viernes, 7 de febrero de 2020

TV Utopía - Todos podemos ser un canal de televisión

Título original: TV Utopía 
Dirección: Sebastián Deus 
Guion: Sebastián Deus
Fotografía: Martín Frías
Intervienen:  Jorge Grez Lobos, Ricardo D´Angelo, Ariel Morguera, Eladio González
Productora: Instituto Nacional de Cine y Artes Audiovisuales (INCAA) / Ocellus
País de producción: Argentina
Año: 2011 
Duración: 91 min.















Documental sobre TV Utopía, un canal de televisión comunitario, hecho por los vecinos del barrio de Caballito en la ciudad de Buenos Aires. Sin fines de lucro y de acceso gratuito, transmitió al aire durante la década de los ´90. Salía desde el living de un departamento, un local comercial o la plaza del barrio durante las 24 horas. El film indaga sobre la construcción colectiva y comunitaria de un proyecto, sobre la libertad de expresión y sobre la concreción de los sueños personales de un barrio.

TV Utopía: El Medio es el mensaje




TV Utopía (2011) es un documental del director Sebastián Deus, quien allá por los noventa también formaba parte del Canal cuatro utopía, proyecto de autogestión de los vecinos del barrio de Caballito fundado por Fabián Moyano.

Vamos al grano: Tv utopía es un documental del director Sebastián Deus, quien allá por los noventa también formaba parte del Canal cuatro utopía, proyecto de autogestión de los vecinos del barrio de Caballito fundado por Fabián Moyano que al no contar con una licencia para transmitir lo hacía desde la clandestinidad y con una escasísima producción y amateurismo evidente.

Detrás de este proyecto colectivo, que para la década menemista significaba por un lado la identidad de un medio alternativo de comunicación y por otro un sueño hecho realidad para aquellos que jamás formarían parte de ninguna programación de canal de cable o de aire por el contenido y la forma de los programas (a lo largo de diez años hubo de todo incluso noticieros y programas políticos), existe de cierta manera una historia que de acuerdo al punto de vista que la observe podría asociarse a la lucha quijotesca contra los molinos de viento de los grupos hegemónicos pero también es justo reconocer planteada en términos que dentro del ámbito comunicacional resultan por lo menos cuestionables, no tanto desde lo ideológico sino desde los códigos de la comunicación per se.

Hay dos preguntas incómodas que este loable, aunque con importantes falencias en lo que a la utilización del material se refiere, documental no puede responder desde la propuesta por lo menos cinematográfica que sale a buscar el testimonio de los involucrados y de sus particulares anécdotas: ¿cuánta gente miraba este canal gratuito y de aire que por sus condiciones rústicas transmitía las 24 horas con interferencia? Y la segunda obedece a preguntarse con sinceridad a qué intereses reales afectaba este proyecto comunitario que transcurrida una década intentó recuperar luego un espacio durante la agitada y convulsionada disputa por la famosa Ley de medios con la esperanza de conseguir alguna adhesión a sus ideas cuando la política lo contaminó todo.



No puede visionarse este documental de buenas intenciones sin tomar como punto de partida una frase del filósofo y teórico canadiense Marshall McLuhan (1911-1980), pionero en muchos temas de debate de teoría de la comunicación que aún hoy continúan vigentes a pesar de los brutales cambios a partir de la digitalización: el medio es el mensaje.

Sin ánimo de teorizar desde este lugar y simplemente con fines complementarios a este texto podría resumirse el pensamiento del canadiense partiendo de la idea que el contenido de la comunicación es menos importante que el medio que la provoca. Esa pequeña y sutil diferencia entre contenido o mensaje y medio es lo que sintetiza el antes, durante y después del Canal 4 utopía, que por su esencia y origen distaba mucho de lo que puede significar la palabra televisión porque lo que predomina en este medio es la imagen sobre el contenido.

Muchos de los programas que se transmitían en Utopía, y sobre este particular alcanza con el material de archivo recuperado por Deus -casi 300 horas-, hubiesen tenido mayor impacto en una radio porque carecen de imagen más allá de la exposición de la televisión en crudo y con las impurezas técnicas pertinentes.

Así, lo que frecuentemente aparece en pantalla y más aún en un documental de estas características es el costado artesanal y voluntarioso pero también su límite cuando se rompe la barrera entre lo que está adelante y lo que está atrás de cámara. El efecto de la desprolijidad muchas veces juega en contra porque a pesar de causar simpatía o gracia en un primer instante luego desnuda con más profundidad los alcances del mensaje en función al contenido. Algo que por ejemplo se toma en solfa en programas humorísticos como los de Peter Capusotto, por citar el ejemplo local más oportuno.

Sin embargo, también debe reconocerse que el Canal utopía utilizó un espacio en la comunicación para dar voz a otra manera de entender a los medios de comunicación alternativos sin entrar en el debate sobre la legalidad o ilegalidad de sus transmisiones.

La clave del documental de Deus no es otra que el punto de vista elegido para contar la historia que no presenta dobleces, contradicciones pero es justo decir tampoco transparenta militancia en una época donde no existe el matiz sino el posicionamiento hacia un extremo o hacia el otro.





Fuentes de información: Luis Zurc, FilmAffinity, CineFreaksPágina12, Telam.



1 comentarios:

CaMa dijo...

Es bastante ignorado el entramado empresarial que controla los medios informativos (y otras cosas, pero no es el tema). Al final está todo en manos de media docena de empresas nada más...

Cuando hay algo independiente hay que verificarlo y prestarle atención.