Una mosca en una botella de Coca-Cola
Director: Javier Couso Permuy
Guionista: Pablo Iglesias Turrión
Guionista: Pablo Iglesias Turrión
Producción: Producciones CMI y OMAL-Paz con Dignidad
País de producción: España
País de producción: España
Año: 2013
Duración: 23 min.
Sinopsis
El documental Una mosca en una botella de Coca-Cola, una producción audiovisual de Producciones CMI para el Observatorio de Multinacionales en América Latina (OMAL) - Paz con Dignidad, analiza los medios de comunicación que operan en el Estado español y su forma de tratar a los gobiernos populares de América Latina. Tomando como referencia varios textos de Pascual Serrano, en el documental se pregunta hasta qué punto los grupos privados que controlan casi todo lo que se lee, se ve y se oye, obligan a sus medios a defender sus intereses económicos a costa de la verdad y la ética periodística.*1
LA VOZ DE SU AMO
“La propaganda es a la democracia lo que la cachiporra al
estado totalitario”
Noam Chomsky
Le invito a hacer un experimento: pregunte a un español al
azar por Hugo Chávez. Lo más probable es que después de algunos insultos acaben
saliendo expresiones como caudillo, dictador, perpetuarse en el poder, régimen,
monopolio de los medios, o el celebrado y maleducadamente monárquico “¿por qué
no te callas?”. Estas reacciones son una consecuencia probable del trato que
los medios daban y dan al fallecido presidente venezolano y a tantos otros líderes
latinoamericanos de izquierda. Un trato y una información más cercanos a la
persuasión y la desinformación que a la responsabilidad periodística. Una “información”
que emana de unos medios de comunicación completamente sesgados por el control
de sus amos, grandes grupos empresariales que obligan a anteponer sus intereses
a la verdad, en detrimento de una población dócil.
Como ya ha señalado Vicenç Navarro en varios de sus artículos (p.e. 1 y 2) uno de los varemos con los que medir la calidad democrática de un país es la diversidad ideológica de sus medios. En España esta diversidad es más que cuestionable y, como apunta Navarro, es más fácil encontrar en Venezuela un artículo contrario al chavismo que uno que lo defienda en la prensa española. Una prensa que se dice independiente y valedora de la democracia, y que como apunta Una mosca en una botella de Coca-Cola está condicionada por los intereses de sus dueños.
Una mosca en una botella de Coca-Cola a través de la denuncia de la parcialidad de los medios españoles a la hora de tratar los procesos políticos de América Latina, pone el foco en los verdaderos intereses que mueven sus inclinaciones, que no son otros que los de los grupos empresariales que les auspician y poseen. A eso responde el título del documental: los medios pueden criticar a políticos e instituciones (con mayor o menor virulencia) pero nunca publicarán la noticia de que se ha encontrado una mosca en una botella de Coca-Cola, o por miedo a que le retiren la publicidad, o por pertenecer el medio en cuestión al mismo grupo empresarial que la marca criticada.
En su denuncia de la escasa diversidad informativa de nuestros quioscos y cadenas, el documental se muestra coherente al presentar interlocutores y visiones plurales, sin por ello abandonar su posicionamiento y su intención. Esta postura por la que opta el documental se sitúa del lado de los procesos latinoamericanos de izquierdas -desde el bloque del ALBA hasta los menos radicales como es el caso de Argentina- tratando de aportar nitidez a la enturbiada imagen que se difunde en España, y culminando su defensa con un contundente “Democracia significa exprópiese”.
Que los medios de comunicación no son objetivos lo aprendimos hace mucho. Que todos tienen una ideología, una tendencia y unas afinidades también. Que hay ciertos intereses ocultos detrás de ellos es algo que sospechábamos desde la guardería, pero documentales como Una mosca en una botella de Coca-Cola nos ayudan a poner cara/marca a los hilos que mueven esos medios y de paso alejarnos de las posibles acusaciones de conspiranoias. Para informarse y mantener el pensamiento crítico es importante saber quién te está informando, para así entender el por qué de su enfoque, cuáles son su intención y sus intereses.
UNA MOSCA vs. CUARTO PODER
Aunque se agradece la aparición de documentales como Una
mosca…, su propósito no es nada novedoso. En 2012 ya vio la luz un documental
con la misma meta que éste aunque con menor visibilidad: Cuarto Poder- los medios en la sociedad de la información realizado con licencia Creative
Commons por el colectivo audiovisual Tres y un Perro, y que ya fue posteado en
su momento en este blog.
Sin intención de situar a uno por encima de otro, ni de entrar en competiciones ridículas, a continuación se realiza una comparación entre ambos con el único propósito de animar al lector a verlos, disfrutarlos y analizarlos bajo su propio criterio.
Más a allá del ya mencionado propósito común, las diferencias entre estos dos documentales se dan en dos frentes: uno estético y otro de profundidad de análisis. En el plano estético, Una mosca… se caracteriza por un formato más cercano al televisivo, con infografías más elaboradas, un narrador en off y acompañamiento musical; mientras que Cuarto Poder tiene un estilo más sobrio y austero, y se apoya casi exclusivamente en los testimonios de los entrevistados.
En el nivel de análisis, Cuarto Poder alcanza mayor profundidad, buceando en los orígenes del problema, desde lo histórico hasta lo ya establecido como estructural. Alcanza así un tono más académico, gracias en parte a que los entrevistados están en buena medida escogidos del mundo universitario. Su propia estructura recuerda más a una investigación académica, concluyendo con un brillante análisis de caso centrado en Venezuela. E impagables son los 15 primeros minutos de trabajo de campo en el que con entrevistas callejeras se realiza un experimento similar al que se proponía al iniciar este artículo.
Por su parte, Una mosca en una botella de Coca-Cola se apoya mucho en la experiencia de periodistas, y pretende una diversidad de opiniones de la que carece Cuarto Poder, dedicando un bloque al debate sobre la ética periodística entre sus profesionales. Además aborda un tema ignoto en el lado europeo del Atlántico como es el de las leyes por la diversidad mediática que se practican en algunos países de América Latina, y que aquí son descalificadas unívocamente desde los más oscuros desconocimientos y prejuicios.
No cabe duda que ambas cintas, además de compartir algunos entrevistados (como Pascual Serrano y Juan Carlos Monedero), tienen en común el planteamiento de la información como derecho y la denuncia de la concentración de los medios de comunicación en pocas y poderosas manos, que aúnan lo político, lo mediático y lo económico. Además ambos documentales dan la sensación de nacer motivados por el hartazgo ante el (mal)trato que se da en los medios de comunicación españoles mayoritarios hacia ciertas ideas y políticas latinoamericanas. Su visionado alimenta una perspectiva crítica, tanto hacia los medios como hacia los poderes fácticos que los poseen y manejan, bajo unos intereses alejados de los de la ciudadanía. Difícilmente encenderás tu televisión y encontrarás que están poniendo Una mosca en una botella de Coca-Cola o Cuarto Poder. Por algo será.
Fuentes de información: *1 Observatorio de multinacionales en América Latina (OMAL), Alejandro Sanz Angulo para Naranjas de Hiroshima.