Dirección: Edgardo Cozarinsky
Guión: Edgardo Cozarinsky
Intervienen: Henri Langlois, Niels Arestrup, Bernard Boursicot, Freddy Buache, Marie Epstein, Georges-Patrick Langlois, Eric Rohmer, Jean-Luc Godard, François Truffaut.
Copia: VHS-Rip V.O.S.E.
País de producción: Francia
Año: 1995
Duración: 69 min.
Este documental es un homenaje a un hombre cuya pasión se convirtió en un legado rico y valioso para el mundo del cine. Henri Langlois fue uno de los cofundadores de la Cinemateca Francesa, un museo que contiene muchos artefactos extraños de los comienzos del cine, y también uno de los archivos de películas más exhaustivos del mundo.
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de enero de 1977
El pasado jueves falleció en París Henri Langlois, fundador y
director de la Cinemateca Francesa y uno de los nombres clave en la
historia mundial del cine.Nació en Esmirna (Turquía) en 1914. Treinta
años después crearía con Georges Franju, la cinemateca. Jean Cocteau le
definiría como el «dragón que vela por nuestros tesoros», quizá por el
hecho de haber salvado del anonimato decenas de millares de películas de
todas las épocas del cinematógrafo.
«Cuando sólo subsisten diez, cien o incluso mil películas de 10.000.
-declaró Langlois-, debemos hablar de escándalo y de que nada se ha
salvado. Con frecuencia se citan principios selectivos o de un falso
culturalismo para encubrir la indiferencia o la pereza. Hay que intentar
conservarlo todo, sin discriminaciones, sin pretender juzgar a ser el
«aficionado de los clásicos». En definitiva nosotros no somos Dios, no
tenemos derecho a creer en nuestra infabilidad. Existe el arte y existe
el documento y nuestro deber es conservarlo. Por otra parte, hay muchas
películas que inicialmente son calificadas como mediocres y que con el
tiempo llegan a alcanzar el calificativo de extraordinarias. En
definitiva, el único que tiene derecho a juzgar una obra es el tiempo.
Una cinemateca es un museo con una sala de proyección que debe poder
iniciar a las masas y a la vez, satisfacer a las minorías que se
interesan con pasión por el patrimonio cinematográfico. Debe ser también
una biblioteca donde sea posible ofrecer a quien lo desee una copia en
dieciséis mm. de todas las películas que se poseen para su estudio y
análisis». Quizá uno de los elogios más justos que se puede decir de
Langlois, es que su esquema teórico lo aplicó coherentemente en la
prártica.
La Cinemateca de París es sin duda el centro de documentación y
archivo cinematográfico más importante y dinámico del mundo. Las
consecuencias son evidentes: toda la nouvelle vague surgió de
la Cinemateca. Godard, Truffaut, Chabrol, Resnais, Rouch,
Doniel-Valcroze y un amplísimo etcétera, comenzaron a conocer
profundamente el cine gracias a la labor de Langlois. La importancia
pues de un centro de estas características no es sólo teórica, sino que
incidió e incide notablemente en el panorama cinematográfico mundial.
En 1968 fué destituido de su cargo de director del centro que había
creado, sin embargo la decisión tuvo que ser revocada a los dos meses
ante la reacción unánime, inmediata y airada de todos los realizadores
europeos de prestigio, encabezada, naturalmente, por los componentes de
la «nueva ola».
* Este artículo apareció en la edición impresa del Sábado, 15 de enero de 1977
Fuentes de información: Filmaffinity, La Cinefilia es un Perversión, Patio de Butacas, Artículo de Ángel S. Harguindey publicado en edición impresa de ElPaís del Sábado, 15 de enero de 1977
1 comentarios:
Buenos días estimados, no logro encontrar los subtítulos para este film, ¿sabrían decirme como resolverlo?
Blog necesario este, saludos cordiales
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