Año: 1971
Dirección: Federico Fellini
Guión: Federico Fellini y Bernardino Zapponi
Música: Nino Rota
Intervienen: Federicno Fellini, Riccardo Billi, Tino Scotti, Fanfulla, Dante Maggio, Galliano Sbarra, Nino Terzo, Giacomo Furia, Carlo Rizzo, Gigi Reder, Alvaro Vitali, Anita Ekberg, Pierre Étaix, Annie Fratellini, Charlie Rivel
Duración: 92 min.
Formato: 35 mm. Technicolor
Idioma: Italiano con subtítulos en castellano.
Producción: Bavaria Film (ALE) - Compagnia Leone Cinematografica (IT) - Office de Radiodiffusion Télévision Française (FR) - Radiotelevisione Italiana (IT)
"Aun si no sé nada, lo sé todo del circo", afirmaba el director que siendo niño quedo hipnotizado por aquella carpa dorada que se levantó una noche en su pequeña ciudad y en la que se escabulló en la mañana, quedando extasiado por aquel útero enorme,"como un astronauta abandonado en la luna que encuentra su astronave".
Como el pequeño de la película reconoció en los payasos, en esos rostros de expresión indescifrable y risa de locos, la polaridad entre la impecable cara blanca y el aspecto irracional de lo humano. Consideraba a los payasos más humanos que los humanos mismos, por ser capaces de experimentar lo mejor y lo peor de nuestra naturaleza sin limitaciones, de ser el burlado y el burlador y por todas esas "transgresiones" ser aplaudido en vez de reprendido.
Fellini, transgresor por naturaleza, aprovechó una propuesta de la T.V. Italiana y decide hacer “I Clowns” para finalmente dedicarle un film entero al tema del Circo, que tantas veces apareciera de soslayo en sus películas anteriores ya fuese a través de la música, extraños personajes, el uso del humor, la satira cruel o las nostálgicas errancias.
En un fin de semana y sin haberlo reflexionado mucho, realizó el guión y partió con su propia "troup" de extraños seres en un viaje de ciudad en ciudad buscando los vestigios del circo, su ambiente, su forma de vida. En este intento de recrear su emoción, encanto y sorpresa , descubren que el corazón del circo sigue latiendo representando mitos permanentes de la humanidad: la aventura, el viaje, la amenaza, el humor, la capacidad de reírnos de nuestra propia estupidez y de manera hilarante caricaturizar el mundo.
Bario (Manrico Meschi), payaso famoso por su simpático "Augusto" : mendigo, borracho, infantil y ruidoso, grabó unas palabras que luego la emoción no le permitió repetir en cámara: "...es bueno para la salud hacer de clown...por fin uno puede hacer todo lo que quiere: dar golpes contra todo, destrozar cosas, prenderles fuego, revolcarse por el suelo, y nadie te reta sino que todos te aplauden...es un buen trabajo, si se sabe hacer se gana tanto como un funcionario ¿por qué los padres quieren que sus hijos sean funcionarios y no clowns?..."
Por medio de esta película, Fellini adulto se paraleliza con el Fellini niño que al ver la primera función de circo se sintió iluminado “...como si de repente hubiera reconocido algo que me pertenencia desde siempre y que era también mi futuro, mi trabajo y mi vida...”. Ya en “La Strada”, tres personajes circenses se involucran en una historia desgarradoramente humana. Aparecen los escondrijos, las luces, los viajes de pueblo en pueblo, las músicas ensordecedoras del circo. El personaje de “Gelsomina” ( Giulietta Masina), a quien Fellini admiraba por su condición de actriz-clown, posee una melancolía indefinida, tierna, un poco loca, una inspiración bufonesca y surrealista propia de el “Augusto”.
Fuentes de información: Artículo completo "El Circo de Fellini" de Fernanda Bargach-Mitre en El Gusano de Luz, Circo Mélies, Cultivadores de Culto.
Ver directamente en V.O.S.E. en Humyo.
Ver también en V.O.S.F. en Archive.org.
Como el pequeño de la película reconoció en los payasos, en esos rostros de expresión indescifrable y risa de locos, la polaridad entre la impecable cara blanca y el aspecto irracional de lo humano. Consideraba a los payasos más humanos que los humanos mismos, por ser capaces de experimentar lo mejor y lo peor de nuestra naturaleza sin limitaciones, de ser el burlado y el burlador y por todas esas "transgresiones" ser aplaudido en vez de reprendido.
Fellini, transgresor por naturaleza, aprovechó una propuesta de la T.V. Italiana y decide hacer “I Clowns” para finalmente dedicarle un film entero al tema del Circo, que tantas veces apareciera de soslayo en sus películas anteriores ya fuese a través de la música, extraños personajes, el uso del humor, la satira cruel o las nostálgicas errancias.
En un fin de semana y sin haberlo reflexionado mucho, realizó el guión y partió con su propia "troup" de extraños seres en un viaje de ciudad en ciudad buscando los vestigios del circo, su ambiente, su forma de vida. En este intento de recrear su emoción, encanto y sorpresa , descubren que el corazón del circo sigue latiendo representando mitos permanentes de la humanidad: la aventura, el viaje, la amenaza, el humor, la capacidad de reírnos de nuestra propia estupidez y de manera hilarante caricaturizar el mundo.
Bario (Manrico Meschi), payaso famoso por su simpático "Augusto" : mendigo, borracho, infantil y ruidoso, grabó unas palabras que luego la emoción no le permitió repetir en cámara: "...es bueno para la salud hacer de clown...por fin uno puede hacer todo lo que quiere: dar golpes contra todo, destrozar cosas, prenderles fuego, revolcarse por el suelo, y nadie te reta sino que todos te aplauden...es un buen trabajo, si se sabe hacer se gana tanto como un funcionario ¿por qué los padres quieren que sus hijos sean funcionarios y no clowns?..."
Por medio de esta película, Fellini adulto se paraleliza con el Fellini niño que al ver la primera función de circo se sintió iluminado “...como si de repente hubiera reconocido algo que me pertenencia desde siempre y que era también mi futuro, mi trabajo y mi vida...”. Ya en “La Strada”, tres personajes circenses se involucran en una historia desgarradoramente humana. Aparecen los escondrijos, las luces, los viajes de pueblo en pueblo, las músicas ensordecedoras del circo. El personaje de “Gelsomina” ( Giulietta Masina), a quien Fellini admiraba por su condición de actriz-clown, posee una melancolía indefinida, tierna, un poco loca, una inspiración bufonesca y surrealista propia de el “Augusto”.
Fuentes de información: Artículo completo "El Circo de Fellini" de Fernanda Bargach-Mitre en El Gusano de Luz, Circo Mélies, Cultivadores de Culto.
Ver directamente en V.O.S.E. en Humyo.
Ver también en V.O.S.F. en Archive.org.
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