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miércoles, 15 de agosto de 2018

Estaño, tragedia y gloria


Título original: Estaño, tragedia y gloria
Dirección: Waldo Cerruto
Ayudante de dirección: Enrique Albarracin, Pastor Fuentes, Rolando Alvarez Torrico.
Dirección: Waldo Cerruto
Fotografía: Juan Carlos Legazpi, Nicolás Smolij
Montaje: Emilio Murua
Sonido: Fernando Murua
Relator: Benjamin Cormejo
Colaboración artística de: Celso Peñaranda, Tito Landa.
Música: Guillermo Butikofer
Formato original: 16mm B/N.
Formato copia: VHS Tranfer
Productora: Instituto Cinematográfico Boliviano, I.C.B.
País de producción: Bolivia
Año: 1953
Duración: 15 min.



Intertítulo con el que comienza el documental:


"Esta película tiene el propósito de mostrar a los amantes de la libertad la tragedia que tuvo que pasar el pueblo boliviano par alcanzar la inmensa felicidad de lograr con la nacionalización de las minas su independencia económica. Es por eso que a los hombres libres del mundo, nos dirigimos como liberados con este mensaje impregnado de angustia, lleno de dolor y en radical contraste, colmado de las mas grande de las emociones: la de ser definitivamente libres después de haber soportado por mas de cincuenta años esta especie de destierro en el mismo seno de nuestra patria".



EL lNSTlTUTO CINEMATOGRAFICO BOLIVIANO I.C.B.



La Revolución del 52 


El cambio fundamental que sufriría la historia del país a partir del 9 de Abril de 1952 afectó también al cine. aunque la transformación de este último no se dio de forma inmediata. La insurrección popular del 9 de Abril acabó definitivamente con los regímenes oligárquicos que se habían mantenido en el poder mediante golpes militares y masacres. Dias más tarde, una masa de obreros y campesinos desbordaba la “ceja” de El Alto de La Paz otorgando un recibimiento impresionante a Victor Paz Estenssoro que llegaba de su exilio de Argentina. Aunque no había luchado como Lechín o como Siles Zuazu, Estenssoro era, para muchos, el símbolo de la Revolución. 


En el avión en que llegó el l5 de abril, llegaron también dos jóvenes camarógrafos argentinos. Waldo Cerruto, cuñado del Jefe del MNR los había contratado en Buenos Aires para que filmarán las primeras imágenes del acontecimiento histórico que estaba ocurriendo. Los dos camarógrafos, Juan Carlos Levaggi y Nicolás Smolij llegaron para filmar con sus propias cámaras el hecho histórico más grande que les había tocado vivir. Cuando lo entrevisté en 1975 Smelij recordaba con claridad esos momentos vividos 23 años antes: "Salimos de Buenos Aires en un Curtis 46 piloteado por Walter Lem, que era un gran hombre. Nuestra primera impresión al llegara El Alto fue muy fuerte, y no la olvidaré nunca. Una gran masa de mineros esperaba con sus dinamitas y sus fusiles. Era indescriptible. Comenzamos a bajar a la ciudad, pero los autos avanzaban a penas, tal era la multitud congregada a lo largo del camino. Nunca he visto una manifestación tan grande como esa. Nosotros estábamos de pie sobre los autos sostenidos por forzudos guardaespaldas mientras nosotros filmábamos. 

Estábamos agotados por el cambio de altura y por el viaje, pero no podíamos dejar de filmar ese espectáculo increíble. Había mil cosas que filmar, era una fiesta con multitudes, danzas, etc. Nuestras camaritas Bell and Howell se portaron muy bien.” 


Levaggi y Smolij no pararon de filmar manifestaciones, desfiles, discursos. La Revolución estaba en plena efervescencia y era algo inédito para estos dos cineastas de veinte años de edad. Aclimatados en pleno trabajo, siguieron filmando en los días siguientes los destrozos, los lugares bombardeados, los movimientos de tropas, y reconstruyendo algunas escenas de lo que fue la insurrección. Todo ello dio como resultado Bolivia se libera, película de diez minutos cuyo título no puede ser más adecuado. El “se” que une a “Bolivia” y a “libera” da la imagen de un pueblo que se libera a si mismo, mientras el presente del verbo indica que la película es el testimonio de un proceso, y no un documental sobre algo ya concluido, . Según Waldo Cerruto el film trataba de “reconstruir escenas de la revolución, y momentos que la precedieron, las masacres mineras por parte del ejercito ligado a la oligarquía, etc”. 


Víctor Paz Estenssoro en 1954 en Por las Rutas del Progresouna de las pocas producciones del ICB en color.

A raíz de este documental nació en julio de 1952, es decir apenas tres meses después de la Revolución, el Departamento Cinematográfico del recientemente creado Ministerio de Prensa y Propaganda. Pero este Ministerio fue pronto cancelado, porque se creó en su lugar la Subsecretaría de Prensa e Informaciones. El Departamento Cinematográfico se redujo a un puñado de personas y a una pequeña oficina. No podía funcionar en esas condiciones. Cerruto quería que “su obra” continuara, e insistió hasta que Paz Estenssoro (casado con la hermana de Cerruto), le hizo caso. Por Decreto Supremo del 20 de marzo de 1953 se creo entonces el Instituto Cinematográfico Boliviano. El texto del decreto determina en, su primer articulo que el lCB tendrá a su cargo “la filmación de películas de carácter informativo, cultural, educativo y otras de índole que el Instituto considere necesario realizar para su proyección dentro y fuera del territorio de la República”. En el Artículo 2o. decreta que la entidad “funcionará con carácter semi-autonomo y estará regida por un Consejo Consultivo compuesto por un representante de la Presidencia de la República que a su vez tendrá funciones de Gerente General, un representante del Ministerio de Educación y otro de la Contraloría de la República”.
(...)



Los noticiarios del ICB


La orientación de los noticiarios del ICB se mantuvo a partir del número 16 según el mismo esquema de los primeros. Se trataba evidentemente de un poderoso medio de propaganda. para mostrar las obras y el espíritu revolucionario del gobierno nacionalista. Cada edición incluía notas sobre los acontecimientos oficiales, las actuacianos del presidente y de los ministros; notas sobre la “nueva apertura” de Bolivia hacie el exterior, visitas de personalidades extranjeras o convenios internacionales; notas sobre los departamentos de Bolivia, notas culturales y deportivas. Los comentarios hacían hincapié en que ese clima de evolución, de “agilización” era producto de la Revolución del 9 de Abril Aún exacerbando el aspecto propagandístico, aún llevando al extremo el culto a la personalidad de los principales dirigentes del nuevo proceso, no cabe ninguna duda de que tanto que documentos históricos, los noticiarios eran de inapreciable valor, por solo el hecho de registrar y conservar imágenes privilegiadas de momentos tan importantes como los que vivía el país entonces.


El Mutún, una de las muchas producciones sobre minería del ICB; 

esta vez dirigida por Jenaro Sanjinés (hermano de Jorge).



Cortometrajes


Paralelamente a la producción del noticiario y aprovechando los desplazamientos de los camarógrafos y los frecuentes viajes a Buenos Aires, el ICB produjo una serie de cortometrajes que vale la pena mencionar aquí. Amanecer indio fue uno de los primeros, cuya responsabilidad estuvo a cargo de Juan Carlos Levaggi y Nicolás Smolji en la fotografía, y Enrique Albarracín y Pastor Fuentes en la realización, aunque solo figuran como ayudantes de dirección”, mientras que Waldo Cerruto figura como director. En una conversación que tuve con Nicolás Smolij en Lima, hacia 1975, éste afirmó que Cerrato no asistía nunca a las filmaciones, ni tampoco viajaba a Argentina para realizar la compaginación de las películas, de manera que no se le puede atribuir a él la responsabilidad artística de films en los que figuraba su nombre solamente por ser gerente de la entidad que los producía. Amanecer indio mostraba una gran concentración campesina en La Paz, en homenaje al “Día del Indio” (2 de agosto), establecido por el Gobierno del MNR. Cerca de 20.000 campesinos llegaron de todas las provincias del Departamento de La Paz y del Interior del país. El comentario de la película hacía énfasis de lirismo sobre las imágenes de la cordillera, de altiplano y de los campesinos reunidos frente al Palacio de Gobierno, escuchando el discurso de Paz Estenssoro. “Retumba en la ciudad el clamor del pueblo que ha dejado de ser esclavo. La emoción de su libertad se expresa en la elocuencia de sus manos, en el saludo de los campesinos al Jefe del Estado, regios rostros maquillados por la brisa chapaca, cambas, quechuas y aymaras desfilan portando la tricolor que recién para ellos es simbolo de la redención”, decía en una parte del comentario.

Las mismas personas se hicieron cargo, poco más tarde, de la realización de Potosí colonial, documental sobre la Villa Imperial, que de imperial ya no tiene mucho porque sus valiosos monumentos han ido perdiendo brillo debido a la indiferencia de los sucesivos gobiernos.

(...)


Estaño, tragedia y gloria


Yacimientos Petrolíferos Fiscales Bolivianos auspició el documental Petróleo, descripción de los trabajos de perforación y extracción de la empresa estatal. La película obtuvo el Primer Premio en el Primer Festival Cinematográfica Nacional convocado por la Alcaldía Municipal. De toda esta serie de cortometrajes, Estaño, tragedia y gloria, fue el segundo que produjo el ICB. Por primera vez se llevaba a cabo un acercamiento a la realidad cotidiana del trabajador minero, la cámara descendía a la mina, filmaba en los lugares de trabajo. Por otra parte, la película tuvo la particularidad de ser la primera en reconstruir, aunque de una manera muy improvisada, escenas de las masacre, por parte del ejército. Era ya intento de interpretación de la historia a través de los “actores históricos”. La filmación del corto en Catavi no fue fácil, y esto viene caso mencionado porque en un momento dado Juan Carlos Levaggi estuvo a punto de resbalar en interior de la mina en un peligroso buzón del que no hubiera salido. Este incidente acabó con la paciencia del camarógrafo argentino, quien abandonó definitivamente Bolivia. 



(...)


El fin del ICB *2




El ICB estuvo a cargo del argentino Waldo Cerruto, que resultaba ser el hermano de Carmela Cerruto, esposa de Víctor Paz Estenssoro, líder del MNR. Hacia 1957 el director del ICB fue Jorge Ruiz y desde 1964 sería Jorge Sanjinés, quien sólo duró dos años luego de realizar Ukamau, película por la que fue expulsado del cargo durante el gobierno de René Barrientos.

El ICB desaparece cuando en 1968 se crea la Televisión Boliviana. Los materiales originales del ICB se perdieron para siempre en los Laboratorios Alex de Buenos Aires, donde eran procesados. Las copias pasaron a manos de la Televisión Boliviana, donde se manipularon inescrupulosamente para utilizarlas como imágenes de referencia de los noticieros de la televisión. Además, fueron archivadas en lastimosas condiciones, expuestas a la acción de al lluvia y el sol durante años. En 1985, lo que quedaba llegó a la Cinemateca Boliviana donde hoy se conserva, siendo uno de los fondos documentales más numerosos.







viernes, 24 de noviembre de 2017

Cultura Radical - Acceso al cine en Cochabamba


Título original: Cultura Radical - Acceso al cine en Cochabamba
Dirección: Nodo Común y Red-acción 
Producción: Nodo Común y Red-acción 
País de producción: Bolivia
Año: 2017 
Licencia: Dominio Público
Duración: 26 min.





















¿Cuál es tu película favorita? ¿Dónde la viste? ¿La tienes o quisieras tenerla en físico? 


Desde Nodo Común y Red-acción nos planteamos no una hipótesis sino una interrogante: ¿Qué lleva a las personas a tener un puesto de películas pirata poco comunes? ¿Es acaso mejor negocio que vender películas de estreno o hay algo más allá?



En la voz de tres caseros y una casera se develan sus gustos personales, su mirada sobre el cine, las motivaciones para decidir abrir una tienda de estas características y el rol que ellos consideran cumplir con este trabajo en Bolivia, donde la compra de películas originales es inaccesible.




Cultura radical: acceso al cine en una ciudad latinoamericana



Hoy viernes 24 de noviembre se estrena el documental Cultura radical, producido por Nodo Común y Red-acción. El film reúne, a lo largo de 26 minutos, los testimonios de cuatro vendedores de películas de la ciudad de Cochabamba, Bolivia, que comparten el interés por el cine de autor, así como la preocupación por ofrecer a sus clientes películas de buena calidad, muchas veces difíciles de conseguir.

A medida que avanzan las entrevistas, queda claro que todos ellos, y probablemente la gran mayoría de las personas dedicadas a este trabajo en Bolivia, lo hace de manera informal. Es decir, obtienen las películas a través de copias digitales hechas por ellos mismos o por mayoristas, reproducidas mediante equipos e insumos baratos. Como cuenta uno de los entrevistados al referirse a los cambios en las formas de producción:

Hay un grupo de peruanos que vende películas en cantidades, y al principio les compraba a ellos. Pero de 20 películas que compraba, 10 estaban mal, o se rayaban, o patinaban. Entonces decidí acceder a sitios de torrents, desde donde tú puedes buscar, descargar y producir el material. De hecho produzco todo lo que ves aquí.

Lo que se ve allí, y en el resto de los locales filmados en Cultura radical, es un conjunto de estanterías con miles de DVD de los más diversos autores, épocas, géneros y países. Materiales que nunca fueron distribuidos oficialmente en Bolivia, pero que, a través de personas como las entrevistadas, llegaron a ser conocidos por la población de ese país.

Lo que esta película nos muestra, una vez más, es que la llamada “piratería” llena el espacio de las necesidades culturales no satisfechas por el mercado legal. Estas necesidades no incluyen únicamente el consumo de los últimos estrenos mainstream, que quizás es el que más fácilmente se satisface, sino también el acceso a un cine más restringido en su circulación: el cine “arte” o “cine de autor”. También el cine que se produce fuera de los Estados Unidos, abarcando desde la producción europea hasta la propia producción latinoamericana, poco conocida dentro de los países de origen y escasamente difundida en la región.

La actividad de estos vendedores informales dedicados al nicho del cine de calidad no solo satisface necesidades de consumo marginadas por el mercado. También compensa las debilidades de las instituciones culturales locales, como archivos cinematográficos y cinetecas, que por las leyes restrictivas de derecho de autor no están autorizadas a digitalizar, preservar y distribuir las películas tan ampliamente como sería deseable. En efecto, en el film vemos cómo uno de los locales también cumple el rol de brindar acceso a estudiantes y docentes de la universidad, convirtiéndose en una especie de archivo fílmico informal para una institución formal.

La realidad que muestra la película no es exclusiva de Bolivia. Como lo evidencia la investigación “Piratería de medios en economías emergentes”, editada por Joe Karaganis, se pueden observar fenómenos muy similares en países como México, Brasil, Sudáfrica, Rusia e India. Otros testimonios similares a los de los cuatro protagonistas deCultura radical pueden verse en el documental que realizó Motherboard en 2014 sobre el Pasaje 18 del mercado Polvos Azules, en Lima, Perú:


Uno de los vendedores entrevistados en Cultura radical cree que en Bolivia no existen leyes antipiratería, y que por eso la actividad es tan común. Sin embargo, la ley que rige la reproducción y distribución de contenidos con derechos de autor en Bolivia es similar a las de otros países de la región y del mundo. La ley no permite que estas películas sean copiadas sin autorización. De hecho, los países como Bolivia son forzados a tener estándares de protección cada vez más altos a través de tratados internacionales y acuerdos comerciales que obviamente no se ajustan a las necesidades de fomento de la cultura local, sino a los intereses de la industria cultural internacional. El Departamento de Comercio de Estados Unidos suele utilizar contra estos países su famoso “Informe Especial 301”, donde anualmente pone en evidencia la conducta “desviada” de aquellos países que no combaten la piratería de la forma esperada por el país del norte.

Sin embargo, la producción y circulación informal de cultura a través de la copia en América Latina no solo ha favorecido el acceso de la población a una vasta cantidad de obras internacionales, sino que también ha servido como facilitador de fenómenos culturales originales, como sucedió hace algunos años con la champeta en Colombia y la tecnobrega en Brasil, o con el crecimiento de una industria editorial emergente en El Alto, Bolivia.

En Bolivia, Ecuador y otros países latinoamericanos, los gobiernos han tendido a tolerar la circulación informal, reconociendo el rol social que cumple para el acceso a la cultura. En el caso de Ecuador el gobierno ha ensayado también formas inclusivas de regularizar el circuito de distribución, buscando atender de manera equilibrada los intereses y necesidades de los consumidores, de los vendedores informales y de los realizadores locales.

Qué ocurre cuando el Estado elige el camino de la represión se puede observar, en cambio, en casos como el allanamiento al videoclub Master en Buenos Aires, Argentina, que despertó el repudio de los vecinos, o como los allanamientos a fotocopiadoras en Montevideo, Uruguay, que dejó sin acceso a materiales de estudio a miles de alumnos universitarios, lo que provocó las protestas de organizaciones estudiantiles y un proyecto de reforma de la ley de derecho de autor.


¿Qué es más dañino para la cultura? ¿La llamada “piratería”? ¿O el cierre de los pocos circuitos disponibles para la difusión y el acceso, cuando no existen medios legales de democratización? Mientras que muchos estudios vienen demostrando, desde hace años, que no es la piratería la causante de los problemas de la industria cultural, el cierre de sitios web, videoclubes y cinetecas barriales puede ser irreparable.

El desarrollo de un circuito cultural nacional no debe basarse nunca en la represión, sino en el fomento a la nueva producción y en el apoyo al acceso a la producción existente. Entre otras cosas, deben cambiar las leyes de derecho de autor y deben existir políticas de digitalización del patrimonio cultural que pongan en circulación las obras que ni el mercado oficial, ni quizás siquiera el mercado informal, pondrán nuevamente al alcance de la gente.

El documental Cultura radical está disponible en Internet Archive y puede verse, compartirse y reutilizarse de manera libre, dado que sus autores lo colocaron en dominio público.



viernes, 24 de enero de 2014

¿Por qué quebró Mc Donald's?

Título original: ¿Por qué quebró Mc Donald's? (Fast Food Off the Shelf)
Dirección y guión: Fernando Martínez
Producción: Viviana Saavedra, Producen Bolivia (Bolivia), en coproducción con Lagarto Cine (Argentina) y Carlos Azpurúa Producciones (Venezuela)
Jefe de producción: Leandro Rocha
Producción ejecutiva: Viviana Saavedra, Hugo Castro Fau, Carlos Azpurúa
Edición: Jesús Rojas
Arte: Serapio Tola
Música: Gigio Díaz, Juan Pablo Jofre
Año: 2011
Duración: 78 min.












Diciembre 2002. La transnacional de la comida rápida McDonald’s quiebra, y cierra sus restaurantes en Bolivia. Las noticias sólo contaron las razones económicas de la salida de  McDonald’s. Nadie habló de las verdaderas razones del cierre de esta transnacional.

En un pequeño lugar del mundo, Bolivia una sociedad tradicional con valores fuertes; “Que Vive” todos los días con  sus tradiciones indígenas, mestizas y  populares en armonía con la naturaleza y la tierra.

Un país de fuertes sabores, donde lo auténtico aun existe y en donde quebró y cerró McDonald’s; pues la tradición de un pueblo, es más fuerte que la globalización.

Un documental narrado a través de sus personajes, de sus historias de  vida, que muestra la invasión homogenizadora de la comida rápida en países de Latinoamérica con la idea de modernidad, del desarrollo enfrentado con la tradición y la identidad de la comida lenta, el ritmo de la naturaleza en equilibrio con la identidad de cada cultura.*1



Bolivia vs. Ronald McDonald


¿Por qué quebró McDonald's? supone un alegato contra la homogeneización cultural que pretende imponer la globalización hegemónica. Para ello, utilizando la comida como escusa (o como ejemplo), realiza un recorrido por las costumbres gastronómicas bolivianas, bien alejadas de las que simboliza la multinacional norteamericana. Aunque el documental tiene algunas carencias -como una deficiente identificación de los entrevistados, momentos de cierto desorden, y que en algunos pasajes el desconocedor de Bolivia puede sentirse desorientado- ¿Por qué quebró McDonald's? logra dar algunas respuestas a la pregunta que plantea. Así, las razones que argumenta achacan la retirada por parte de McDonald's de los 8 restaurantes que llegó a tener en Bolivia, a razones económicas (desde una oferta muy cara para los bolivianos, al elevado riesgo país, hasta a ser una de las consecuencias del 11S...) pero sobre todo a motivos culturales. Los entrevistados ajenos a la marca encuentran las causas de la quiebra en la “sociedad y cultura boliviana” acostumbrada a otros sabores y otros tiempos, y en la “mala calidad de sus productos”, incapaces de combatir con la riqueza culinaria autóctona y de adaptarse a los gustos y costumbres nacionales.

Siendo la riqueza gastronómica de Bolivia el argumento principal utilizado como contrapeso al intento de la multinacional de imponer su producto, el documental se centra en repasar las artes culinarias bolivianas a través de la voz de historiadores, cocineros, escritores, enólogos, nutricionistas y antropólogos, recorriendo diferentes platos y cocinas regionales; reconociendo el papel del mercado tradicional como lugar de intercambio, centro de relaciones sociales y de sensaciones; destacando el papel de la papa como aportación boliviana a la dieta mundial; ensalzando la presencia y la labor de la mujer indígena como esencial para la fusión y el desarrollo gastronómico (denunciando muy de refilón el machismo e incluso cayendo en él algunos de los entrevistados); y enfatizando en la diferencia de ritmos y tiempos que impone el fast food en contraste con una concepción más ritual de la comida, entendida ésta como un tiempo de compartir con la familia, como el disfrute de comer y de cocinar.
En un intento de mantener el equilibrio entre la idealización de la cultura gastronómica de Bolivia y la realidad de una generación de jóvenes con unos hábitos no tan arraigados a la tradición, el documental trata también de denunciar esa tendencia actual de deterioro de la alimentación de la población (urbana) boliviana.

¿Por qué quebró McDonald's? goza de ciertos momentos de hilaridad como la ristra de medios de comunicación celebrando la entrada de la empresa y los bochornosos actos festivos por las calles de La Paz, y más tarde los mismos noticiarios llorando la salida de la multinacional como si de la muerte de un héroe nacional se tratase.

Aunque quizá se eche en falta una mayor exposición de las causas económicas que provocaron la salida (o “quiebra”) de la marca, este documental sirve como reivindicación de la personalidad gastronómica boliviana, de lo autóctono, de lo local, de otras formas de comer y de ser, frente a la homogeneización y desculturalización que trata de exportar e implantar el colonialismo cultural que lidera esa globalización hegemónica encarnada aquí por las multinacionales.*2

Fuentes de Información: *1 Lagarto CineAlejandro Sanz Angulo para Naranjas de Hiroshima.


¿Por qué quebró Mc Donald’s?

lunes, 20 de febrero de 2012

La guerra por otros medios

Idea Original: Emilio Cartoy Díaz
Dirección: Cristian Jure, Emilio Cartoy Díaz
Investigación y guión: C. Jure, E. Cartoy Díaz, S. Rossi
Edición: Jerónimo Carranza
Asistente Edición: Klaus Borges Vas
Productor ejecutivo: Gustavo Alonso
Producción: Silvina Rossi
Asistente de Producción: Ezequiel García / Mariana Sala
Cámara: Sergio Stagnaro, Pablo Degliantoni
Música Original: Arbolito, Incluye el tema inédito “Madre Tierra” de Víctor Heredia.
Produce: Masato Media, INCAA.
Formato: HDV
País de producción: Argentina
Año: 20010
Duración: 79 min.





Sinopsis: 

Con Notebooks, bocinas, radios, periódicos, videocámaras, celulares… los pueblos indígenas vienen incorporando los medios de comunicación para el fortalecimiento de sus reclamos y la reivindicación de sus derechos. Paradójicamente la realidad de los comunicadores indígenas, sus medios y sus producciones resultan prácticamente desconocidos fuera de los límites del mundo indígena.

“En esta guerra no siempre perdemos…” dijo orgulloso un líder indígena mientras daba por inaugurada la radio en su comunidad y fue eso lo que motivó a emprender en 2005 la realización del film. Durante estos años la guerra por la imagen y la información nunca había sido metafórica para los pueblos indígenas y los sectores populares. Y ahora menos que nunca. 


Una batalla ampliamente ganada

Entre el extrañamiento y la transgresión, lo que este documental nos muestra es la labor en el campo de la comunicación social de 4 organizaciones: la comunidad Aymará en ERBOL (Educación Radiofónica de Bolivia), la labor de los Sirui en Amazonia, la Radio Mapuche de San Martín de los Andes y el trabajo documental de Video nas Aldeias.

Así, se reafirma la idea de que la producción y distribución de imágenes propias es un recurso vital y estratégico para sostener identidades cuando se trata de sectores históricamente desplazados.

Una de las imágenes más fuertes, que permite abrir un debate más que necesario es el de Almir, integrante del grupo Sirui, con una notebook en sus rodillas, sentado en el claro de la floresta, mirando su propia tierra comunitaria a través de Google Earth. El territorio que habitan desde hace siglos les "fue concedido" (???) por el Estado brasileño. A través de las imágenes satelitales ellos pueden controlar lo que pasa con esas 248.000 hectáreas. Si alguna maderera o empresa usurpadora ingresa, lo localizan inmediatamente.

Otro caso que se analiza en Brasil es el de Videos nas Aldeias, integrado por indígenas, que trabaja produciendo imágenes de sí mismos, lo que les permite replantearse el modo de estar y reverse de manera crítica, para dejar de ser perdedores y manipulados. Como dicen sus protagonistas, verse en un video fue fundamental para comenzar a cambiar lo que eran.

El caso de la radio Mapuche está totalmente atravesado por la problemática de la tierra y los recursos naturales, central en el caso de los graves sucesos que suceden día a día en la zona andina, tanto chilena como argentina.

Allí la policía reprime, mata, encarcela y trabaja como gendarme de políticos y personajes que sistemáticamente se apropian de las tierras que estas comunidades habitan desde hace siglos.

Sostener una radio, que además afirma una identidad desde la mera posibilidad de usar su propia lengua, forma parte de una lucha por la afirmación de la existencia en un territorio físico y simbólico.

En el caso de Erbol y el proyecto de cambio profundo que ha emprendido el pueblo boliviano de la mano de Evo Morales, permite reflexionar sobre las condiciones de posibilidad de las democracias latinoamericanas a partir de reconocer la igualdad de todos los pueblos que las transitan, especialmente los pueblos originarios. Es muy interesante ver cómo se producen alrededor de 1000 noticias diarias que representan problemáticas aymarás, quechuas o guaraníes, dando la posibilidad real y concreta a otras voces de construir su propio canal de comunicación e información.

Fuentes de información: Artículo "Una batalla ampliamente ganada" de Kekena Korvalan, publicado en Leedor.com, Indymedia Argentina, Metiendo Ruido (info y descarga directa).


jueves, 4 de noviembre de 2010

South of the Border

Dirección: Oliver Stone
Guión: Mark Weisbrot, Tariq Ali
Intervienen: Tariq Ali, Raúl Castro, Hugo Chávez, Rafael Correa, Cristina Kirchner, Néstor Kirchner, Fernando Lugo, Lula da Silva, Evo Morales.
Producción: Suzie Gilbert, Chris Hanley, José Ibáñez, Víctor Ibáñez, Serge Lobo, Jean-Pierre Marois, Steve Pines, Juan Riva, Gustavo Santaolalla, Fernando Sulichin, Tara Tremaine, Robert S. Wilson.
Música: Adam Peters
Fotografía: Lucas Fuica, Carlos Marcovich, Albert Maysles
Montaje: Elisa Bonora, Alexis Chavez
Productoras: Good Apple Productions, Ixtlan, Muse Productions, New Element Productions, Pentagrama Films.
Idioma: Inglés, Castellano y Portugues, con subtítulos en castellano.
País de producción: E.E.U.U.
Año: 2009
Duración: 78 min.






En su nuevo documental “Sur de la Frontera”, Oliver Stone se muestra abrazando calurosamente a Hugo Chávez, mordisqueando hojas de coca con Evo Morales y bromeando gentilmente con Cristina Elizabeth Fernández de Kirchner sobre el número de pares de zapatos que posee.

Estas amables tomas “fuera de protocolo” de los presidentes de Venezuela, Bolivia y Argentina, respectivamente, contrasta con la manera en la que son representados a menudo estos líderes de izquierda en los medios masivos y políticos de los Estados Unidos. Esto, especialmente con Chávez, el ex militar que se convirtió en líder socialista democráticamente electo, que se ha convertido en el heredero ideológico de Fidel Castro y la “bestia negra” de los funcionarios en política exterior de la administración Bush.

En la creación de “Sur de la Frontera”, Stone, una luminaria de la mejor parte de las últimas tres décadas, dijo que quería suministrar un contrapunto a la imagen dominante de Chávez en EE.UU., la que es frecuentemente representada en una serie de fragmentos políticos y caricaturizado como un dictador belicoso.

“Yo pienso que él es una figura de extremo dinamismo y carisma. Él es abierto y de buen corazón, así como un personaje fascinante”, dijo el director de “JFK” y “Wall Street”, vía telefónica desde New York, donde trabaja en una secuela de la bien publicitada “Wall Street”. “Pero cuando vuelvo a EE.UU. sólo escucho estas historias sobre el ‘dictador’, ‘mal hombre’, ‘amenaza para la sociedad americana’. Pienso que el proyecto comenzó como algo sobre los medios americanos demonizando a líderes latinos. Se volvió más eso, mientras más nos involucrábamos”.

Además de Chávez, Stone llevó a la pantalla a varios líderes suramericanos cuyas políticas y personalidades generalmente reciben escasa atención de los medios de Estados Unidos y Europa: Morales; Cristina Kirchner y su esposo el ex presidente argentino Néstor Kirchner; Rafael Correa de Ecuador; Raúl Castro de Cuba; Fernando Lugo Méndez de Paraguay; y Luiz Inácio Lula da Silva de Brasil.

“La prensa en América, se habrán dado cuenta, ha dividido al continente Latinoamericano en la ‘mala izquierda’ y en la ‘buena izquierda’”, dice Stone. “Han marcado a Correa como la mala izquierda, junto a Morales y Chávez. Ellos llaman a Lula, la buena izquierda. No sé que han dicho de Kirchner hasta ahora, porque van hacia adelante y para atrás, pero creo que cada vez van más en contra de Kirchner. Yo creo que estas diferencias son erróneas”.

Junto a Stone el escritor, historiador, novelista y comentarista paquistaní-británico Tariq Ali, dijeron que el documental de 90 minutos no pretende ser un análisis exhaustivo de las actuales tendencias políticas de América del Sur. No se trata de analizar los puntos de vista radicalmente divergentes de una figura tan polarizante como Chávez. Tampoco enfrentar las críticas en curso a su retórica incendiaria (una vez llamó a Bush el diablo), sus frecuentes impasses con los medios de oposición en Venezuela (que apoyaron un golpe en su contra en 2002), o su discutido rol de apoyo a grupos rebeldes en enfrentamiento al gobierno de la vecina Colombia.

“No proponemos el espíritu de hacer de éste un debate polémico”, dijo Stone, que se encontró por primera vez con el Presidente de Venezuela en 2007. “Al intentar entrar en todos los argumentos de derecha en contra de Chávez, nunca vas a ganar. Vas a aburrir a la audiencia”.

En lugar de eso, los cineastas decidieron hacer lo que Ali llama “una película política de carretera”, visitando a los compañeros de Chávez alrededor del continente preguntándoles que opinan de él. Stone y su equipo viajaron desde el Caribe hasta la cordillera de los Andes tratando de explicar el fenómeno Chávez y contar sobre la reciente ola de izquierda en el continente.

Gran parte de la explicación que el film adelanta es que las políticas de libre economía de mercado lanzada por los Estados Unidos y el Fondo Monetario Internacional en los últimos años, ha fallado ampliamente en aliviar los crónicos ingresos desiguales de Latinoamérica. El film sugiere que las calamidades tales como el colapso del peso argentino en 2001, combinado con las sospechas Latinas hacia los esfuerzos de erradicación de droga de Estados Unidos y el resentimiento por la venta de recursos naturales a través de compañías trasnacionales, también han contribuido al surgimiento de líderes socialistas y social-demócratas a lo largo de toda la región.

Ali cree que muchas políticas exteriores oficiales de los Estados Unidos están operando bajo un paradigma de guerra fría que los previene de cambiar las realidades sociales que han llevado a una nueva generación de políticos al poder.

“Estos cambios que se están llevando a cabo no están llegando a través de la lucha armada o guerra de guerrillas del Che Guevara”, dice Ali, hablando desde Londres. “Todos estos cambios se han dado a través de elecciones democráticas. Y eso lo hace un desarrollo muy importante en el continente”.

Para algunos observadores y críticos, los matices políticos en “Al sur de la frontera” pueden registrar menos que la vista de Stone pateando un balón de fútbol juguetonamente con Evo Morales o escuchando empáticamente como Chávez articula su sueño de regar lo que el llama su “Revolución Bolivariana” por todo el continente. Stone fue criticado varias veces por tomar un tono my social con Fidel Castro en su documental de 2003 “Comandante”. Él entonces produjo una secuela mas afilada, “Buscando a Fidel”, en donde presiona al líder cubano acerca del trato de disidentes y otros temas sensibles.

En una era cuando pocos directores de Hollywood se molestaban en lo absoluto en tratar con temas históricos o políticos, Stone frecuentemente ha sido señalado por ser muy suelto con hechos históricos en películas como “JFK” y “Alexander”, sobre El Gran Alejandro. En este marcador, él defiende su registro vigorosamente.

“Tú haces tu tarea, haces tu investigación, siempre lo hacemos, no importa lo que piensen de mi trabajo”, dice. “Incluso retrayéndome hasta ‘JFK’, siempre hemos investigado tanto como pudimos. Y se han cometido errores, pero hay mucha verdad, sabes, tanto como podemos poner en estas películas”.

Él está alerta a las acusaciones de “ser corazón-blando o corazón-humano” con políticos con quien simpatiza. Pero reconoce libremente donde yacen sus simpatías en “Al sur de la frontera”.

“Estoy arraigando este movimiento bolivariano”, dice. “Estoy arraigando su independencia porque creo que Estados Unidos tiene un nuevo papel que emplear en este mundo, y ese no es el de un opresor, sino de un socio cooperativo y, llamémoslo equitativo”.

El director dice que el tema principal en “Al sur de la frontera”, y muchos de sus otros trabajos fílmicos, es la cuestión de “Porqué Estados Unidos llega a hacer enemigos”. Él planea desarrollar este tema en un documental serial de televisión por cable de diez partes llamado “La Historia Secreta de Estados Unidos” cuyo estreno está programado para 2010.

Estoy fascinado por ese tema, bien sea el Taliban, bien sea Irán o bien sea Vietnam del sur, retrotrayéndonos a esos días”, dice Stone. “Como un hombre joven me lavaron el cerebro para creer que teníamos enemigos por todos lados. Y ahora he viajado por todo el mundo, quiero decir que tienes que preguntarte ¿por qué? ¿Por qué constantemente hacemos esto? ¿Dónde nos nació esta paranoia?”.

Fuentes de informaciòn: Artìculo publicado en Aporrea.org, DocusElrond (info y descraga directa), IMDB.



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martes, 17 de agosto de 2010

Yerba Mala

Dirección: Colectivo 7
Fotografía: Colectivo 7
Idea: Colectivo 7
Guión: Colectivo 7, Yerba Mala Cartonera
Producción: Colectivo 7
Montaje: Colectivo 7
Músicas: Los Maitas, Waynarap, DJ Pituko, Mi Kosmos.
País de producción: Bolivia
Año: 2007-2010
Duración: 62 min.
Web oficial: Colectivo 7
Colectivo 7 : Agustina Bassani, Nancy Cejas, Romina Maretto, Nicolás G. Recoaro, Jordi Salvadó, Leonardo Spinetti i en Piero.
Colectivo 7 son una productora de cine documental. La serie Bolivia es su primera experiencia rodando y sus frutos van cobrando vida: "Yerba Mala"(largometraje sobre la cartonera alteña), "Cholita paceña" (mediometraje sobre la mujer urbana de los Andes) y Pachakuti (sobre el primer equipo de fútbol indigenista de latinoamérica).



La figura del escritor se ha convertido en una caricatura mediática. Un maniquí de polera negra, barba y lentes que certifican su condición de inteligente o sagaz. Pues bien: en esta película no aparece ni uno de esos engendros. Porque “Yerba Mala” es una expedición a las entrañas sudamericanas; pero también a las profundidades de la literatura de verdad, esa que saca su tinta de la vida y no de la publicidad o del márketing.

En el Alto –la ciudad más joven de Bolivia-, dedicar horas de trabajo a las letras significa trocar comida, vestimenta y techo por la necesidad íntima de creer que alguien va a apasionarse con esas palabras que salen desde el fondo del alma. Así es como a cuatro mil metros de altura cierta cofradía de narradores lleva adelante una editorial cartonera. Un cálculo sencillo basta para entender el rol que cumplen: el sueldo básico de allá es de quinientos bolivianos, mientras un libro sale más de cien (y no los compra casi nadie, obviamente). En consecuencia, estos quijotes venden sus poemarios, colecciones de cuentos y novelas a sólo cinco mangos. Y emociona ver cómo su puesto en la feria se llena de laburantes contando moneditas.

Por supuesto que mantener la movida no es sencillo. Especialmente cuando –como lo muestra este documental- las multinacionales operan en contra de cualquier irreverencia. Entonces la soledad del escritor andino se torna mucho mayor. Es más: es toda la literatura boliviana la que está aislada; minusvalorada por élites que, montadas sobre el mercado o sobre un cinismo masturbatorio, establecen qué es lo oficial y qué es lo alternativo. Lo que hacen estos morochos no cabe en esas mezquindades. Brota de un compromiso que quema las vísceras y que a veces –como lo demuestra el reciente suicidio de Crispín Portugal, la última voz que se escucha en el largometraje- puede abrir compuertas inesperadas.

El Colectivo 7 se pasó ocho meses en la zona del Alto: los artistas entrevistados terminaron siendo viejos conocidos. A partir de ese cariño, se convirtieron en guías para perderse entre los ómnibus de aquellas periferias, en médiums para contactarse con los demonios de La Calle de los Brujos y en presentadores de los insólitos espectáculos de lucha libre que hace tiempo protagonizan las cholitas más guerreras.

¿Para qué el arte? ¿Para quién? ¿Qué es la cultura? Esas y otras preguntas merodean por este trabajo, en el que la ficción se entremezcla con la realidad y consigue arrancarle susurros de esperanza.


Yerba Mala ... cartonera (parte 1 de 4) from colectivo 7 on Vimeo.


Documental completo, dividido en 4 partes, subido a Vimeo por Colectivo 7
.
Ver en Naranjas de Hiroshima TV.

Fuentes de información: Colectivo 7, Yerba Mala Cartonera, Artículo de Facundo García (Página/12 B.Aires).

lunes, 22 de marzo de 2010

Bolivia para todos

Título original: Bolivia para todos
La idea y producción general: Emilio Cartoy Díaz (director de RadioTEA y TEA Imagen)Dirección: Cristian Jure
Producción: Silvina Rossi y el equipo de Masato Documentales, con el apoyo de Telesur, INCAA, Canal Encuentro, CEFREC y RadioTEA.
Año: 2008
País de producción: Argentina
Duración: 94 min.








La Revolución de Evo Morales y los pueblos originarios de Bolivia, Emilio Cartoy Díaz presenta su telefilm Bolivia para todos , documental que aborda los conflictos desatados entre los partidarios de la revolución democrática y cultural encabezada por el presidente Evo Morales y los sectores que ven en el nuevo movimiento en peligro a sus privilegios.

Grabada durante 15 meses en distintas locaciones de aquel país, la producción cuenta con el análisis de reconocidos intelectuales latinoamericanos, además de testimonios de los principales protagonistas de la actualidad boliviana.

El documental -con idea y producción general de Emilio Cartoy Díaz, la dirección de Cristian Jure y la producción de Silvina Rossi- incluye testimonios del presidente de Bolivia, Evo Morales; el ex presidente, Carlos Mesa; el vicepresidente Alvaro García Linera, y Víctor Hugo Cárdenas, entre otros dirigentes políticos y sociales de ese país. También presenta fragmentos de entrevistas a escritores, periodistas e investigadores, como Ignacio Ramonet, Norberto Galasso, Alcira Argumedo, Maristella Svampa, Rogelio García Lupo, Eduardo Anguita y Adolfo Perez Esquivel.

El domingo 10 de agosto de 2008 el referéndum revocatorio en Bolivia ante el cual Evo fué confirmado por el pueblo boliviano como Presidente de la Nación por el 67% de los votos y dos “prefectos” de la oposición (no existen alli los “gobernadores”) fueron revocados en sus mandatos, le díó a Evo Morales y su decisión de ir a las urnas (en una ley dictada por la feroz oposición) estatura de genio político.

Ahora los EE.UU. y la oligarquía de la “Media Luna” también confirmada en las urnas al frente de sus Prefecturas, intentan, en conjunto, provocar la secesión de la región petrolera intentando “quitársela” al pueblo boliviano.

Emilio Cartoy Diaz presenta su obra “Bolivia para todos” donde hace una descripción excelente, con imágenes deslumbrantes y música encantadora, de la lucha entre las clases medias y altas “blancas” de la media luna, el Beni y Santa Cruz de la Sierra y los pueblos originarios con sus ropas características y su lenguaje rustico tan expresivo y tan autentico, y ahora en el poder.

Alli se cuenta el desafío en la Asamblea Constituyente que consagró la Nueva Constitución de Bolivia “para todos” sus ciudadanos, pobladores no importa la raza, religión, clase social, actividad, ideología, consagrando derechos sociales y soberanía sobre los recursos naturales.

A pesar de la existencia de la revolución de Victor Paz Estenssoro de 1952 – que podría asimilarse a la de Juan Perón en el 45 de Argentina-, indudablemente Bolivia, luego de tantas luchas y tantos golpes militares apoyados por el imperio del Norte, es como si tuvieran que empezar de nuevo desde cero. Pero es maravilloso entrar en la mirada del pueblo (como lo hace magistralmente el documental) y ver lo que ellos ven. Una cosa que llama la atención sobremanera en la película fue escuchar a los lideres del separatismo, los “blanquitos” de Santa Cruz de la Sierra, mandar mensajes de solidaridad a los sectores del “campo” argentino como diciendo “estamos en la misma, nosotros aquí contra estos kollitas y Uds allá contra esos negritos peronistas”. Muy notable escuchar la oportunidad de sus mensajes inter-blanquitos.

Es duro ver por los noticieros de la TV boliviana como las brigadas de la Juventud cruceña humillaba a cuanto kolla o guaraní capturandolos, desnudándolos del torso, atándolos con sogas como animales y poniéndolos de rodillas en las plazas públicas. También se ve la “caza” de kollas y la posterior golpiza hasta causarles graves heridas. Todo delante de las cámaras de TV que apoyaban a los separatistas. Así en Bolivia como en Argentina. Cada uno con su estado mental y con su “estilo” mas descarnado o mas “civilizado” de intolerancia racial. Esa intolerancia que ya ha provocado más de 9 muertos durante los violentos sucesos de esta semana del 7 al 12 de Septiembre de 2008.

Fuentes de información: Cristian Jure, DocusElrond (info y descargas).

Ver directamente enYoutube.
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Ver en Naranjas de Hiroshima TV.

sábado, 6 de febrero de 2010

Yawar Mallku - Sangre de condor


Título original: Yawar Mallku (Sangre de cóndor)
Dirección, guión, montaje: Jorge Sanjinés.
Producida por: Grupo Ukamau.
Fotografía: Antonio Eguino.
Música: Alberto Villalpando, Alfredo Domínguez, Ignacio Quispe, Gilbert Fabre.
Intervienen: Benedicta Huanta, Marcelino Yanahuaya, Vicente Verneros, Danielle Caillet, Mario Arrieta, Ilde Artés, Comunarios de Kaata.
Género: Ficción / Documental.
Duración: 70 min.
Formato: 16 mm. B/N.
Formato copia: VHS-Rip de bajisima calidad. Parece que J. Sanjinés es bastante discreto con su obra, nunca se editó en video o DVD y la única forma de ver su obra es a través de las proyecciones que se organizan y en la que él suel participar.
País de Producción: Bolivia
Año: 1969







El 11 de enero me rechazaste porque me desconoces.

El 11 de enero me agrediste porque me temes.

Me dices ignorante porque desconoces mi sabiduría.

Me dices sucio porque trabajo y vivo con la tierra.

Te inspiro pena o lastima pero yo soy el que te alimento.

Ahora luchas por tus mezquinos intereses,

pero yo luché durante siglos por sobrevivir.

Empiezas una batalla que no ganarás.

Poco a poco redescubro mi poder y deconstruyo el tuyo.

Viendo al pasado y de espaldas al futuro.

Llega el tiempo del Pachakuti.

(Texto repartido en Cochabamba –Bolivia- en enero del 2008, a raíz de la conmemoración del “Enero Negro”, trágico enfrentamiento entre campesinos cocaleros y facciones de citadinos)

Una batalla: culturas, modos de existencia, modos de vivir (y morir), que se encuentran, y pujan. El encuentro, un choque. Lejos de la idílica comunión “sin violencia”, cínicamente propuesta por el discurso hegemónico. Cosmovisiones distintas se cruzan y la violencia (de distinto tipo) fluye, atraviesa tal relación, la constituye.

En Yawar Mallku (1969), Jorge Sanjinés decide evidenciar desde un comienzo la puja, el choque vital, a través de una cita que lo posiciona dentro de esa disputa. Expone las condiciones de lucha, y toma posición. La cita es de un científico en una charla en California en la que habla de los habitantes de Latinoamérica como “raza inferior… animales… (a los que) hay que eliminar… (siendo) el rico y fuerte (el que finalmente) elimina al pobre y débil…”

Yawar Mallku comienza con una cita, estableciendo posición. Y no solo revelando hechos (sucesos reales en los años 60 en Bolivia) que demuestran el proceso de “eliminación del inferior” mencionado en la cita, sino intentando construir un modo de representar tales hechos, una narratividad que de cuenta de la cosmovisión de la cultura andina. Entendiendo que el modo de contar, de narrar, es también el terreno de disputa.

En suma, una doble apuesta que confluye en el trabajar por un cine (un arte) disruptivo y amenazador del estado de cosas imperante, a la vez que constructor de identidad, de lazo social.

La idea original de la película surge de denunciar (hacer visible) la esterilización inconsulta de mujeres quechuas por parte de “cuerpos de paz” norteamericanos en tierras bolivianas. Una situación que luego de estrenada la película, y a través de su repercusión mundial, a partir de su premiación en el Festival de Venecia, se modificó siendo dichos “cuerpos de paz” expulsados de Bolivia en 1971.

Una denuncia, que se imbrica (se constituye) con la búsqueda mencionada de una “narrativa propia”. Una propuesta narrativa que pugna por “conjugar los ritmos internos de la espiritualidad nacional, por construirse ya no sobre los pilares del individualismo helénico, judeocristiano, sino sobre la cosmovisión de las mayorías morenas del país que entienden al tiempo como un viaje circular, como un eterno regreso de todo”.

Al mencionar una narrativa que discuta la anclada en un “individualismo judeocristiano”, Sanjinés refiere directamente a romper con los parámetros básicos del montaje norteamericano, basado en estructuras temporales lineales, en una rítmica de un dinamismo tal que asegure distracción, una lógica relacional dicotómica, y conformada bajo la égida de la relación causa-efecto (dogma paradigmático del cientificismo capitalista occidental).

Fuentes de información: Artículo completo de Sebastian Russo, publicado en Tierra en Trance, FromBolivia, Entrevista a Jorge Sanjinés en el Ojo que Piensa.





jueves, 2 de octubre de 2008

Cocalero


Dirección: Alejandro Landes
Producción: Julia Solomonoff, Alejandro Landes.
Fotografía: Jorge Manrique Behrens.
Montaje: Kate Taverna, Jorge Manrique Behrens, Lorenzo Bombicci y Jacopo Quadri.
Música: Leo Heiblum, Jacobo Lieberman.
Año: 2006

País de producción: Bolivia-Argentina
Duración: 97 min.












Alejandro Landes dice que Cocalero es menos una película sobre Evo Morales que sobre el movimiento de los cultivadores de coca, que después de dos décadas consiguió llevar a uno de los suyos al poder. Landes –nacido hace 26 años en Brasil, criado en Ecuador y graduado en Economía en la universidad norteamericana de Brown– empezó a pensar en la figura de Evo cuando trabajaba para el programa Oppenheimer presenta, del periodista Andrés Oppenheimer, destinado al público latino aunque producido en Estados Unidos. Landes le propuso a la producción un diálogo vía satélite entre el líder cocalero y Gonzalo Sánchez de Lozada, quien acababa de abandonar La Paz para instalarse en Estados Unidos. “Era octubre del 2003, una semana después de lo que para Sánchez de Lozada había sido un golpe de Estado y para Evo una fuga. Era como tener a Batista y a Fidel”, cuenta Landes. “Evo tenía de fondo una bufanda de wipala, la bandera indígena, que decía Evo Presidente y se caía. Alguien tenía que entrar en cuadro mientras Evo hablaba y volver a ponerla. Era una cosa de color que resultaba muy graciosa pero a la vez te hacía notar la bandera. Y te hacía pensar por un momento ¿será que este hombre puede ser presidente?”

La anécdota de la bandera es mínima, pero Landes sabe que expresa algo que en la película aparece reflejado en el seguimiento de la campaña de Evo Morales, dos años después de aquel programa, a fines de 2005: la precariedad de recursos con los que parece construirse su carrera hacia la presidencia. El “seguimiento de campaña” es un subgénero documental que ya cuenta con cierta tradición; Landes evoca uno de sus mayores referentes, que es The War Room, la película de D. A. Pennebaker y Chris Hegedus sobre Stephanopoulos y Carville, los estrategas de la operación electoral de Bill Clinton para su primera presidencia, en 1992. Y en parte la menciona para establecer diferencias: las que tienen que ver con el enorme aparataje que rodea a un candidato a jefe del país más poderoso del mundo, y la aparente inmediatez en la que, por momentos, parece moverse el líder cocalero en campaña. “En Cocalero no hay una estructura dramática clásica como la que se construye con Clinton, en choque con la voz en off de Bush. Acá era sólo observarlo a él, lo más detenidamente posible, para permitir que afloren los matices. En todo caso, Cocalero es mucho más parecida a Entreatos, el film de Joao Moreira Salles (el hermano de Walter) sobre la llegada de Lula al poder, y Peones, de Eduardo Coutinho, que explora las raíces sindicalistas de Lula, su trabajo en la ensambladora de autos y la consolidación del PT.”

Pero la película sobre la construcción de un candidato político y el marketing electoral más interesante de los últimos años, dice Landes, es Our Brand is Crisis: “La hizo una chica norteamericana que accedió a una compañía consultora de James Carville –el socio del protagonista de The War Room–, cuando estaba haciendo trabajos de consultoría para candidatos en Africa, Asia y América latina. Su intención era estudiar varios casos, pero el boliviano terminó pareciéndole el más interesante; entonces llegó con el equipo consultor para asesorar la campaña de Sánchez de Losada, lo ayudó a ganar, y después pasa lo que pasó y ella sigue todo este proceso. Pero lo que ella hace es acompañar al candidato más rico con la compañía de mercadeo político más cara y sofisticada del mundo, mientras que en Cocalero tenemos una mirada sobre alguien con un olfato político impresionante, con una astucia en circunstancias muy precarias, en un movimiento medio cenicienta, en el sentido de que nadie cree que pueda llegar, y con una mirada verdaderamente de abajo hacia arriba”.

Fuentes de información: Rebelión.org,



Ver directamente en Youtube.