Tania Celina Ruiz Ojeda
La importancia que desempeña el cinematógrafo como factor de propaganda, superior a cualquier otro, la influencia que ejerce sobre las masas y la facilidad que ofrece para mostrar en forma objetiva cualquier aspecto de interés general, determinó su preferente aprovechamiento.
Memoria del DAPP
La llegada a la presidencia de Lázaro Cárdenas significó una serie de reformas en diversos rubros de importancia para México. La educación, los tesoros naturales, las materias primas, el indígena, así como el desarrollo en general del periodo postrevolucionario fueron retratados por las cámaras de cine del Estado, lo que en gran medida ayudó a consolidar la imagen de nación moderna, progresista y liberal surgida después de la Revolución (1910- 1917). Si bien el gobierno de Cárdenas ha sido analizado desde múltiples posturas y visiones,1 el manejo de la imagen como herramienta de propaganda se ha relegado de los estudios históricos sobre su sexenio.
El cine documental de propaganda producido durante dicho periodo, en particular aquellos firmados por el Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad (DAPP), representan la postura de Cárdenas sobre los medios y la relación de estos con su gobierno. De los distintos temas abordados, el exilio y posterior acogida de los niños españoles en México a raíz de la Guerra Civil Española retrató de manera más “cálida” las formas utilizadas en las relaciones exteriores del gobierno cardenista y, a su vez, se estableció una relación cinematográfica entre la República Española y el gobierno mexicano, que llevaría a intercambios de materiales fílmicos, mostrando así el apoyo a la causa republicana.
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El 17 de junio de 1936, el Diario Oficial de la Federación publicó un acuerdo de modificación de la Ley de Secretarías y Departamentos de Estado, en el cual se constató la creación de la Dirección de Publicidad y Propaganda, que formaría parte de la Secretaría de Gobernación y cuya vida sería de tan sólo cuatro meses, debido a que Cárdenas se dio cuenta de que, para funcionar mejor, el órgano necesitaba plena autonomía. Así, el 25 de diciembre de 1936 se creó por decreto el Departamento Autónomo de Prensa y Publicidad, que entró en en vigor el 1o de enero de 1937.
El trabajo realizado por el DAPP no se circunscribió únicamente al cine, ya que la radio fue uno de sus mayores vehículos de propaganda: a través de conciertos musicales durante los que se emitían los mensajes de interés para el gobierno, ya fuese en la presentación, despedida o al final de ellos. De septiembre de 1937 a agosto de 1938, se llevaron a cabo 5,207 transmisiones radiales solamente de conciertos. El DAPP recurrió a la edición de publicaciones periódicas, entre los que se distribuyeron diversos formatos, como boletines, revistas y libros que, en su mayoría, estaban escritos en español. Sin embargo, la impresión de materiales en otros idiomas también fue importante para el Departamento, así un gran número de los impresos fueron traducidos al inglés, y francés.
Otro de los medios que utilizó el DAPP fue la música, a través de la difusión y creación de himnos, marchas, ediciones de corridos, entre otras formas de promoverla como mensaje de propaganda. Contabilizar todo lo realizado por el Departamento puede resultar una tarea monumental, ya que a pesar de su breve existencia, se ocupó, entre otros temas, de los derechos sociales, la educación, el teatro, la pintura y las artes en general. Realizó estudios de estadística y promovió normas de higiene y seguridad, siendo estos últimos temas recurrentes en sus producciones; todo ello sin dejar de lado a los indígenas, a la población en general, a los obreros, así como a la historia y la etnografía. A esto debemos sumar su desarrollo y trabajo como agencia de noticias, que tan sólo en el mes de octubre de 1937 difundió 694 notas periodísticas o boletines de prensa, las cuales fueron enviadas a diarios, agencias y corresponsalías.
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Con la creación del DAPP, el gobierno cardenista cayó en la ambigüedad del control de la información, ya que si bien el organismo buscaba ser el único medio por el cual se difundieran los comunicados, noticias o información referente al ejecutivo y a la imagen del país, también se realizaron una gran cantidad de materiales de propaganda que dieron trabajo a distintas empresas, las cuales incluían su propia versión de México.
Una de las principales razones de la existencia y responsabilidad del DAPP consistía en comentar, explicar y fundamentar teóricamente las informaciones oficiales, lo cual se realizaba desde el discurso cinematográfico sin problemas. Así, el DAPP se convirtió en productor de cine, ya sea apoyando económicamente a proyectos, comprándolos una vez que se habían realizado o filmando y llevando a cabo sus propios documentales.
Sin embargo, una cosa era la producción y otra, muy diferente, que estos materiales llegaran al público en general. Con este propósito en mente, dentro del Departamento se crearon diferentes comisiones. En el caso de cinematografía fueron dos: la referente a Producción Cinematográfica y la de Circulación de Películas. El fin de ambas consistía en “Promover y vigilar la circulación de las películas del departamento, con el fin de lograr su más amplia exhibición tanto en el país como en el extranjero”.
Entre 1937 y 1938, en el DAPP se realizaron 116 copias de los materiales producidos en el mismo año, algunas en otros idiomas, como el inglés y el francés. La manera de distribuir dichos materiales se dio a través de un grupo de colaboradores, los cuales tenían como prioridad impulsar la circulación de las películas elaboradas por el organismo oficial. El primer movimiento dado por el Departamento para lograr esto fue el acercamiento y creación de convenios con exhibidores nacionales y distribuidores de películas extranjeras; en dichos convenios quedaba establecido que las películas del DAPP “De carácter informativo y documental, fueran exhibidas sistemáticamente dentro de los programas de cintas de gran metraje en todos los salones que constituyen circuitos comerciales”.
“Los niños de Morelia”, México, el DAPP y la Guerra Civil Española
La ayuda de Méjico, decidida inmediatamente por el Gobierno radicalísimo del Presidente Lázaro Cárdenas, fue constante por toda la duración de la guerra y, dentro de las posibilidades materiales del país, alcanzó un nivel muy elevado; el más elevado de toda América (...) hizo todo lo posible por contribuir a la soñada Victoria republicana. Fue el único régimen de Hispanoamérica que se distinguió en esa actitud rigurosa y terminante; no puso trabas a la salida de mejicanos para integrarse en unidades combatientes del lado rojo, aunque no fueran muchos los que cruzaron el Atlántico por ese motivo, y ofreció asilo a los niños que el Gobierno de la República decidió evacuar para librarlos de los peligros de la guerra.17
La afirmación anterior fue hecha por un historiador falangista, lo que nos permite dimensionar la importancia simbólica del apoyo de México al bando Republicano durante la Guerra Civil Española. México colaboró con más que el envió de provisiones y materiales, así como de armas y combatientes. Es conocido el asilo otorgado a los ahora llamados Niños de Morelia, lo cual, a decir del propio Cárdenas, fue una iniciativa de su esposa Amalia. Pero México no sólo dio asilo a los niños, también llegaron al país exiliados políticos e intelectuales. Pensadores de la talla de María Zambrano se incorporaron a universidades y colegios. Dentro del rubro de la investigación, el acontecimiento más importante quizá sea la creación de la Casa España-México, que llegaría a convertirse en El Colegio de México.
La ayuda no sólo se produjo a través del acto de abrir las fronteras para los españoles, ahora sabemos de mexicanos que llegaron a España como civiles y que apoyaron en tareas de guerra: médicos, enfermeros, técnicos y propagandistas. “El gobierno de México está obligado moral y políticamente a dar su apoyo al gobierno republicano de España, constituido legalmente y presidido por el señor don Manuel Azaña”.
Para el historiador Mario Ojeda Revah existen grandes paralelismos entre la República Española y los gobiernos revolucionarios de México, en particular con el gobierno de Lázaro Cárdenas del Río, que han sido constantemente estudiadas. Para Ojeda Revah, ambos países eran sociedades económicamente atrasadas, con pequeños enclaves de industrialización en medio de zonas rurales semifeudales. Ambos tenían clases medias relativamente pequeñas y sus niveles de analfabetismo seguían siendo elevados; además, la unidad nacional era débil o inexistente. Caciques regionales todavía dominaban la política local, las instituciones democráticas eran más bien débiles, mientras que los sordos conflictos entre católicos y anticlericales eran un reflejo de profundas divisiones sociales.
Pero Ojeda específica que, si bien existían similitudes, el proyecto cardenista era “mucho más radical que el programa republicano” en su intento por sacar a su país del atraso y la dependencia, lo que tal vez ayudó a la mutua comprensión entre los dos gobiernos tenía que ver con un hecho en particular: “la redención social”. El mismo Cárdenas dejaba claro el porqué de la ayuda a España: “solidaridad a su ideología”.
Las noticias de la guerra española llegaron a México y tuvieron impacto en la sociedad, predominantemente en las clases urbanas. Se sabe que en el Distrito Federal se colocaban mapas de gran tamaño en las vidrieras de los almacenes, en donde se mostraba con alfileres de colores el avance de las tropas, y que cuando en los cines eran presentadas las imágenes de la guerra y los frentes de batalla, se podían escuchar los chiflidos de los partidarios de cualquiera de los bandos.
Al igual que la guerra española, el apoyo del gobierno mexicano fue registrado por el cine a través de la lente del DAPP, y aunque son pocos los documentales conocidos, dos son citados continuamente en la historiográfica del cine español.
El primero es la Llegada de Niños Españoles a Veracruz (1937), con duración de nueve minutos y producida por el DAPP que, según la ficha encontrada, correspondía a un reportaje que registró la llegada de los niños a dicho puerto. Carente de sonido directo, lleva una narración que, a criterio del autor de la ficha, “tiene el aire de un noticiero largo con la insistencia en motivos idénticos”.
En él se podía observar al tumulto que llegó al puerto para recibir a los niños, así como el cariño con el que fueron bienvenidos.
El segundo documental llevó por nombre Niños Españoles en México. Sobre este documental existe información distinta. Sin embargo, las descripciones y el material existente, en resguardo de la Filmoteca de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), nos hacen pensar de que se habla del mismo material, el cual fue filmado por el DAPP.
El 22 de junio de 1938 se entregó un informe sobre los materiales del DAPP exhibidos en España, donde se establece que Los Niños Españoles en México era el único documental cinematográfico que había sido recibido por la embajada de México en Barcelona. Esta película fue mostrada en una presentación privada realizada en la Generalitat de Cataluña al presidente de esa instancia, Luis Companys, así como a distintos funcionarios de la Generalitat y del Gobierno Republicano.
Posterior a la exhibición en la Generalitat, el filme pudo ser visto en diversos cines de Barcelona; así, se calculó que cerca de 50 mil personas habían visto la película.Algunas de estas presentaciones pudieron resultar muy emotivas, al encontrarse familiares de los niños en la sala. Si bien ha existido el mito de que eran huérfanos, los estudios mostraron que la mayoría tenían padres.
El 8 de marzo de 1938, en la ciudad de Barcelona, durante una fiesta homenaje a México, se llevó a cabo la función de Los Niños Españoles en México en el Cine Maryland, la cual fue organizada por los servicios de propaganda de la dirección General de Evacuación y Refugiados del Ministerio del Trabajo y Atención Social y Los Amigos de México.
La sala se vio concurridísima destacando entre el público la totalidad de los padres de los niños refugiados en Méjico, con residencia en Barcelona [...] se exhibieron unos filmes documentales de Méjico [...] El acto terminó con la exhibición del film que presenta la vida que los niños refugiados llevan en la residencia “España México” y que suscitó entre el público escenas altamente emocionantes pues muchos asistentes reconocían a sus hijos entre los grupos que aparecían en pantalla.
Como material extra añadimos tres obras complementarias, el noticiero producido por Laya Films con los materiales filmados en México sobre los niños y niñas españoles exiliados por la guerra "Mexic sic Amb els infants espanyols" y una segunda parte del documental también producida por el DAPP "Los niños españoles en México II", que utiliza material de archivo de Laya Films sobre la guerra civil española, que profundiza un poco mas el el día a día de los y las niñas, y que encontramos en youtube en los archivos de la Colección Fundación Televisa. Y añadimos otra versión, esta vez mas corta, de los "Niños españoles en México", donde se añaden planos con la presencia del presidente Lázaro Cárdenas, pero en poco mas cambia la estructura, siendo prácticamente la mitad de la versión de 12 minutos, esta última versión corta la ha subido el Sistema Michoacano de Radio y Televisión aunque desconocemos donde esta preservada esa copia.
El Gobierno de México, encabezado por el Presidente Lázaro Cárdenas, recibió en Morelia a un grupo de niños españoles refugiados de la Guerra Civil. Ellas y ellos llegaron a nuestro país en 1937, algunos se quedaron a vivir, otros regresaron a su patria. Este video es del año 1939 cuando ya se habían adaptado a su rutina como internos de la escuela que hoy se conoce como Internado España - México.
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