo de Alan Lomax se digitalizó y se subió a internet en 2012
El catálogo de grabaciones de sonido comprende más de 17.400 archivos de audio digital, comenzando con las primeras grabaciones de Lomax en cinta (recién inventada) en 1946 y siguiendo su carrera hasta la década de 1990.
Además de un amplio espectro de actuaciones musicales de todo el mundo, incluye historias, bromas, sermones, narrativas personales, entrevistas realizadas por Lomax y sus asociados, y artefactos ambientales únicos capturados en tránsito de transmisiones de radio, a veces sin darse cuenta, cuando Alan se fue. la máquina de cinta en funcionamiento.
No se ha omitido ni una sola pieza de sonido grabado en el archivo de audio de Lomax: lo que significa que también se incluyen comprobaciones de micrófono, interpretaciones parciales y falsos comienzos.
Este material del archivo independiente de Alan Lomax, iniciado en 1946, que ha sido digitalizado y conservado por el Association for Cultural Equity, se diferencia de las miles de grabaciones anteriores en discos de acetato y aluminio que realizó entre 1933 y 1942 bajo los auspicios de la Biblioteca del Congreso.
Esta colección anterior, que incluye las famosas sesiones de Jelly Roll Morton, Woody Guthrie, Lead Belly y Muddy Waters, así como las prodigiosas colecciones de Lomax realizadas en Haití y el este de Kentucky (1937), es el origen del American Folklife Center en la biblioteca.
Sin embargo, se está intentando digitalizar parte de este material más raro, como las grabaciones haitianas, y ponerlo a disposición en el catálogo de grabaciones sonoras. Consulte periódicamente las actualizaciones.
Título original: Toute la mémoire du monde
Año: 1956
Duración: 21 min.
País de producción: Francia
Dirección: Alain Resnais
Guión: Rémo Forlani
Formato: B/N
Idioma: Frances con subtítulos en castellano (gracias a GatoNegro)
Producción: Films de la Pleiade
Voz en off : Jacques Dumesnil.
Corto predecesor de Hirosma Mon amour. En excasos 20 min Resnais analiza la Biblioteca Nacional Francesa. Con una cámara hiperactiva va describiendo el espacio con gran destreza, creando y al mismo tiempo dando forma a su nuevo lenguaje.
“Como tienen la memoria corta, los hombres acumulan numerosos recordatorios”. En este cortometraje, Resnais propone una visita guiada a la Biblioteca Nacional de París y, de su cúpula a sus sótanos, de su sala de catálogos a su sala de lectura, nos revela los bastidores –vedados al público– de está institución del saber. La exploración de los sombríos laberintos de esta inmensa biblioteca es también una manera sutil de evocar los meandros más que sinuosos de la arquitectura mnemónica de los simples mortales que somos.
“Nosotros no hacemos films para morir, sino para vivir, para vivir mejor. Y si se nos va la vida en ello, vendrán otros que continuarán…” Raymundo Gleyzer.
“Interrogar al cine partiendo de su faceta documental significa interrogarse sobre el estatuto de la realidad frente a la cámara, o la relación entre el filme y la realidad: Significa elegir un eje de reflexión, un eje que supone que el cine se reinventa a sí mismo cuando logra hacer visible algo que hasta entonces había permanecido inadvertido en nuestro mundo.” Jean Breschand.
Titulo original: La Commune-La Comuna. Dirección: Peter Watkins Guión: Peter Watkins, Agathe Bluysen Fotografía: Odd-Geir Saether Cám...
RAM (Revista Archivo Manoseado)
Portada del Nº2 de RAM (Revista Archivo Manoseado), orientada a reflexionar y a divulgar todo lo relacionado al uso de los archivos para la creación de obras derivadas; técnica también conocida como found footage o cine de apropiación, reutilización, re-mezcla, re-edición, re-significación, usurpación, reciclaje, collage, etc.