Il Museo dei sogni
Dirección: Luigi Comencini
Guion: Luigi Comencini
Fotografía: Rómolo Garrone, Carlo Nebiolo
Comentario musical: Cabor
Gerente de producción: Lu Leone
Narración: Piero Gallinari
Ediciones musicales: Fono-Enic
Material de archivo: Cineteca Italiana - Archivo Histórico Fílmico de Milán (Archivio Storico del Film Milano)
Producción: Opus Film
País de producción: 1949
Duración: 10:21 min
El director sigue el camino de los viejos carretes de copias de películas al final de su producción, hasta que son destruidos para recuperar su materia prima. Evoca la historia del cine a través de archivos, la creación de la primera filmoteca italiana, las acciones realizadas para proteger sus colecciones durante la guerra y las películas desaparecidas.
Hasta la Segunda Guerra Mundial existía la usanza de arrojar como desperdicio las películas ya proyectadas, después de algunos meses de su salida, dado que no tenían ninguna utilidad concreta. De tal manera se podía recuperar también el celuloide y las sales necesarias para la impresión, todo material destinado al reciclaje. Pero en 1935 la institución de la Cinemateca Italiano, en Milán, comenzó a cambiar las cosas.
Es uno
de los primeros trabajos de Luigi Comencini, que había surgido el año
anterior (1948) con el largometraje "Proibito rubare", pero que, como
era común en esos años, continuaba filmando cortometrajes. Poco más de
diez minutos dura "Il museo dei sogni", dedicado a la Cinemateca
Italiana, surgida de manera clandestina en 1935 en Milán, destinada a
transformar una costumbre italiana dada por sentada hasta ese momento:
la destrucción de las películas ya proyectadas, de cualquier género,
duración, relevancia artística - después de algunos meses de su salida
cuando todos los efectos se volvían inservibles y se podía al menos
garantizar la materia prima (celuloide y sales) reciclados.
Visto
desde hoy este breve film habla de cosas inconcebibles, pensando que en
1949 no existía todavía la televisión que, al menos, habría servido de
salvaguarda y también de restauración de las viejas películas; el
trabajo de Comencini es cronológico, con una voz en off (Piero
Gallinari) que comenta las imágenes: la primera parte está dedicada al
proceso de vertido y reciclaje de viejas palículas, mientras que la
segunda entra más en el detalle sobre el argumento de la Cinemateca
Italiana.*1
Luigi Comencini nació cuatro años después de Michelangelo Antonioni. Se le considera el padre de la comedia italiana y, de hecho, tras sus primeros trabajos, el cine del Bel Paese empezó a tomar un rumbo diferente. Muchos directores que vinieron después de él le deben mucho.
Memorable es la película policiaca basada en el exitoso libro de Fruttero & Lucentini, La donna della Domenica, en la que un gran Marcello Mastroianni se ve obligado a desentrañar la intrincada madeja de un asesino en serie tan particular como el objeto que utiliza para aplastar las cabezas de sus víctimas. . .
El museo de los sueños (Italia, 1949, 10') es un cortometraje singular que parte del tema, el del destino que alguna vez tocó el viejo cine italiano o el pulp. Comencini ya tenía en su haber algunas películas importantes cuando decidió dirigir este cortometraje en el que documenta la actividad de una fábrica en Busto Arsizio, un municipio a las afueras de Milán, donde se concentran todos aquellos trabajos para imágenes que se consideran sin interés comercial. , aunque la cultural es indudable.
Por eso Gianni y Luigi Comencini, junto con Alberto Lattuada, fundaron la Cineteca Italiana de Milán, que tenía el noble objetivo de salvar de una muerte segura muchas obras importantes de la factoría cinematográfica mundial que representan otros tantos fragmentos de la historia narrados en imágenes.
La tendencia inicial del cortometraje recuerda las películas mudas del pasado, aunque el comentario del buen orador pronto nos devuelve a la época actual. Es realmente efectiva la parte que nos muestra a los muchos curiosos que, atraídos por las carteleras de las películas en los cines de la ciudad, se detienen a leer sobre los protagonistas y el director. ¿Quién sabe si entrarán a comprar la entrada?
Y entonces, ¿qué quedó de aquellas películas, después de que los oratorios parroquiales las hubieran reproducido también en la gran pantalla? El celuloide inflamable del que están hechas las pizzas o los rollos que contienen la película ensamblada, fue depositado en grandes archivos inertes, antes de pasar por las manos de los expertos que, a hachazos, comenzaron la lenta destrucción de los kilómetros de película. Quintales de sueños cinematográficos, repletos de elementos contaminantes como las sales de plata, se amontonaban en las grandes plazas de las fábricas encargadas del particular desmantelamiento. Un ejemplo perfecto de recogida selectiva de residuos ante litteram es el que documenta el corto de este autor. Una vez limpio de todos los agentes peligrosos, el celuloide blanco, con todas sus tiras transparentes, era troceado, fundido y recompuesto en diferentes objetos, como peines y juguetes.
El resto de este precioso video hay que verlo hasta el final. Realmente se lo merece. Un gran pedacito de la historia del cine italiano salvado in extremis de las garras del pulp. Gracias a Lattuada y los Comencini. *2
¿Qué hacer con tanta película sin valor comercial? Fabricado en celuloide, material altamente inflamable, basta un cigarrillo para provocar terroríficos incendios que han causado vida en todos los países del mundo. Incendios que los bomberos prefieren no encontrar. ¡El celuloide estalla como dinamita! (narrador)
Adiós, Íngrid. Tu destino está sellado. (narrador) [antes de que se descompongan los componentes químicos de una copia cinematográfica de una película con Ingrid Bergman]
Piensa en cuántas películas viste hace diez, quince, veinte años. Películas que quizás quieras volver a ver hoy. Imposible. Todos terminaron así. [...] Se han convertido en un peine barato, un juguete que hace feliz a un niño, una pelota de ping pong. (narrador) *3
Fuentes de información: *1 FilmTV, *2 Lidia Borghi, *3 Wikiquote, IMDB, El cine italiano, Archivo Luce,
La valigia dei sogni (Luigi Comencini, 1953)
"Ettore (Umberto Melnati) es un actor de cine mudo dedicado ahora a recuperar películas de desechos. Dedicado a sensibilizar y rescate de la basura grandes obras que de otra manera correrían el riesgo de perderse para siempre, organiza visiones de sus tesoros en espectáculos compuestos de collages temáticos."