sábado, 28 de noviembre de 2009

Conducta impropia

Título original: Mauvaise conduite
Dirección y guión: Néstor Almendros, Orlando Jiménez Leal
País de Producción: Francia
Año: 1983
Duración: 105 min.
Producción: Antenne-2, Les Films du Losange
Productor: Jorge Pupo
Productores ejecutivos: Michel Thoulouze, Margaret Menegoz, Barbet Schroeder.
Director de producción: Louis Argueta.
Montaje: Michel Pion.
Ayudantes de montaje: Allain Torteroix, Wilfrid Sempé.
Operador de cámara: Dominique Merlin. Ayudantes de realización: Luis Blat, Jean Louis Hym.
Documentación e investigación: Carlos Ripoll.
Voces de los narradores: Michel Dumoulin (versión francesa), Jeofrey Lawrence Corey (versión inglesa), José Miguel Ullán (versión española).
Entrevistas ante la cámara de: Reinaldo Arenas, Guillermo Cabrera Infante, Caracol, Fidel Castro, Carlos Franqui, Martha Frayde, Juan Goytisolo, Hernero Padilla, Susan Sontag, Ana María Simo, René Ariza, Armando Valladares, Gilberto Ruiz, Jorge Ronet, Juan Abreu y otros.
Formato Rodado: Rodado en París, Nueva York, Miami, Londres, Roma y Madrid. Película de 16 m. inchada a 35 mm, Eastmancolor 5247 y 5294. Laboratorios: Telcipro, París. Cámara Coutant-Éclair. Objetivos Angenieux, Zoom 12-120. Formato Copias proyección: 1.33. , 35mm, Color
Formato copia: VHS-Rip.
Distribución: Fué editada en VHS en varios países, pero que sepamos no esta editada en DVD.
Fuente del Video: GoogleVideo.
Premios: Gran Premio del XII Festival Internacional de los Derechos Humanos de Estrasburgo, 1984.



Este documental de Néstor Almendros y Orlando Jiménez Leal trata sobre la persecución de homosexuales e intelectuales en la Cuba castrista desde los inicios de la Revolución Cubana hasta los primeros años 80. En él se entrevista a varios nombres relevantes de la cultura cubana (Lorenzo Monreal, Reinaldo Arenas, Jorge Ronet, Luis Lazo, Rafael de Palet, Jorge Lago).

"El método seguido al filmar nuestros testimonios fue este: consideramos que la cámara cinematográfica, acoplada con grabación de sonido directo, es en cierto modo, un detector de verdades y mentiras. Esto, claro, a condición de que el lente capte la expresión de los rostros de una manera sencilla y total. Quiero decir de frente, no de perfil, no de tres cuartos. A condición de que la iluminación y los ángulos sean naturales y sin efectos. Si los ojos son el espejo del alma, el espectador tiene que ver bien los ojos de los entrevistados para conocer su verdad, casi como si se hubiese establecido un diálogo con el público. Durante la filmación emplazábamos a nuestros entrevistados ante fondos que, al mismo tiempo que documentaban sobre su nueva situación geográfica y social después del exilio, mantuviesen cierta neutralidad para no introducir un elemento de distracción, para que no se perturbase lo principal dentro del encuadre que era el rostro. Tratamos de que estos fondos o escenarios fuesen agradables (le pedimos a menudo a los entrevistados que sugiriesen un lugar de su predilección). Se creaba así una atmósfera tranquila propicia a la confidencia. A veces el paisaje estaba en total contradicción con el dramatismo de algunas narraciones. Pensamos que este choque dialéctico más bien enriquecería cada secuencia. El montaje fue presidido también por la ley de la sencillez: se respetó casi siempre la cronología. La única libertad que nos tomamos fue el abreviar las entrevistas o los documentos de archivos".

Fuentes de Información: Fragmento del libro de Juan Antonio García Borrero, Diez películas que estremecieron a Cuba, publicado en Cinecuba, Filmoteca Andalucia, I.E.S. Nestor Almendros.


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