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lunes, 16 de enero de 2012

The War Game

Dirección: Peter Watkins        
Guión:  Peter Watkins   
Voz en off: Michael Aspel, Peter Graham   
Producción: Peter Watkins
Asistente de producción: Peter Norton   
Productora: BBC
Fotografía: Peter Bartlett, Peter Suschitzky        
Montaje: Michael Bradsell        
Vestuario: Vanessa Clarke        
Maquillaje: Lilias Munro   
Sonido: Lou Hanks, Stan Morcom, Derek Williams   
Diseño artístico: Tony Cornell, Anne Davey
Secuencias de acción: Derek Ware
Pais de producción: E.E.U.U.
Año: 1965
Duración: 48 min.







Las hostilidades entre China e Inglaterra cada vez son más candentes y, finalmente, el país del Este bombardea la ciudad de Kent con una bomba atómica. Los supervivientes habrán de enfrentarse a los efectos de la radiación así como a las revueltas de los saqueadores...



En 1962, Kennedy y Jrushchov jugaron, con el pretexto de los misiles cubanos (y sus equivalentes turcos, por el bando americano), a decidir la pertinencia de la muerte de centenares de millones de personas, según cifra reconocida por el líder soviético en su Declaración a los partidos comunistas obreros. Fue el punto climático de una tensión que amenazaba con hacer estallar la Tercera Guerra Mundial, una guerra nuclear de consecuencias impensables. Apenas dos años después de que aquello quedase en tablas con el acuerdo táctico de mantener desinformada a la opinión pública durante seis meses, Harold Wilson y su recién elegido gobierno laborista comienzan a desarrollar un programa de armas nucleares a gran escala en Gran Bretaña, rompiendo su promesa electoral de desarmar el país unilateralmente, e ignorando las protestas de la población. Peter Watkins, cineasta inglés que ha ido madurando en los años previos un lenguaje de falso documental influido por la Escuela Documental Británica, se propone cumplir con un deber que los aparatos de información estatal están evitando: informar sobre las consecuencias reales y concretas de un inminente ataque nuclear.

“La televisión británica de la época se mostraba bastante reacia a tratar el tema de la carrera armamentística, y había un silencio significativo sobre los efectos de las armas nucleares –un tema del que la gran mayoría del público carecía totalmente de información. Por lo tanto, propuse a la BBC hacer una película mostrando los posibles efectos de un ataque nuclear en Gran Bretaña, durante un estallido bélico entre la OTAN y la URSS, utilizando una pequeña parte de Kent, en el sureste de Inglaterra para representar un microcosmos.” En efecto, la BBC produjo el documental y estableció como fecha de estreno el 6 de agosto de 1966, aniversario de la destrucción de Hiroshima; pero una vez terminado, gobierno y BBC quedaron tan consternados que la cadena censuró la retransmisión, declarando que “el efecto de la película ha sido juzgado por la BBC como demasiado terrible para la televisión”. La película fue estrenada en salas comerciales (en Inglaterra con calificación X), y en 1966 recibió el Oscar al mejor documental, a pesar de ser una obra de ficción.

La enorme efectividad del documental de Watkins se basa en la perfecta sintonía entre forma y objetivo. El director construye su relato inscribiéndolo en el hueco que reclamaba ser cubierto, y por ello rueda imitando las técnicas de los noticiarios de la BBC, porque ésta es la noticia que no estaban dando, y es la principal que debían dar. La obra de Watkins se articula, en primer lugar, en función de una premisa histórica, partiendo de la escalada de tensión contemporánea entre los bloques de la Guerra Fría, y adelantándose en una serie de movimientos estratégicos perfectamente lógicos y posibles; prosigue con la documentación visual del acontecimiento y sus consecuencias, tomando como ejemplo a individuos concretos con los que todo británico (y en realidad, todo ser humano) podía empatizar; y se completa con entrevistas realizadas de la misma forma seca que las mostradas en los noticiarios. La credibilidad de los datos ofrecidos se sostiene en varias fuentes de primer orden, desde experiencias tomadas directamente de los efectos causados en la población civil de Hiroshima y Nagasaki, hasta consultas específicas a científicos, que después son expuestas por actores en el documental. Watkins deja claro que el país no está preparado ni por asomo para afrontar en términos de seguridad civil una catástrofe de una magnitud tan brutal, y que la gente tiene derecho a saberlo; los realojamientos forzosos excesivos darían paso al malestar y a los prejuicios, la racionalización y canalización de los alimentos, a la violencia civil. La voluntad de Watkins es explicarles a sus compatriotas que en las altas instancias se está jugando con sus vidas sin su conocimiento o permiso: a través de la información les devuelve el poder para decidir si alguien tiene el derecho de seguir haciéndolo. 

El esfuerzo de Watkins se inscribe dentro de una tendencia propia de la época, de crítica entre desquiciada y melancólica ante la catástrofe definitiva, por parte de algunos de los mejores directores del momento. El más importante y recordado análisis de las causas lo realizó Stanley Kubrick en ¿Teléfono Rojo? Volamos hacia Moscú (Dr. Strangelove or: How I Learned to Stop Worrying and Love the Bomb, 1963), donde el neoyorkino trazaba un retrato desde el absurdo de las causas (absurdas, insondables) del conflicto que había llevado a la actual situación. Aparte del tratamiento pop del tema de la bomba en las películas de ciencia-ficción americana de los 50, en Europa las consecuencias humanas son exploradas desde la cosmovisión particular de los autores, produciendo reflexiones tan dispares como la de Alain Resnais en Hiroshima mon amour (1959), Chris Marker en La Jetée (1962), Godard en Il nuovo mondo (1963), o el propio Watkins en The war game (1965) y su especie de segunda parte The gladiators (Gladiatorerne, 1969), rodada desde su autoexilio creativo en Suecia y también conocida como The peace game, donde imagina un futuro próximo en el que los países han acordado un medio alternativo de hacer estallar su violencia latente, enfrentando en espectáculos mediáticos a muerte a una selección de personas de cada país. En Japón, donde los documentales de ficción producidos para ilustrar lo que había pasado se construyeron desde una realidad tristemente cercana, surgirá la serie de filmes hibakusha (en japonés, “persona afectada por la bomba”) representada por Godzilla (Gojira, 1954); mucho después, se producirá una reflexión profunda en dos obras maestras: Lluvia negra (1989) de Imamura, y Rapsodia en agosto (1991), de Kurosawa.

En la actualidad, el ejemplo de The War Game y su voluntad de suministrar información fundamental ocultada o manipulada por los medios oficiales parece animar el empeño de cineastas como Michael Moore, quien en Fahrenheit 9/11 (2004) le regala al público americano imágenes de Irak tras los primeros bombardeos, pero no de la Irak virtual con aspecto de videojuego inocuo que retransmite en directo espectacular la CNN (y que aún le permitirá afirmar a algún dirigente que se trata de una guerra de precisión quirúrgica), sino de la Irak real vista desde el suelo, con sus calles arrasadas y sus víctimas civiles. El ejemplo antibelicista de la película de Watkins, aunque relegado al olvido oficial quizá por ser demasiado efectivo para su época y contexto, se ha prolongado sin embargo en silencio por algunas obras fundamentales de los últimos años, desde las descorazonadoras entrevistas ficticias a los soldados en La chaqueta metálica (Full metal jacket, 1989) hasta las aún más descorazonadoras entrevistas no ficticias a los soldados americanos que patrullan Irak en Fahrenheit 9/11. Siguiendo a Watkins, el juego de la guerra, del que asistimos en la actualidad a un ejemplo inquietante por ostensible, debería encontrarse siempre con alguna presencia incomodísima que completara los espacios omitidos, para devolverles a los directamente afectados la capacidad de decidir si lo inevitable no es en realidad provocado, firmado en función de beneficios particulares. Quizá lo verdaderamente terrible hoy, superado el equilibrio de potencias y demostrada la búsqueda de beneficios particulares, sea que los directamente afectados de una de las partes en conflicto sólo puedan asistir mudos a su propia destrucción, invasión, y saqueo, viendo cómo el resto del mundo aprueba y archiva notas de condena que no solucionan nada. Quizá el juego de la guerra, enfermedad terminal, incurable del ser humano, sólo se extinga con él, quizá en una próxima guerra nuclear como la imaginada por Watkins.*1


Fuentes de información: IMDB, *1 Artículo de Guillermo G. Peydro, publicado en su blog "Le Jardin imaginaire",  Patio de Butacas & Vagos (info y descarga directa), Subdivx (subtitulos), DivxClasico (info y descargas P2P).




jueves, 21 de abril de 2011

Trinity and Beyond - La pelicula de la bomba atomica


Título original: Trinity and beyond (The Atomic Bomb Movie)
Dirección: Peter Kuran
Producción: Peter Kuran, Alan Munro, Marilyn Nave, Jacqueline Zietlow.
Music: William T. Stromberg
Fotografía: Barbu Marian
Montaje: Peter Kuran
Narrado por: William Shatner
País de producción: U.S.A.
Año: 1995
Idioma: Inglés  
Duracion: 90 Min.











Trinity and Beyond es un excelente documental de 92 minutos de duración en el que se muestra la historia de la bomba atómica desde sus comienzos en 1945 hasta 1968, cuando se firmó el Tratado de No Proliferación Nuclear. “Trinity” fue la primera bomba de plutonio lanzada, con una potencia de 19 Kt, por los EE.UU. y que dio la salida a la Era Atómica. A ésta le siguieron “Little Boy” (Hiroshima) y “Fat Man” (Nagasaki), las cuales pusieron fin a la Segunda Guerra Mundial y dieron comienzo a la carrera armamentística entre las dos grandes potencias del momento con la Guerra Fría. Con la llegada de la bomba de hidrógeno (H-Bomb) la potencia se multiplicó y se crearon mastodontes como “Castle Bravo” (15 Mt, la mayor testeada por EE.UU.) cuyas imágenes son absolutamente espectaculares y quizás las más conocidas ya que el hongo que genera es el que más se puede reconocer, o la rusa “Tzar”, que se salió del gráfico con 57 Mt y que causó la mayor explosión nuclear de la historia. El documental, narrado por William Shatner (el capitán Kirk de Star Trek), es un auténtico espectáculo visual de las pruebas nucleares realizadas por americanos y soviéticos, con imágenes de archivo en su gran mayoría y dónde se pueden ver detonaciones nucleares “desde dentro”. La banda sonora, por cierto, no desmerece en nada a las imágenes. Interpretada por la Orquesta Sinfónica de Moscú, acompaña a la narración visual de un modo espectacular.

De Julio el 16 de 1945, en un sitio llamado Trinity, una bomba del plutonio fue ensamblada y traída a la tapa de una torre. La bomba fue detonada, produciendo un flash intenso y una bola de fuego que se ampliaron a 600 contadores en dos segundos. La potencia explosiva era equivalente a los kilotons 18.6 de TNT. Vino una altura de más de 12 kilómetros, hirviendo para arriba en la dimensión de una variable de una seta. Cuarenta segundos después, la ráfaga del aire de la bomba alcanzaron las arcones de la observación, junto con un rugido largo y deafening del sonido. Y comenzó tan la EDAD ATÓMICA...

Trinity and Beyond " es una inquietante con todo visualmente fascinación documental presentando la historia de las armas nucleares desarrollo y probando entre 1945 hasta 1963. Narrado por William Shatner y ofrecer una cuenta original realizada por la orquesta de la sinfonía de Moscú, la película revela unreleased y clasificó la cantidad del gobierno que representa en detalle gráfico estas armas de gran alcance e impresionantes. Muchas escenas fueron restablecidas con un proceso creado para hacer la cantidad usable.

Fuentes de información: IMDB, Cineveo, Reddescargas (documental online y descarga directa), Atom Central (información y reseña).




miércoles, 20 de abril de 2011

La pesadilla de los desechos nucleares


Título original: Déchets : Le Cauchemar du Nucléaire
Dirección : Eric Guéret
Guión : Laure Noualhat, Eric Guéret
Con la participación de: Michèle Rivasi, Jean-Luc Thierry
País de producción: Francia
Idioma: Francés (documental online doblado al castellano).
Producción: Bonne Pioche, ARTE France, Sundance Channel
Año: 2009
Duración: 97 min.












La cara oculta de la energía nuclear y su déficit democrático a través de su punto débil: los residuos radiactivos. Una verdad incómoda.

En plena conciencia de las amenazas del calentamiento global, la industria y algunos políticos tienen la energía nuclear como el camino a seguir, una energía limpia, sin impacto sobre el medio ambiente y la salud. A veces, una energía que es parte del "desarrollo sostenible". ¿Pero la energía nuclear es tan limpia que nos dice?

Siempre ha ahbido un encarnizado debate entre pro y anti-nucleares. ¿Sí o no ? ¿hay que seguir apostando por esta energía que la mayoría de los países europeos ya habían decidido abandonar? En el corazón de los debates, el temor de los residuos nucleares es compartida por todos. Debido a que los residuos es el punto débil de su base de apoyo nucleares, su talón de Aquiles, su peor pesadilla. La gente tiene miedo, los científicos no encuentran una solución aceptable, los fabricantes están tratando de tranquilizar y evitar el tema político. Sin embargo, los pocos países europeos que han abierto el debate sobre la contaminación de los residuos (radiactivos durante miles de años), han decidido abandonar gradualmente la energía nuclear. Este es el caso de Austria, Suecia, Bélgica o Alemania. ¿Cómo puede la gente tener una visión clara de un campo siempre ha estado envuelta en el secreto? ¿Por qué este déficit democrático en las catástrofes políticas y ambientales? Partimos en busca de "la verdad sobre los residuos en Francia, Alemania, Estados Unidos y Rusia ...

Los autores Eric Guéret y Laure Noualhat estuvieron acompañados por los técnicos del laboratorio francés independiente de control de la radiación, CRIIRAD. Ellos han detectado y medido la radiación en muchos lugares como el río Columbia de EE.UU. o la fábrica de plutonio francesa llamada planta de reprocesamiento en La Hague.
- Según el Dr. Alexey Yablokov, miembro de la Academia Rusa de Ciencias, el accidente de Japón podría ser peor que Chernóbil
- Según Janette Sherman, Doctor en medicina, especialista en toxicología, Chernóbil ha ocasionado ya un millón de víctimas
- Mientras que las masas de aire contaminado se han detectado en Islandia, Suecia, Finlandia y Alemania, CRIIRAD denuncia la ocultación del Departamento de Energía de EE.UU
- Las cifras de la contaminación del aire existen pero que son confiscados por los estados.

Fuentes de información: Arte, TVE (info y video online), Saboteamos (info y video online), La Haine (info y video online).




Ver en V.D. Youtube.
Ver en V.D. Youtube.
Ver en TVE.


domingo, 15 de abril de 2007

The Atomic Cafe



Dirigida por: Jayne Loader, Kevin Rafferty, Pierce Rafferty 
Producida por: Jayne Loader, Kevin Rafferty, Pierce Rafferty
Editida por: Jayne Loader, Kevin Rafferty
Año: 1982
Pais de producción: E.E.U.U.
Duración: 86 min.
















The Atomic Café

Usando un extenso material de propaganda oficial de los Estados Unidos, cuyo objetivo era desmitificar los efectos nocivos de un posible ataque nuclear durante la guerra fría, su remontaje da pie a una hilarante obra que desvela la burda retórica propagandística al tiempo que invita a reflexionar sobre nuestra condición de espectadores acríticos y crédulos.

The Atomic Café es uno de los documentales canónicos dentro del subgénero del compilation film. Usando un extenso material de propaganda oficial de los Estados Unidos, cuyo objetivo era desmitificar los efectos nocivos de un posible ataque nuclear durante la guerra fría, su remontaje da pie a una hilarante obra que desvela la burda retórica propagandística al tiempo que invita a reflexionar sobre nuestra condición de espectadores acríticos y crédulos.

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Todo lo que debemos saber para salvarnos durante un ataque atómico -y sí, lo decían completamente en serio-.

Atomic Cafe es el título de una mítica película, realizada en 1982 por el cineasta Kevin Rafferty, la periodista Jayne Loader y el documentalista Pierce Rafferty. En ella se recogen fragmentos de películas de los años 40 y 50 de los archivos documentales del gobierno estadounidense -propaganda educativa y defensa civil- y relacionadas con la energía nuclear y la bomba atómica. Se trata de una visión escalofriante y sacárstica de la paranoia norteamericana sobre la Guerra Nuclear y de su inconsciente campaña de mentiras y desinformación. Incluye escenas surrealistas que muestran a soldados ubicados en áreas devastadas por explosiones nucleares y cuya única protección son unas sencillas gafas de sol, a una piara de cerdos ¡uniformados de militares! y abandonados a morir en una zona de máxima devastación durante una prueba nuclear para comprobar si los seres humanos (cuya piel tiene la misma consistencia que la de los cerdos) pueden soportar la prueba ... y también una película de dibujos animados donde “La Tortuga Burt” enseña a los niños de una escuela a agacharse y esconderse bajo sus pupitres ("duck and cover") en el caso de que se produzca una explosión atómica.

Una advertencia importante: Recordad que NO se trata de una ficción y que las campañas mediáticas de alarma y desinformación NO finalizaron en 1950.

Fuentes de información: America under Attack, Blog&Docs.