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martes, 17 de julio de 2012

Nicolás Guillén Landrián


"La obra cinematográfica de Guillen Landrián es de las más genuinamente irreverentes y personales de las realizadas por el cine cubano revolucionario"

Nace en 1938. Después de estudiar pintura, Nicolás Guillén Landrián entró al ICAIC en 1962 como asistente de producción. Entre sus primeras tareas estuvo asistir a Manuel Octavio Gómez en la dirección de Historia de una batalla (1962); fue discípulo, al igual que todos los realizadores que se formaban como documentalistas del naciente cine institucional cubano, de Joris Ivens y Theodore Christensen; hasta que es designado para dirigir sus propias obras. Trabajó en la radio como locutor.

Su primer documental fue parte del Noticiero ICAIC Latinoamericano y se titula Un festival (1963). En él se resume la celebración en La Habana de los primeros Juegos Universitarios Latinoamericanos.

Bajo una incesante descarga jazzística, su estructura reporteril refiere la llegada de las delegaciones, el recibimiento, el ambiente de camaradería en los hoteles, los entrenamientos y la competición, las palabras inaugurales a cargo de Raúl Castro, la presencia de Fidel entre el público, el fetecún final. Aquí la forma cinematográfica no hace otra cosa por el contenido como no sea potenciar la síntesis. Mas, se vislumbran ya los rasgos que le buscarían fama de excéntrico: ausencia de narración o entrevistas (salvo en la coda, donde un delegado de El Salvador cuenta cómo se ha visto obligado a volver a Cuba tras la persecución a que fue sometida la delegación a su regreso) y un tono como descuidado, juguetón.
Guillén Landrián, quien confesó haber padecido cierto síndrome de competencia familiar alrededor del otro Nicolás, el poeta (su tío paterno), admitió siempre su inclinación por evitar el parecido -inclinación por la cual entonces te acusaban de autosuficiente-: “Yo trataba de hacer un cine que no fuese igual a lo demás, que no coincidiera con lo demás, que fuera un cine muy personal (…) La imagen era más importante que la palabra en sí. Me interesaba elaborar la imagen a través de un lenguaje nuevo, un lenguaje atrevido, interesante para el espectador.”

Ello se materializó de inmediato, cuando en el mismo 1963, también como parte del Noticiero, terminara En un barrio viejo. Esta parece la obra de alguien completamente distinto, debida a la colaboración con dos de los realizadores inseparables de sus mejores películas: la editora Caíta Villalón y el fotógrafo Livio Delgado. Ya con En un barrio viejo inaugura su inclinación por saturar de sentido los cortos minutos de sus documentales. Asimismo, otorga a su trabajo con el material de la realidad una complejidad extraña: las discusiones conceptuales y estilísticas del neorrealismo italiano, el free cinema, el cinema verité y el direct cinema, de las experimentaciones de la vanguardia europea (algo de las posturas estéticas del cine de autor de los iconoclastas de la nouvelle vague anida por ahí) parecen hacer metástasis en un estilo demasiado personal para adscribirlo a escuela alguna.


Los del baile (1965) fue esa otra cosa. Aquí queda claro que la vocación etnográfica del cineasta no se reduce a una militancia étnica o política. Aunque los negros sean a menudo los sujetos de su mirada, le importan en tanto que individuos en su contexto. Guillén Landrián era un animal mundano, pero la inquietud por su mundo no lo dejó detenerse en marcas de carácter racial o en grupos concretos. En el caso de Los del baile es la fiesta. Y el contraste. Pello el Afrocán y su banda ocupan el prólogo. El resto son los bailadores. Nicolasito se interesa más por los cuerpos en ese trance frenético de los sexos gobernados por la música. Y echa mano a los contrapuntos: en este caso, entre una música de clavicordio, suave, que ilustra con imágenes de danza casta y privada en sociedades de color, o una muchacha casi adolescente que se balancea en un sillón o ante el espejo de la cómoda, rodeada de fotos y huellas familiares.

Si en En un barrio viejo el recurso potencia la intención plástica que el gris interno de la fotografía acentúa, en el resto de su obra posee un matiz decididamente transgresor: esas miradas obligan a cuestionar las nuestras. ¿Somos engranajes integrantes del proceso histórico o, por el contrario, nos zarandea su ventisca?

Cuenta Nicolasito que a partir de aquí se quedó sin temas. Paralizado. Fue Teodore Christensen quien le propuso irse al campo. Obedeció y encontró qué contar. Además, se encontró a sí mismo, y con ello, la angustia definitiva. De este periplo por el oriente cubano surge Ociel del Toa (1965), al parecer, el primero en salir de moviola (y por el que obtuviera la Espiga de Oro al mejor documental en la oncena edición del Festival de Valladolid, al año siguiente) de una trilogía realizada en el mismo período, integrada además por Reportaje y Retornar a Baracoa (ambos de 1966).

Retornar a Baracoa posee los primeros insertos de foto fija de su cine, así como fotoanimación e intertítulos, recursos que en lo adelante usaría profusamente. Estos últimos, como forma de disfrazar al narrador pero también de dialogar con las imágenes desde ángulos diversos, convirtiéndose a menudo en herramienta de provocación y en voz omnisciente del autor.

Si Retornar a Baracoa acaba siendo una crónica del lugar con episodios tan diversos que no consiguen integrarse del todo en un sentido externo más allá de su contenido testimonial, con intentos por calar debajo del acontecimiento para alcanzar su esencia, Reportaje (1966) (también conocido como Plenaria campesina) es ya una obra sin fisuras. Sobre los créditos iniciales, una música grave, terrible, que acaba con la primera imagen: una procesión de campesinos recorre los escarpados caminos de la sierra. Alguien alza un cartel donde se lee: “EPD Don Ignorancia”. Es un entierro. Pero la teatralidad general se hace notar: el ataúd es una larga caja de cartón y el silencio sobrecogido de los dolientes es falso; alguien mira a cámara y sonríe mientras que otros cubren las narices con pañuelos, como si sollozaran.

En Retornar a Baracoa había sido sustituida por la esperanza abierta al cambio mejorador, esperanza ingenuamente depositada en la erección de una carretera. En Reportaje, el tono ya es otro. De este documental en lo adelante el estilo de Guillén Landrián se hará más tenso, grave. El desenfado divertido y el como abandonarse al registro de episodios fugaces de una trama compleja pero no fatal de acontecimientos se torna sombrío.



Coffea Arábiga (1968), documental por encargo, lo devuelve un artista nuevo, cada vez más capacitado para violentar las convenciones de los lenguajes y los utilitarismos de la obra de arte. El frenesí es lo primero que salta a la vista en la textura de Coffea Arabiga, documental edificado esencialmente a partir del montaje, verdadero pastiche de propaganda política, literatura científica, fotoanimaciones, empalmes sonoros desquiciados e imaginativos, donde el intertitulado juega un papel irónico y desgarrado a la vez, al llevar buena parte del peso en los contrapuntos que aquí son tan agudos como complejos, y donde por vez primera Guillén Landrián echa mano a las “palas” al falsear un hecho que, no obstante, refiere como realidad documental. Si uno no quiere complicarse la vida, decide que al director lo venció la locura y pasa a lo que sigue. Pero es difícil creer que después de haber palpado el sinsentido de la existencia no ensayara su particular intento de advertir a los otros.

La siguiente película de Guillén Landrián fue una personal indagación del devenir nacional: Desde La Habana ¡1969!… ,obra más decididamente experimental de Guillén Landrián (si entendemos por ello su intención abiertamente no narrativa, comprometida antes con una orientación de impacto sensorial de tan heterogénea reunión de elementos, organizando un sentido difuso a partir de combinaciones poco previsibles) y una de las aventuras mejor identificables con un proceder no aristotélico en la historia del cine cubano. Ello, sin renunciar del todo al pacto narrativo o a la estructura de tres tiempos del relato.

En Taller de Línea y 18 (1971) utiliza por primera vez un narrador eficiente y claro, voz que enumera detalles técnicos de la labor en la fábrica de ómnibus que se propone biografiar la película. Otra vez, parece la obra de un autor distinto… excepto por el sonido. Taller… se desplaza en dos direcciones simultáneas: la explicación sumaria de los distintos procesos técnicos que se siguen en la fabricación del ómnibus (otro ingeniero ofrece explicaciones, ahora sin joda) y una asamblea que, repartida en fragmentos a lo largo del documental, efectúa el proceso sindical.

Guillén Landrián termina tres documentales más, que ahora sí parecen obra de un animal extraño, no suyos. Solo Nosotros en el Cuyaguateje (1972) tiene trazas de su estilo. Pese a un narrador distante, que lee un texto frío donde se explica el proceso de derivación de las aguas de ese río y cómo beneficia a los campesinos residentes en la zona, a persistentes planos de la maquinaria involucrada en la transformación; pese a textos en pantalla que si acaso explican, nunca dialogan; hay instantes: una familia reunida, el bohío viejo; la escuela, donde una maestra casi tan joven como los niños a quienes enseña, nos mira con toda la tristeza del mundo en las órbitas. Corte directo de un gran primer plano de esas pupilas a punto del llanto hasta las máquinas que excavan. Algo de la música del Grupo de Experimentación Sonora aporta tensión. Pero uno echa en falta la conmoción ante lo que se ve. O sea, el estilo visual es el mismo en esos momentos, pero no estalla la pasión interna que potencian relaciones sutiles o no, pero intensas, entre elementos dispares, que organizan ese diálogo enfebrecido entre los fragmentos del mundo que descubre Nicolasito. Languidece su cine, que acaba con Un reportaje sobre el puerto pesquero (1972) y Para construir una casa (1972), un didáctico acerca de las faenas constructivas punto por punto, detalle por detalle, que contiene una plasticidad fotográfica y una capacidad de síntesis que de alguna manera lo salva, como mismo lo salva esa advertencia final, cuando se enumeran docentemente los recursos materiales imprescindibles para la fabricación de viviendas y se aclara que, más que todo ello, lo esencial son los hombres: “Para estos hombres es que se hace este documental”.

Contra todo lo imaginable, y a tres décadas de interrumpirse su obra cinematográfica, Guillén Landrián vuelve a dirigir. Inside Downtown (2001), codirigido por José Egusquiza Zorrilla, quien produjera e hiciera el trabajo de cámara, es como la vuelta a los orígenes: En un barrio viejo vuelto a filmar. Su obsesión es la misma: biografiar la vida del barrio, de la comunidad a la que pertenece ahora el cineasta, lo que conoce por su nombre de pila. “Quería comunicar que yo estaba en Miami, que estaba vivo y haciendo cine -confesó. (…) es como una necesidad mía de demostrarme que podía realizar cine todavía.”

El 23 de julio de 2003 falleció, víctima de un cáncer de páncreas. Tenía 65 años y su voluntad fue que lo sepultaran en Cuba.*1




Filmografía


Congos reales (1962), copia inexistente en archivos
Patio arenero (1962), copia inexistente en archivos
El Morro (1963), copia inexistente en archivos
En un barrio viejo (1963)
Un festival (1963)
Ociel del Toa (1965)
Los del baile (1965)
Rita Montaner (1965), no terminado
Retornar a Baracoa (1966)
Reportaje (1966)
Coffea Arábiga (1968)
Expo Maquinaria Pabellón Cuba (1969) - Primera copia archivada, inexistente
Desde La Habana 1969 (1971)
Taller de Línea y 18 (1971)
Un reportaje en el puerto pesquero (1972)
Nosotros en el Cuyaguateje (1972)
Para construir una casa (1972)
Miami Downtown (2001) - en codirección con Jorge Egusquiza Zorrilla




En un barrio viejo (1963)





Titulo Original: En un barrio viejo
Dirección: Nicolás Guillén Landrián
País de producción: Cuba
Formato: 35 mm,  B/N
Duración: 9 min.
Año de producción: 1963
Productora: ICAIC
Distribuidora: Distribuidora Internacional de Películas ICAIC
Guión: Nicolás Guillén Landrián
Producción: Roberto León Henríquez
Fotografía: Livio Delgado
Edición: Caíta Villalón
Sonido: Ricardo Istueta
Premios: 1964, Festival Internacional de Cortometrajes de Cracovia, Polonia, Diploma de Honor




"Estampas de un barrio de La Habana Vieja."






Un festival (1963)









Ociel del Toa (1965)




Titulo Original: Ociel del Toa
Dirección: Nicolás Guillén Landrián
País de producción: Cuba
Formato: 35 mm, B/N
Duración: 17 min.
Año de producción: 1965
Productora: ICAIC
Distribuidora: Distribuidora Internacional de películas ICAIC
Guión: Nicolás Guillén Landrián, Luis Roca
Producción: José Gutiérrez
Fotografía: Livio Delgado
Edición: Caíta Villalón
Sonido: Rodolfo Plaza




Visión poética de los hechos y la vida a lo largo del río Toa, en la provincia de Oriente.





Los del baile (1965)





Titulo Original: Los del baile
Dirección: Nicolás Guillén LandriánPaís de producción: Cuba
Formato: 35 mm, B/N
Duración: 6 min.
Año de producción: 1965
Productora: ICAICGuión: Nicolás Guillén Landrián
Producción: Eduardo Valdés
Fotografía: Luis García
Edición: Justo Vega, María Esther Valdés
Música: Pedro Izquierdo Pello el Afrokán
Sonido: Raúl García


"Cine-ensayo sobre el baile popular contrapuesto al mundo subjetivo de los bailadores."


La gente baila durante una actuación de la Orquesta de Pello el Afrokán. El filme fue censurado, como mismo sucedió con el documental PM, en los inicios de la revolución, por mostrar una imagen no deseada de la Habana nocturna, cuando se suponía que el cine debía fomentar el heroísmo revolucionario. 










Retornar a Baracoa (1966)




Titulo Original: Retornar a Baracoa
Dirección: Nicolás Guillén Landrián
País de producción: Cuba
Formato: 35 mm, B/N
Duración: 15 min.
Año de producción: 1966
Productora: ICAIC
Guión: Nicolás Guillén Landrián
Producción: José Gutiérrez
Fotografía: Livio Delgado
Edición: Amparo Laucerica
Sonido: Eugenio Veza, Rodolfo Plaza


"Transformaciones sufridas en Baracoa a partir del triunfo de la Revolución."










Coffea Arábiga (1968)




Titulo Original: Coffea Arábiga
Dirección: Nicolás Guillén Landrián
País de producción: Cuba
Formato: 35 mm,B/NDuración: 18 min.
Año de producción: 1968
Productora: ICAIC
Guión: Nicolás Guillén Landrián, Miguel de Zárraga
Producción: Jorge Rouco
Fotografía: Lupercio López
Edición: Iván Arocha
Sonido: Rodolfo Plaza

















"De forma novedosa y con un montaje experimental, se aborda el cultivo del café, 
su proceso agrario y experimental."



Ver en Dailimotion.
Ver en Youtube.




Desde La Habana 1969 (1971)



Titulo Original: Desde La Habana, 1969
Dirección: Nicolás Guillén Landrián, Juan Carlos Tabío, Harry Tanner, Pedro J. Ortega, Luis Felipe Bernaza, Santiago Villafuerte
País de producción: Cuba
Formato: 35 mm, B/N
Duración: 18 min.
Año de producción: 1972
Productora: ICAIC
Guión: Nicolás Guillén LandriánFotografía: Raúl Rodríguez, José M. Riera, Lupercio López
Edición: Iván Arocha


"Desde La Habana ¡1969! Recordar de Nicolás Guillén Landrián. El montaje es frenético, propio de la textura hipnótica y desorientadora a un tiempo de la publicidad, de su diálogo con el inconsciente. Es esta la obra más decididamente experimental."







Ver en Youtube en dos partes: Parte 1. Parte 2.




Taller de Línea y 18 (1971)


Titulo Original: Taller de Línea y 18
Dirección: Nicolás Guillén Landrián
País de producción: Cuba
Formato: 35 mm, B/NDuración: 16 min.
Año de producción: 1971
Productora: ICAICGuión: Nicolás Guillén Landrián
Producción: Orlando de la Huerta
Fotografía: Luis García
Edición: Miriam Talavera
Sonido: José León

"La construcción de ómnibus como una forma de solución de emergencia al agudo problema del transporte urbano."






Un reportaje en el puerto pesquero (1972)









Nosotros en el Cuyaguateje (1972)



Titulo Original: Nosotros en el Cuyaguateje
Dirección: Nicolás Guillén Landrián
País de producción: Cuba
Formato: 35 mm, B/N
Duración: 10 min.
Año de producción: 1972
Productora: ICAIC
Guión: Nicolás Guillén Landrián
Producción: Sergio San Pedro
Fotografía: Luis Marzoa
Edición: Caíta Villalón
Música: Sergio Vitier, Grupo de Experimentación Sonora del ICAC



"Nosotros en el Cuyaguateje es un recorrido a lo largo del río occidental, donde se explica mediante un locutor en off, el nombre del afluente, la derivadora de aguas hacia las lagunas, el sumidero, la vida y el trabajo de los pobladores de la zona."






Para construir una casa (1972)

Titulo Original: Para construir una casa 
Dirección: Nicolás Guillén Landrián, Livio Delgado, Caita Villalon, Mirta Yañez, Orlando de la Huerta, Heriberto Velazquez, Rene Avila, Eduardo Ramos y El Grupo de Experimentación Sonora del ICAIC y Jose Antonio Mendez.
País de producción: Cuba
Formato: 35 mm, B/N
Duración: 15 min.
Año de producción: 1972
Productora: ICAIC
Guión: Nicolás Guillén Landrián
Edición: Caíta Villalón
Música: Grupo de Experimentación Sonora del ICAC







Miami Downtown (2001) - en codirección con Jorge Egusquiza Zorrilla










Documentales sobre Nicolás Guillén Landrian.

Café con leche (un documental sobre Guillén Landrián) (2003)

Título original: Café con leche
Dirección: Manuel Zayas
Producción: Magdiel Aspillaga
Guion: Manuel Zayas Joel Prieto
Sonido: Alicia Alén
Fotografía: Daniela Sagone Arnold Díaz
Montaje: Joel Prieto
Protagonistas: Nicolás Guillén Landrián
País de producción: Cuba
Año: 2003
Duración: 30 min.
Productora: EICTV

Café con leche es un documental cubano dirigido por Manuel Zayas y estrenada en el año 2003

Sinopsis

Desde el presente más cotidiano de la Cuba actual, se descubren las motivaciones del más maldito artista de la cinematografía cubana: Nicolás Guillén Landrián (1938-2003). En constantes recurrencias a los archivos se vuelve al pasado, a través de las imágenes que el documentalista registrara hace más de tres décadas. El mismo Nicolás Guillén Landrián explica, en primera persona, los conflictos suyos con su época, que no lo supo comprender enteramente. Realizado por Manuel Zayas.


Ver en Vimeo en 2 partes: Parte 1, parte 2.


Nicolás: El fin pero no es el fin (2005)

Título original: Nicolás: El fin pero no es el fin 
Dirección: Jorge Egusquiza Zorrilla.
Montaje: Víctor Jiménez
Productora: Coincident Productions & Village Films
País de producción: E.E.U.U.
Año: 2005
Duración: 21 min

Una mirada al documentalista, poeta y pintor cubano Nicolás Guillén Landrián (Camagüey, Cuba, 1938 - Miami, EE.UU., 2003).




Nicolás: El fin pero no es el fin (2005) from CanalDocumental TV on Vimeo.
Ver en Vimeo en el canal de CanalDocumental TV.



Fuentes de Información: *1 (Fragmentos del texto Exorcismo del demonio, de Dean Luis Reyes, publicado en la Revista Miradas, de la EICTV), artículo e infomación visto en Portal del Cine y el Audiovisual Latinoamericano y Caribeño, Wikipedia. Otro artículo interesante: El collage de la nostalgia: una mirada desde la colina. Rasgos postmodernos de la obra documental de Nicolás Guillén Landrian de Amelia Duarte y Ariadna Ruiz, publicado en Cubacine.

También puedes disfrutar de estos documentales y algun otro de Nicolás Guillén Landrián 
en nuestra lista de reproducción de Youtube:



lunes, 16 de julio de 2012

La Mujer del Eternauta


Dirección: Adán Aliaga
Guión: Adán Aliaga
Productoras: Frida Films, Utópica Cine
Año de producción: 2011
Países de producción: España, Argentina
Duración: 82 min.
Web: www.lamujerdeleternauta.com















Sinopsis

La vida de Elsa Sánchez cambió radicalmente tras la desaparición de su marido –Héctor Oesterheld, creador de El Eternauta, el mayor mito de la historia del cómic argentino– y de sus cuatro hijas. Hasta la llegada de la dictadura, su casa no sólo se había convertido en su refugio familiar, sino también en un centro de reunión artístico por el que pasaban escritores, pintores y creadores de todo tipo. Héctor vivía tiempos de éxito y reconocimiento y nada hacía vaticinar lo que vendría más tarde.

Ni en la peor de sus pesadillas, Elsa podría haber imaginado la tragedia que estaba a punto de desencadenarse. El matrimonio vivía feliz, plenamente volcado en la educación de sus hijas, cuando la dictadura militar arrasó para siempre con el futuro de la familia. Con entereza abrumadora, Elsa Sánchez fue asistiendo a la desaparición de cada una de las personas más importantes que la rodeaban, incapaz de comprender las causas.

Lo que nos gusta


Adán Aliaga ha demostrado, en su corta pero excelente filmografía, que las buenas ideas fluyen con libertad y no necesitan siempre el respaldo de un presupuesto alto para coger forma. Rodadas en baja fidelidad, sus películas se levantan sobre un concepto sólido, están repletas de ideas y destilan emoción. A sus anteriores La casa de mi abuela (2005), Estigmas (2009) y Esquivar y pegar (2010) se suma ahora La mujer del eternauta, interesantísimo documental en el que Aliaga parte de la memoria de un personaje para ejecutar un triple salto mortal: esbozar a un personaje, recordar el pasado de un país y dar pie a una amplia batería de reflexiones sobre la creación, los ideales y la negativa a despojarse de los mismos.


El cineasta entrevista en su película a Elsa Sánchez, viuda del autor del famoso cómic argentino El Eternauta. Reconduce con mano maestra la conversación --y la cuartea con imágenes extrañamente evocadoras, cargadas de simbolismos y determinantes de la atmósfera de la propuesta-- para recordar a Héctor Oesterheld, el creador del cómic, reflexionar sobre la importancia de esas viñetas donde imaginó un futuro que, de alguna manera, se convirtió en presente, y mostrar la importancia de la memoria para mantener viva la genialidad ajena.

Desirée De Fez

Fuentes de Información: Festival de Cine Online.

Puedes verlo completo online y de forma gratuita en la 2ª Edición de Festival de Cine Online, desde Del 9 al 29 de julio de 2012.

La Mujer del Eternauta from Frida Films on Vimeo.


El segundo el II Festival de Cine Online que organiza el portal Filmotech.com ofrece este año, por primera vez, la posibilidad de ver las películas a concurso en pantallas de varios países, ya sea en streaming a través de la web del festival, en salas de cine, televisión, móviles o tabletas.
Como ocurrió en la primera edición, donde obtuvo el premio del público "Cartas a dios", de Eric-Emmanuel Schmitt, y "Todos vós sodes capitáns", de Oliver Laxe, el del jurado, este año entran a la sección oficial de Cine Inédito Español seis películas de producción nacional, que competirán por los 2.500 euros de premio y la emisión del film por el canal TCM Autor.

Los títulos a concurso en esta segunda edición son "Amanecidos", de Yonay Boix y Pol Aregall, "Buenas noches, España", de Raya Martin; "Diamond Inside", de Luis Sánchez Alba y el colectivo Boa Mistura; "El alma de las moscas", de Jonathan Cenzual; "Enxaneta", de Alfonso Amador, y "La mujer del eternauta", de Adán Aliaga.

Todas estas películas podrán disfrutarse en todos los países del mundo, a excepción de "El alma de las moscas", que no podrá verse en Reino Unido, y "Buenas noches, España", que estará disponible en España, Portugal y toda Iberoamérica, exceptuando Argentina y México.

El Festival de Cine OnLine es una innovadora iniciativa que se celebró por primera vez el año pasado con la muestra de películas únicamente on line, de acceso gratuito, cuyo objetivo es dar a conocer cine español inédito y aún no estrenado por ningún canal de distribución de cintas.

Esta segunda edición se podrá seguir hasta el 29 de julio de forma simultánea en las salas de la Cineteca de El Matadero de Madrid, -los jueves 12, 19 y 26 de julio, en sesiones dobles-, el videoclub de Orange TV y en móviles y tabletas desde el portal Orange World.

El jurado está formado por los periodistas cinematográficos Gregorio Belinchón; Jesús García Calero; Jaume Figueres, Luis Martínez y Juan Zavala, junto al director de cine Max Lemcke, y al periodista y director de Ámbito Cultural Ramón Pernas.

Aparte del premio que concede el jurado, el Público premiará a la cinta mejor valorada por todos aquellos espectadores que hayan votado a través de la aplicación del festival enFacebook.

domingo, 8 de julio de 2012

Fata Morgana

Título original: Fata Morgana 
Dirección: Werner Herzog  
Guión: Werner Herzog
Música: Blind Faith, The Third Ear Band            
Fotografía: Jörg Schmidt-Reitwei 
Reparto: Eugen Des Montagnes, James William Gledhill, Wolfgang von Ungern-Sternberg
País de producción: R.F. de Alemania  
Año: 1971  
Duración: 74 min











Estructurada en tres partes (Creación, Paraíso y La era dorada) y rodada en el desierto del Sahara, esta es sin duda la película menos convencional del director alemán. Sin argumento ni guión determinado, Herzog nos regala una serie de imágenes, palabras y música que funcionan conjuntamente dando un resultado singular. La sensación resultante viene reforzada por una banda sonora con temas de Leonard Cohen, Mozart o la Third Ear Band. *1

Espejismos del creador solitario *2

Por Anna Petrus

Estaremos de acuerdo en que Werner Herzog es un caso aislado, un verdadero outsider, un cineasta con una trayectoria personalísima que no admite categoría alguna. Aunque en la década de los sesenta fue considerado por la crítica como uno de los cineastas fundamentales del llamado Nuevo Cine Alemán (junto a Wim Wenders, Rainer Werner Fassbinder o Volker Schlöndorff), con el paso de los años y el discurrir de sus obras, Herzog ha conseguido erigirse como una gran isla, como un creador extremadamente singular y con una sorprendente capacidad para entrelazar un poderoso imaginario ficticio con una experiencia más factual del mundo que a menudo ha concretado a través de sus viajes, a la manera como lo entendió el primer cineasta aventurero, Robert J. Flaherty.

Fata Morgana es el tercer largometraje del cineasta alemán y una película extremadamente compleja donde dibuja a la perfección esa dicotomía interna que caracterizará todo su cine, hasta Grizzly Man (2005) y Encuentros en el fin del mundo (Encounters at the end of the World, 2007) pasando por Fitzcarraldo (1982) y Aguirre, la cólera de Dios (Aguirre, der Zorn Gottes, 1972). Una escisión que sitúa su cine en un lugar impreciso, un espacio donde se derriba cualquier atisbo de objetividad y donde, por supuesto, se vienen abajo todas las verdades socialmente aceptadas. El cine de Herzog es, sin duda, el cine del extrañamiento, donde lo más absurdo parece tener sentido mientras que lo más razonable parece no tener cabida. Donde lo imaginado es quizás lo verdadero mientras que lo que puede tocarse parece desvanecerse constantemente. De ahí que el título de la película que nos ocupa sea tan elocuente y preciso. Fata Morgana significa espejismo o efecto óptico que, debido a cambios térmicos extremos, permite ver a una ciudad o a un paisaje situado a miles de kilómetros como si fuera una ciudad fantasma, un paisaje construido sobre la niebla. Un imagen intangible, ¿real o imaginada?

Es quizás porque Herzog se crió aislado en las montañas de Baviera, y que solamente estuvo en contacto con la naturaleza, que a través del cine ha sabido plasmar el desarrollo extraordinario de su imaginación y, al mismo tiempo, el deseo de conocer nuevos territorios. Fata Morgana fue rodada en el Sáhara, aunque de hecho, sus películas le han llevado por todo el mundo: Nicaragua, Perú, la Antártida, y un largo etcétera, y se trata de una película que muestra una sensibilidad especial por saber situarse en el lugar del “otro”. Huyendo del miedo occidental hacia lo desconocido, Herzog acaba por erigir un cuento con el que critica el colonialismo como forma de destrucción y muerte de formas de vida ajenas, singulares y de indudable valor.

Dividida en tres partes, tituladas “La creación”, “El paraíso”, y “Tiempos Dorados”, Fata Morgana combina imágenes subyugantes de una naturaleza árida donde predomina el sentido de lo estético —muchas de ellas son espejismos que Herzog consiguió capturar con su cámara—, con una narración en voz en off que desgrana una (imaginaria) historia mítica del lugar, no exenta de referencias explícitas al Antiguo Testamento. Así las cosas, mientras en la primera parte se narra el principio de la creación de ese mundo imaginario, en la segunda parte se cuenta la llegada del hombre y sus misterios inexplicables, sus deseos de dominación y sus instintos de destrucción. La última parte, muestra la victoria de las formas de vida de los colonos y la desaparición de lo que caracterizaba el paraíso. Existe, en definitiva, un discurso que es claramente partidario de los sometidos, como en toda la filmografía de Herzog (repleta de personajes que son grandes perdedores, locos con propósitos inalcanzables, minorías con deseos imposibles). Así lo expresa la voz en off al decir: “En el paraíso, los hombres ya llegan muertos al mundo”.  De hecho, la primera imagen del film ya contiene esa desolación: Herzog repite hasta siete veces seguidas el plano de un avión aterrizando en el aeropuerto. Una vívida composición del sentimiento de invasión que necesariamente recorre todo el film puesto que la imagen no se constriñe a lo que en ella se ve si no que va más allá sirviendo a un propósito mayor. Un propósito que, sin duda, no se encuentra en otro lugar que en la imaginación del cineasta.

Fuentes de información: *1 Filmaffinity, *2 Artículo publicado en Miradas de Cine, IMDB.
Descargas en: Filmoteca HankMenBlues, PirateBay.



Ver en Youtube en V.O., con posibilidad de subtítulos en Castellano e Inglés.

martes, 3 de julio de 2012

Audri 405


Título: Audri 405 La historia del Tranvía a Vapor.
Idea y realización general: De Fábula Producciones.
Dirección: Marcela Navarro y Pabla Valenti.
Cámara: Sofía Zaffetti.
Actuación: Juan Ignacio Bottero.
Voces en off: Marcela Navarro y Gastón Navarro.
Edición: Sofía Zaffetti y De Fábula Producciones.
País de producción: Aregntina
Duración: 26 min.











Extracto de una entrevista a las autoras del documental Marcela Navarro y Pabla Valenti.

El primer trabajo de De Fábula Producciones fue Audri 405 La historia del Tranvía a Vapor. Se trata de un libro y un audiovisual que cuentan, cada uno con las características y limitaciones de su soporte, nacimiento, vida y cese de la actividad del Tranvía a Vapor de Rafaela. Éste era un tren que se creó por iniciativa de dos rafaelinos, Pedro Avanthay y Ángel Marini, a fines del SXIX. El tramway (así lo llamaban) atravesaba nueve poblados (Rafaela, Estación Roca, Castellanos, Vila, Coronel Fraga, Ramona, Pueblo Marini, Bauer y Sigel y Josefina) y el objetivo que tenía era establecer una conexión directa entre estas localidades y los ramales de los principales Ferrocarriles del País. De esta manera, se transportaba la producción agrícola y ganadera por medio del Tranvía a Vapor. Al llegar a Rafaela o Josefina empalmaba con los demás trenes que trasladaban los cereales y la hacienda hacia los principales puertos de Argentina.
Muchas personas nos preguntan por qué Audri 405. La primera locomotora que utilizó el Tranvía a Vapor se llamó así, con este nombre que fue colocado en homenaje al primer administrador de la empresa, Eduardo Audri.







¿Qué les interesó destacar de esa experiencia?

Con respecto a la historia, quisimos destacar la importancia que tuvo este medio de transporte para las diferentes localidades que visitaba. En todos los aspectos, en lo económico, en lo social y en lo que hacía a la comunicación. El Tramway no sólo transportaba cereales y hacienda, también lo utilizaban los ciudadanos para trasladarse de un lugar a otro, para repartir la correspondencia y para distribuir mercadería a los mercados y comercios de la zona. Además, nos interesó recolectar anécdotas, aquellos recuerdos que tenía la gente sobre el paso del Tranvía a Vapor por su pueblo. En relación a la producción y realización del documental, prestamos mayor atención en la estética y la dinámica interna del relato. Esto es algo sobre lo que trabajamos bastante en todas las producciones que encaramos. Si bien el audiovisual dura 26 minutos, teníamos que buscarle “la vuelta” para que no resultara monótono. Eran varios entrevistados, nueve lugares y mucha historia, tenía que tener algo que atrajera y mantuviera la atención, para que no se perdiera lo rico de esta cronología. Bueno, creemos que lo logramos.





¿Quiénes lo recuerdan en la actualidad?


Cuando comenzamos a trabajar con este tema, nos encontramos con una historia casi inédita y sorprendente. Luego de haber investigado al respecto, de haber recorrido cada uno de los lugares por donde pasaba el Tramway y de haber tomado contacto con las personas que de alguna manera vivieron la época, notamos que la historia del Tranvía a Vapor está todavía muy presente y genera una nostalgia positiva. Generalmente, los adultos son los que se enganchan más rápido con esta historia. Nosotras pensamos mucho en los niños y los jóvenes a la hora de encarar este audiovisual. Tratamos de buscarle la vuelta para que los chicos conozcan algo sobre historia loca de una manera que genere más llegada hacia ellos, receptores con características muy particulares e interesantes.

La investigación está plasmada en un libro y en un video. ¿Qué contenidos se incluyen en cada caso?

Este trabajo se divide en dos partes que se complementan entre sí. Por un lado, realizamos una investigación periodística en la que se resume la historia de cada colonia que formó parte del recorrido del Tramway, el efecto que generó en ellas la llegada del Tranvía a Vapor, y los recuerdos que de este medio de transporte se tiene. Por otro lado, apoyándonos en la investigación, elaboramos un documental en video que exhibe, a través de las imágenes y los testimonios recabados, lo que significó el paso del Tranvía a Vapor de Rafaela por las colonias del Centro- Oeste del Departamento Castellanos.



Algo más que deseen agregar.

Que las puertas de De Fábula están abiertas. Que sabemos que hay muchos profesionales emprendedores y con ganas en la ciudad y alrededores, que pueden contar con este espacio para dar inicio a sus proyectos. Y por supuesto, a toda la comunidad, queremos que sepan que no deben quedarles dudas de que pueden acercarse a nosotras cuando sientan la inquietud de abordar una investigación histórica.

¿Qué es De Fábula Producciones?

De Fábula Producciones es una productora de contenidos independiente de Rafaela (Provincia de Santa Fe, Argentina) que nación en el año 2011 de la mano de Marcela Navarro y Pabla Valenti. En el campo de la realización, De Fabula considera esencial la investigación previa y profunda de los temas a tratar para luego elaborar la pieza audiovisual con una base firme en cuanto a las ideas y los conceptos que se quieren desarrollar.


El compromiso con la estética también es un valor principal para esta productora. Nuestra aspiración es lograr un producto final que brinde información y al mismo tiempo capte visualmente al público, brindándole una experiencia grata y memorable, a la vez que datos e información contundentes.


Fuentes de información: De Fábula Producciones. De Fabula en Facebook.