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lunes, 25 de marzo de 2013

Wide Awake


Guión y dirección: Alan Berliner
Director de fotografía: Ian Vollmer
Montaje: Alan Berliner
Sonido: Bill Seery, Chris Ward
Producción: Sheila Nevins, Lisa Heller
País producción: EE.UU, 
Año: 2006
Duración: 76 min.
















Genealogía del amanecer


La insoportable pesadilla del insomne consiste en estar despierto en medio de la sala de espera de su cerebro, esperando la llegada del sueño. Por esa sala desfilan sonidos, canciones, pensamientos e imágenes que, como bien sugiere Alan Berliner en Wide Awake (2006), constituyen una experiencia cercana a la proyección de una película en el interior de nuestro cráneo. El problema, claro está, es que ésta no es una experiencia agradable, y aún más, puede convertirse en algo terrible cuando Berliner descubre que el insomnio, un aparente aliado de su obra artística, ahora atenta contra sus universos creativo y familiar. Dos universos que en el caso de sus documentales, ensayos fílmicos o como se les quiera definir, parecen estar unidos irremediablemente.

Después de visionar Wide Awake sabemos que todas las películas de Alan Berliner se han hecho durante la noche. Han sido construidas por un noctámbulo newyorkino cuya pasión por las estructuras narrativas y los detalles en sus películas sólo es posible gracias a la obsesión de crear, ordenar y utilizar un prodigioso archivo personal de objetos, fotos, sonidos e imágenes cinematográficas. Entonces, ocurre que el tranquilo reinado nocturno que cada día Berliner ejerce en su archivo suele terminar con la realidad de su cama, lugar donde tiene que enfrentarse a la inevitable batalla contra el insomnio. Y ocurre que Wide Awake nos habla justamente de un elemento que surge para romper la circularidad de esa rutina creativa: la llegada del amanecer, o más bien, el nacimiento de su hijo Eli Oz Berliner y todos los cambios vitales que esto comprende.

Las películas de Berliner se han caracterizado por recuperar el narrador en primera persona en su versión más reflexiva, rebelde y poética, es decir, aquella que sigue y al mismo tiempo desafía la tradición del ensayo. Cada una de sus películas ha planteado la creación de una sinfonía de voces que reinterpreta la acostumbrada utilización del material de archivo, la entrevista y la voz en off, apuntando hacia la configuración de un diálogo que inteligentemente sustenta las dudas y contradicciones de Berliner. Así, diseñó una poética del anonimato en The family Album (1986); reinventó a su abuelo en Intimate Stranger (1991); desdibujó con su padre los límites de la genealogía y del cine doméstico en Nobody’s Business (1996), y transformó en pregunta cada respuesta que halló sobre la identidad personal en The Sweetest Sound (2001). Y ahora, Wide Awake plantea otro juego de perspectivas: como siempre, Alan Berliner es el narrador y, como sucede en The Sweetest Sound, él es el protagonista principal. No obstante, a diferencia de aquella película, en esta ocasión no hay otras personas llamadas Alan Berliner, sino que el autor toma la decisión de fragmentarse, a sí mismo, en varios Alan Berliner.

¿Y cuántos Alan Berliner hay en Wide Awake? Varios, o mejor dicho, los suficientes para demostrar su complejidad como ser humano y como creador obsesivo, a la vez que justifica, de un modo sorprendente, la utilización fragmentada e imaginativa de su material de archivo. En Wide Awake nos encontramos con un joven Alan que hace unos años ya explicaba sus convicciones noctámbulas, pasando por el Alan preocupado que ahora habla sobre el insomnio con científicos y especialistas, o el Alan demiurgo que graba su voz en off mientras construye la película desde su archivo. Todos ellos, sumados a otras voces, indican el camino que nos conduce a visitar, una vez más, uno de los terrenos preferidos de Berliner: su propio universo familiar y su relación con la genealogía.

En sus películas anteriores, Berliner siempre jugó con la relación genealógica entre el pasado y el presente, y en Wide Awake repite el experimento al intentar descubrir si su insomnio proviene de una herencia familiar, o si más bien es producto de escuchar las peleas nocturnas de sus padres durante su infancia. Ante la ausencia de una respuesta definitiva (su familia no puede dársela, y encima, ni siquiera los científicos saben cómo funcionan las pastillas para dormir), de pronto, Alan Berliner se encuentra anclado en un presente donde el pasado no tiene peso, insomne y a punto de tener un hijo
.
La genealogía no sólo sugiere la idea de estudiar el pasado familiar para entender el presente. Plantea, más allá del paso del tiempo, la idea de un continuo, o si prefiere, la posibilidad teórica – incluso budista – de que formamos parte de una línea casi infinita cuyos extremos nunca conoceremos. Así, el nacimiento de Eli Oz Berliner no sólo marca la continuidad genealógica de su familia, sino que ofrece a su padre tanto la oportunidad de cambiar (acabando con su rutina nocturna y controlando su insomnio para poder compartir el día con su hijo), como la posibilidad de enunciar, por primera vez, una pregunta hacia el futuro: Eli Oz, vestido igual que Alan, juega mezclando unos recortes de periódico que su padre luego clasificará, y todo ello en medio de su impecable y ordenado archivo. El futuro, al igual que el pasado, está lleno de cambios desconocidos e inesperados. Una verdad provisional a la que Berliner accede, sin melodrama ni falsa inocencia, a través de la mirada extraordinaria de su hijo. El único personaje para quien la realidad es todavía un todo y no la suma de muchos fragmentos, y que además, no sabe que su padre está haciendo una película.

Wide Awake, por tanto, es una película sobre el cambio que se termina en medio de la duda, en el asomo del principio de una nueva etapa en la vida de Berliner, como hijo, hermano, esposo, padre de familia y también como creador (que recuerda un poco al film Abril (1997) de Nanni Moretti). Si logra cambiar, es algo que sólo podremos saber en su próxima película. Y si puede dormir o no, o si pasa la noche despierto o dormido, siempre le quedará la frase de Rafael Conte: “Menos mal que siempre viene luego la noche para poner las cosas en su lugar”.


Fuentes de información: Blog&Docs, Fildu.tv.



martes, 19 de marzo de 2013

María en tierra de nadie


Título original: María en tierra de nadie
Dirección: Marcela Zamora
Guión: Marcela Zamora
Producción: Marcela Zamora, Edu Ponce, Oscar Martinez
Fotografía: Keren Shayo
Montaje: Leopoldo Nakata
Diseño Sonoro y mezcla: Gina Villafañe
Música: Leticia Servín & Sigried Masías
Formato: MiniDV, Color
País de producción: México, El Salvador, Guatemala
Año: 2010
Duración: 90 min.










Fue a orillas del río Suchiate, que marca la frontera entre Tecún Umán, Guatemala, y Ciudad Hidalgo, en el estado mexicano de Chiapas, que entre octubre del 2008 y diciembre del 2009 la documentalista Marcela Zamora Chamorro empezó a seguir a varias mujeres centroamericanas en su travesía hacia Estados Unidos, a donde muchas jamás llegaron.

Su documental “María en tierra de nadie” recoge fuertes testimonios nunca antes mostrados de lo vivido en la cruel ruta de algunas de estas mujeres y sobrevivientes, y de la impotencia de familiares que nunca más volvieron a ver a sus hijas, madres, tías, hermanas, cuando éstas emprendieron el viaje hacia el norte.

Zamora, quien estuvo recientemente de visita en Chicago, explicó que se dio cuenta de que la migración centroamericana tenía un rostro masculino, porque siempre en los medios de comunicación eran los hombres y no las mujeres los que daban testimonio.

“Las mujeres siempre se quedaban calladitas, en las esquinas, con su ‘matate’ encima de problemas, porque hablar para las mujeres es abrir heridas y al abrir heridas sos débil y lo menos que podés ser en el camino es ser débil. Tenés que ser dura”, contó Zamora.

“Entonces la mujer no habla, nunca se presta para hablar, por eso yo quise darle voz a las mujeres para contar la historia desde este punto de vista”, agregó.

El documental narra la historia de dos salvadoreñas que buscan migrar, y de una madre de 60 años que hace la ruta en busca de su hija desaparecida en territorio mexicano.La cinta también destaca el papel clave que están jugando los albergues en informar a esta población sobre los peligros del cruce, así como en sacar a la luz la explotación de estas personas a manos de organizaciones criminales.

Además, incluye experiencias de mujeres secuestradas por la organización criminal conocida como “Los Zetas”, y de víctimas de tráfico sexual o mutiladas en el camino, así como la historia de solidaridad de Las Patronas, mujeres en el sur de México que ayudan dando comida a los migrantes que viajan en los trenes.

Zamora estuvo acompañada por Óscar Martínez, del diario salvadoreño El Faro, por la documentalista israelí Keren Shayo, los fotógrafos españoles Edu Ponces y Toni Arnau y el argentino Eduardo Soteras, como parte del proyecto “En el camino”.


Fue así como el equipo de comunicadores se lanzó a hacer el recorrido que realizan miles de inmigrantes centroamericanos indocumentados a través de territorio mexicano. Como producto de dicho proyecto surgieron el libro de fotografía “En el camino. México, la ruta de los migrantes que no importan”, y el libro de crónicas “Los migrantes que no importan”, que fueron editados durante siete meses por las editoriales españolas Icaria y Blume. Pero también querían imágenes vivas.

“Ellos me invitaron a hacer un cortometraje y cuando nos dimos cuenta, eso era como para 20 largometrajes. Yo comencé a viajar con ellos y me di cuenta del tema que quería tratar, que era sobre mujeres”, indicó Zamora.

El documental fue postproducido durante ocho meses entre México y la Escuela Internacional de Cine y Televisión de San Antonio de Los Baños, Cuba, auspiciado por el Open Society Institute, la Fundación Ford, y el grupo de litigio en derechos humanos i(dh)eas, de México.

Con respecto al título, “María en tierra de nadie”, Zamora dijo que alude a la peregrinación de María, que busca posada para tener a Jesús.

“Todo el mundo les cierra las puertas y es un poco lo que pasa con las mujeres migrantes. Las únicas personas que les  abren las puertas son los miembros de la iglesia, de diferentes iglesias”.

Una vez que terminó el documental, Zamora dio seguimiento a sus personajes durante casi un año.

“Porque yo creé un vínculo. Aquí vos dejás algo. El documental es un discurso, no es periodismo. Los documentales sociales en el fondo son activismo. Este documental no lo estoy haciendo para que la gente diga qué lindo, qué buenísimo, es para crear reacción”.

Zamora nació en Nicaragua, pero tiene nacionalidad salvadoreña.  Estudió periodismo y comunicación en Costa Rica, donde hizo su primer trabajo audiovisual sobre los inmigrantes nicaragüenses. Ha vivido en México, donde durante un año trabajó en el documental “Xochiquetzal. La casa de las flores bellas”, de un albergue en el barrio de La Merced, en el que conviven prostitutas ancianas. También ha residido en Venezuela, donde fue asistente de dirección para un documental que abordó la nacionalización de la industria petrolera y otro sobre dos de las favelas más grandes de Caracas.*1



Fuentes de información: *1 Artículo de Fabiola Pomareda publicado en  Contratiempo, IMDBEntrevista a Marcela Zamora en A Sala Llena.


jueves, 7 de marzo de 2013

Un Golpe y una Carta


Dirección: David Segarra
Guión: David Segarra, Vicent Chanzá y Vicente Forte
Imagen: Vicent Chanzá
Producción: Vanessa Vargas
Edición: Thairon Martínez y Núria Vila
Música: Ensamble Kaza-Beci
Produce: Guarataro Films, VTV.
País de producción: Venezuela
Año: 2009
Duración: 23 min.















Grabado entre los estados Portuguesa y Aragua, Un golpe y una carta nos relata en primera persona los detalles nunca contados de como salió al mundo la carta de un presidente preso un 13 de abril de 2002 en Venezuela. Esta carta recorrió el país en cuestión de horas encendiendo la chispa de la rebelión.

Durante un Golpe de Estado un humilde soldado de los Llanos se ve enfrentado a sí mismo como nunca soñó. Juan deberá tomar la decisión más importante de su vida. ¿Que puede hacer un individuo frente al engranaje de una poderosa maquinaria militar? Una carta puede cambiar la historia de Venezuela. Y de Juan Rodríguez. Para Siempre. 

Fuentes de información: Cinescopio, David Segarra Soler, Guarataro Films.


lunes, 4 de marzo de 2013

Walden (Diaries, Notes, and Sketches)


Título original:
Walden: Diaries, Notes and Sketches
Dirección: Jonas Mekas
Guión: Jonas Mekas
Intervienen: Jonas Mekas, P. Adams Sitney, Tony Conrad, Stan Brakhage, Carl Th. Dreyer, Timothy Leary, Baba Ram Dass, Gregory Markopoulos, Allen Ginsberg, Andy Warhol, Jerome Hill, Barbet Schroeder, Jack Smith, Edie Sedgwick, Nico, Velvet Underground, Ken Jacobs, Hans Richter, Standish D. Lawder, Adolfas Mekas, Shirley Clarke, Jud Yalkut, Peter Kubelka, Michael Snow, Richard Foreman, John Lennon, Yoko Ono...
Produce: Filmmakers Distribution Center
Idioma: Inglés con subtítulos en castellano.
Año: 1969
País: E.E.U.U.
Duración: 180 min







"Llega la noche pero los ojos no se cierran: demasiado, demasiado.
Todo persiste aún en nuestros ojos, borrachos de vida"
Jonas Mekas

"Walden, su primer diario filmado es un retrato épico de la escena vanguardista neoyorquina de los 60, también es un innovador y personal trabajo cinematográfico. Editado como un conjunto de imágenes recogidas entre los años 1964 y 1969, su estética aparentemente amateur está, sin embargo, lejos de ser accidental. Filmada en 16 mm. Walden está organizada en seis rollos. La película es una celebración de la amistad de Mekas y la vitalidad de la comunidad del cine independiente."
 


Walden de Henry David Thoreau y Jonas Mekas


Walden tiene entidad en sí mismo, existe como espacio físico. Walden Pond es un lago situado a pocos kilómetros de Concord, Massachusetts. Cerca de él se retiró el escritor Henry David Thoreau en 1845, a lo largo de dos años, dos meses y dos días. Su intención fue la de descubrir la riqueza de la naturaleza, estudiar las necesidades básicas del ser humano y plantear un modo de vida que proponía la soledad para enfrentarse a la búsqueda de sí mismo.

(...)




En el año 1968 el cineasta y poeta lituano Jonas Mekas compiló cerca de tres horas de material cinematográfico rodado en 16 mm que abarcaban sus primeros años de estancia en la ciudad de Nueva York. Las filmaciones de espíritu amateur (en el amplio sentido de la palabra: tanto el de afición ociosa como el de estimación y encantamiento por el medio) documentaban su vida cotidiana, eventos como representaciones circenses o banquetes de boda, excursiones a ciudades como New Jersey o Buffalo y encuentros con otros cineastas, teóricos, poetas y músicos como Stan Brakhage, Tony Conrad, Beverly Grant, Peter Kubelka, P. Adams Sitney, Allen Gingsberg, John Lennon y Yoko Ono, entre otros.

El conjunto de escenas fue titulado Diaries, Notes and Sketches, pero también se le conoce como Walden, ya que los intertítulos que ayudan a contextualizar los momentos documentados introducen a menudo este término. Walden sirve para anunciar imágenes filmadas en el Central Park y para dar final a cada uno de los rollos que completan la obra. El paralelismo entre The Lake, el principal lago del parque de Manhattan, y el lago Walden Pond, del que tanto provecho vital supo sacar Henry David Thoreau, queda evidenciado en la película por el uso de los títulos y por las filmaciones ilegibles de algunos fragmentos del libro, que van sucediéndose a lo largo del metraje. Si en Henry David Thoreau el retiro al lago resulta ser una opción de vida temporal, en la que se asumen todas las consecuencias vitales que se presuponen de ese nuevo modo de vida, en Jonas Mekas los paseos por el parque de la ciudad son instantes que permiten un efímero retorno a la naturaleza, la que el agitador cinematográfico vivió en Lituania durante su juventud. Un momento vital interrumpido por el exilio forzado hacia los campos de concentración nazis. Las home movies parpadeantes de estilo inconfundible, estéticamente impresionista, del fundador de la revista Film Culture, la New York Filmmakers Cooperative y el Anthology Film Archives capturan el entorno natural con una inefable sensibilidad lírica que transmite una nostalgia hacia su pasado. Esos glimpses, esas miradas fugaces se corresponden frenéticamente con el montaje en cámara, haciendo vibrar una sucesión incesante de escuetos tiempos presentes, libremente yuxtapuestos. Son los títulos escritos que anuncian los esbozos diarísticos y las reflexiones en voice-over de Jonas Mekas los que introducen una visión retrospectiva que describen las situaciones y analizan con posterioridad lo que de ello se sugiere. “Imágenes al fin y al cabo” dice Jonas Mekas hacia el final de Walden. Rastros, marcas, huellas de un pasado que quedaran embalsamados para la eternidad si el paso del tiempo no deteriora el celuloide.


¿Qué es lo que llama la atención a Jonas Mekas de Walden y le seduce hasta realizar un homenaje explícito a esta obra escrita, una de las más reconocidas de la literatura norteamericana del siglo XIX? Los paralelismos y las paradojas expuestas por Jonas Mekas en su diario fílmico, en referencia a la obra de Henry David Thoreau, ayudan a explicar dos visiones en dos contextos diferentes; dos posturas diferenciadas sobre la vida y la entereza de la propia obra autobiográfica. Jonas Mekas hereda el vitalismo de Henry David Thoreau, captura la esencia de sus palabras y lo interpreta a su manera, mediante una obra fílmica, de mirada individual que abre los brazos a una escena artística consolidada o a punto de hacerlo (poetas beat, pop-art, música pop, cine experimental norteamericano, cine estructural, arte conceptual, etc.) 

El espíritu humanista que prevalece en cada uno de los filmes del lituano, se expone cuando describe su vida en función de una postura particular conectada con lecturas románticas 

. Las primeras imágenes de Walden muestran al propio Jonas Mekas despertándose del sueño y afirmando el extrañamiento que le produce encontrarse en esa nueva metrópolis, después de haber vivido en un pequeño pueblo de Lituania. El yo hace acto de presencia tal y como lo hacía en el inicio del texto de Thoreau, quien defendía un uso de la primera persona del singular, como la única voz verdaderamente honesta y condescendiente aplicable al medio escrito. “Es corriente olvidarse de que, a fin de cuentas, es siempre la primera persona la que habla. Y yo no diría tanto de mí si hubiera quien conociera mejor.” Un yo que se detiene y observa. Un yo que se niega a discernir lo trivial de lo sustancioso porque todo lo que le rodea despierta su interés. La presunción es abarcar toda la complejidad, admitiendo la limitación que entraña la selección de un punto de vista, y la inevitable traducción de todo ello a un medio concreto. El carácter ensayístico de Walden hace acto de presencia a lo largo de las reflexiones en primera persona sobre la propia práctica autobiográfica, sobre el uso de las palabras en Henry David Thoreau y la combinación de imágenes y sonidos en Jonas Mekas. La humildad, la bondad y la libertad son términos que identifican tanto al escritor como al cineasta. La creencia humilde en las home movies, la asumida soledad inicial en Nueva York y la voluntad de liberar el cine de la industria para elevar el estatus del cine underground, independiente y vanguardista, para otorgarle la libertad romántica con la que el poeta sugiere sus estados anímicos, son algunas de las mayores constantes del trabajo llevado a acabo por Jonas Mekas. Y Walden de Henry David Thoreau es el mejor punto de partida posible, pese a que la situación vital de Jonas Mekas no es en medio de los bosques sino en el centro artístico mundial de finales de los años sesenta. Trasladar las inquietudes expuestas en Walden y traducirlas en un modo de vida personal, aunque sea en un contexto histórico y geográfico diferente, es una razón de peso para creer en uno mismo y las infinitas posibilidades que se le abren ante su convicción. Los consejos que escribe Henry David Thoreau para sí mismo y para sus lectores parecen haber hallado en Jonas Mekas uno de sus descendientes más consecuentes. Parece como si Jonas Mekas haya tomado al pie de la letra algunas de las múltiples sentencias esperanzadoras de Walden y haya visualizado el mensaje del escritor a nivel cinematográfico y a nivel vital. “A medida que simplifique su vida, las leyes del universo se le revelarán menos complejas, la soledad dejará de ser soledad; la pobreza, pobreza; la debilidad, debilidad. Si has levantado castillos en el aire, tu trabajo no tiene por qué ser vano; ahí es donde debieran estar. Ponles ahora los cimientos.”




Fuentes de Información: Blog&Docs, Patio de Butacas (info y descarga directa), Wikipedia, Jonas Mekas.



Jonas Mekas



Jonas Mekas (Semeniškiai, Lituania, 23 de diciembre de 1922) es un cineasta lituano, emigrado en 1949. Es uno de los máximos exponentes del cine experimental estadounidense.


Biografía

Muy joven, antes de la Segunda Guerra Mundial, Mekas abrió un teatro junto con su hermano, Adolfas. Una vez comenzada la guerra, ambos fueron internados en un campo de trabajo por los nazis, y allí Jonas aprendió el método teatral de Stanislavsky.1 Los dos lograron huir a Dinamarca, y luego los dos hermanos emigraron a los Estados Unidos en 1949, y estudiaron con Hans Richter antes de abrir la revista Film Culture en 1955. Mekas siempre se sentirá un desplazado.

Jonas Mekas ha escrito críticas cinematográficas para Village Voice continuadamente desde 1958. Y es también un conocido poeta en lengua lituana.

Pero sobre todo, fundó la cooperativa The Film Makers (1962) y los archivos Anthology Film Archives (1970). Durante esa época, Mekas estuvo estrechamente relacionado con la escena del cine experimental y el pop-art, al entrar en contacto con artistas como Andy Warhol, Nico, Allen Ginsberg, Yōko Ono, John Lennon o Salvador Dalí.

A pesar de que sus películas narrativas y documentales están bien consideradas por la crítica, Jonas Mekas es principalmente conocido por sus películas-diario, como Walden (1969), Reminiscences of a Journey to Lithuania (1972), Lost, Lost, Lost (1975), y Zefiro Torna (1992). Muy destacable es su Reminiscencias de un viaje a Lithuania, donde repasa los años de internamiento su llegada a Brooklyn y narra sus impresiones a la vuelta a su país 27 años después de haber sido perseguido de joven ("Durante mi vida no he hecho otra cosa que intentar capturar la intensidad de aquellos momentos").

En 2001, se estrenó una película-diario de 5 horas de duración llamada As I Was Moving Ahead, Occasionally I Saw Brief Glimpses of Beauty (que significa: mientras avanzaba, ocasionalmente ví pequeños estellos de belleza), montado a partir de imágenes de distintas grabaciones acumuladas a lo largo de 50 años de su vida. Peter Sempel rodó a Jonas Mekas en la película Jonas in the Desert (1994).

En 2007, Mekas publicó 365 cortometrajes (publicando uno cada día del año) a través de la red para Apple Computer, pensados para ser reproducidos empleando el iPod.

En 2012, ha habido una retrospectiva en la Serpentine de Londres, y se han visto sus Correspondencias con J. L. Guerín en el Centro Pompidou de París. Además al fin se ha publicado en España (por Intermedio), parte de su filmografía: Jonas Mekas: diarios.




Filmografía

Guns of the Trees (1962)
Film Magazine of the Arts (1963)
The Brig (1964)
Award Presentation to Andy Warhol (1964)
Report from Millbrook (1964–65)
Hare Krishna (1966)
Notes on the Circus (1966)
Cassis (1966)
The Italian Notebook (1967)
Time and Fortune Vietnam Newsreel (1968)
Walden (Diaries, Notes, and Sketches) (1969)
Reminiscences of a Journey to Lithuania (1971–72)
Lost, Lost, Lost (1976)
In Between: 1964–8 (1978)
Notes for Jerome (1978)
Paradise Not Yet Lost (also known as Oona's Third Year) (1979)
Street Songs (1966/1983)
Cups/Saucers/Dancers/Radio (1965/1983)
Erik Hawkins: Excerpts from “Here and Now with Watchers”/Lucia Dlugoszewski Performs (1983)
He Stands in a Desert Counting the Seconds of His Life (1969/1985)
Scenes from the Life of Andy Warhol (1990)
Mob of Angels/The Baptism (1991)
Dr. Carl G. Jung or Lapis Philosophorum (1991)
Quartet Number One (1991)
Mob of Angels at St. Ann (1992)
Zefiro Torna or Scenes from the Life of George Maciunas (1992)
The Education of Sebastian or Egypt Regained (1992)
He Travels. In Search of... (1994)
Imperfect 3-Image Films (1995)
On My Way to Fujiyama I Met… (1995)
Happy Birthday to John (1996)
Memories of Frankenstein (1996)
Birth of a Nation (1997)
Scenes from Allen's Last Three Days on Earth as a Spirit (1997)
Letter from Nowhere – Laiskas is Niekur N.1 (1997)
Symphony of Joy (1997)
Song of Avignon (1998)
Laboratorium (1999)
Autobiography of a Man Who Carried his Memory in his Eyes (2000)
This Side of Paradise (1999)
Notes on Andy's Factory (1999)
Mysteries (1966–2001)
As I Was Moving Ahead Occasionally I Saw Brief Glimpses of Beauty (2000)
Remedy for Melancholy (2000)
Ein Maerchen (2001)
Williamsburg, Brooklyn (1950–2003)
Mozart & Wein and Elvis (2000)
Travel Songs (1967–1981) n
Dedication to Leger (2003)
Notes on Utopia (2003) 30 min,
Letter from Greenpoint (2004)
Lithunia and the Collapse of the USSR (2008)
"Sleepless Nights Stories" (2011)
"My Mars Bar Movie" (2011)