lunes, 21 de septiembre de 2009

Let's get lost


Director: Bruce Weber
Fotografía: Jeff Preiss
Montaje: Angela Corrao
Productor: Bruce Weber
Productor ejecutivo: Nan Bush
Productor asociado: Itaka Schluback-Hicks
Director de Producción: Emie Amemiya
Diseño sonoro: Maurice Schell
Montaje musical: Joseph S Debeasi
Músicos: Frank Strazzeri (Piano), John Leftwich (Bajo) , Ralph Penland (Batería) y Nicola Stilo (guitarra).
Año: 1998
Duración: 120 min.
Distribución: Little Bear, Avalon (España).
País de Producción: U.S.A.
Formato: 35 mm, Color/ B&W
Idioma: Inglés con subtítulos en castellano.



Siempre se ha dicho que la vida de Chet Baker daba para hacer una película de ella. En Let’s get lost Chet Baker protagoniza los últimos días de su vida antes de lanzarse al vacío desde un hotel de Ámsterdam. Lo dicen los créditos finales como si su muerte hubiera truncado la realización de la película. La película es de 1988 y Chet se murió un 13 de mayo. Las imágenes destilan ocaso y patetismo, belleza y poesía. La película es en B/N.

Let’s get lost fue nominada al Oscar al mejor documental en 1989. En la película Chet Baker no aparenta tener 59 años. Aparenta muchos más. En 1968 le destrozaron la dentadura y pasaron tres años hasta que Dizzy le rescató para tocar en el Half Note. Bruce Weber, el director del documental, muestra un Chet Baker torpe, desvariando, trastornado. Acompañado de bellas mujeres y con un cigarrillo entre los dedos, paseando las playas de Santa Mónica, sus noches, por el festival de Cannes. William Claxton le realiza una histórica serie de fotografías durante una sesión de grabación en Los Ángeles de 1953. Afortunadamente el documental abandona toda suerte de embellecimiento y espíritu naif acorde a muchos retratos tendentes a enaltecer la figura del homenajeado. Tras ver el documento nos queda una imagen del Chet Baker roto exteriormente, aunque también vemos a un Chet ilusionado que formula proyectos para el futuro.

Desde el punto de vista biográfico, la película repasa de forma lineal los principales puntos de interés de la vida de Chet Baker. Se detiene en aquello que aporta datos clave para conocer la trayectoria vital y musical de Chet, en especial cuando toca hablar de su familia. La madre se reserva la opinión cuando se le pregunta por Chet “hijo”. Significativos el silencio y las respuestas de los tres hijos al hablar de su padre. Curiosas las contradicciones de las mujeres de Chet sobre diversos acontecimientos de su vida. Parece que a Chet en alguna que otra ocasión le pillen en un renuncio. También parece que le importe a veces bien poco.

Es como si Chet Baker hubiera querido erigir de forma inconsciente un velo para enmascarar ciertos episodios de su vida, como si ésta la hubiera vivido con sordina, como si quisiera de alguna manera olvidar. O quizá tenía algo que callar. Es otro de los aciertos del film. Sólo al final le es preguntado por las drogas, cosa de la que Chet con total naturalidad no rehuye, cosa de la que Chet Baker nunca rehuyó en toda su vida.

A pesar de las apariencias, Chet Baker le marcó la fortuna. La fortuna de conocer mujeres bellas, como su segunda esposa, Maliha, una estupenda y negra “medio pakistaní medio india”. La fortuna de comenzar a tocar y hacerlo junto a Charlie Parker, Zoot Sims, Gerry Mulligan, Art Pepper. En la película no se cuenta pero hay una segunda versión de la muerte de Chet Baker y es que no se tiró de la ventana del hotel, sino que se cayó accidentalmente cuando trepaba por la cornisa hasta su tercer piso porque se había olvidado la trompeta. Chet había discutido con los empelados del hotel y no quiso entrar por la puerta. Quizá, quién sabe, conociendo como conocemos a Chet.

Chet Baker grabó un disco con el mismo título de la película, o fue la película la que le robó el nombre al disco. Grabación que se ve en la película. Grabación que sirve de fondo sonoro a gran parte de la misma. También suenan fragmentos de tiempos pasados, con Parker, con Mulligan, con los grandes de la West Coast. Hay quien prefiere la primera trompeta de Chet en los 50 a las últimas de los 70-80. Yo no. Yo prefiero todas. O no prefiero ninguna. Como se quiera. La que toca con dientes y la que toca con otros dientes. ¿Obvia decir que suena el My funny valentine? De ahí, todos los clásicos.

Fuentes de Información: CineconJazz (artículo), BlueTrain (info y descargas), Documaniático.






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